Niesse y Eleck tomaron unos momentos a solas, necesitaban pensar con claridad y a solas todo lo que habían descubierto en tan poco tiempo, ¿Cómo era posible? Ella nunca imaginó que su vida llegaría a cambiar tanto, jamás siquiera cruzó por su cabeza que aquella travesía traería tantas revelaciones sobre quién es y a qué familia pertenece; su mamá era bruja pero no lo sabía, provenía de una larga línea de descendientes de Morgainne quien fue una de las Pimeys más importantes no solo de la historia de Khandrya sino que del mundo humano también pues su nombre se mencionaba con fuerza en las leyendas donde aparecía Merlín.
Ahora se veía en la encrucijada más enigmática de su vida, ser reina del mundo mágico no era algo que estuviera en sus planes al acabar con la misión, había tenido toda la intención de volver a Estados Unidos para despedirse de sus padres al menos desde lejos asegurándose de que estaban bien pues deseaba vivir en Cathair Ghrian, conocer la gran ciudad y luego todas las aldeas del reino, visitar a Silvano y Alistair, aprender todo lo que pudiera, quería verlo todo, todo de la mano de Eleck... O esos habían sido los planes que se vieron destruidos de un segundo a otro y todos saben que daría lo que fuera por poder encontrar una solución al tema, ojalá Mirena y Lía siguieran con vida pero ni siquiera eso habría evitado el destino de Eleck puesto que su "hermana" habría heredado la corona y la magia de su padre, por lo tanto, el ojiplata habría tenido en mismo destino que ahora.
Niss suspiró mientras caminaba por las afueras de la casa de Sibila, ¿Qué haría ahora? ¿Qué podía saber ella sobre gobernar un mundo mágico que apenas conocía? ¿Qué debía hacer con respecto a ello? En un inicio quiso negarse sin más, no era algo para ella, pero Alistair le hizo ver que esa no era una opción siquiera debido a que Khandrya necesitaba un guía y puso especial énfasis en lo que llevaban esperando al heredero.
—Niesse —Silvano se acercó a la muchacha seguido de Alistair—. Tenemos que decidir qué hacer, al parecer están a punto de llegar a la villa nuestros enemigos.
—¿Qué se supone que debemos hacer? No tengo idea, ellos buscan un heredero que no existe, se supone que lo saben, es decir, ellos mataron a Mirena y la niña, ¿No? ¿Qué es lo que están buscando? —espetó molesta.
—Estuve pensando, si Gya nos estaba cazando, si quería a Eleck con tanto ahínco, ¿No creen que ella sabía que no había heredero? —preguntó serio el mago de viento mientras caminaba de un lado a otro.
—No creo, ella misma le exigió varias veces a Eleck que le revelara lo que sabía —Niesse negó de inmediato.
—Pero, solo hasta que lo tuvo en sus garras, hasta que se logró alimentar un poco de él el día en que tú descubriste tus poderes, ella dejó de preguntarle sobre el heredero y se obsesionó con tener su esencia —explicó Alistair—. Ella supo qué era Eleck todo este tiempo pero no dijo nada porque deseaba tener su poder, ella quería reinar Khandrya.
—Merlín sobrevivió a un Sielun Syoja, tendría sentido que fuera Gya y que, al haber probado su alma y poder en un principio, sabría con facilidad reconocerlo en nuestro amigo —Silvano soltó sorprendido—. Si ella no dijo nada a sus secuaces, porque sabemos que era egoísta y lo quería todo para sí, Sho y sus idiotas vienen por la información.
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El blanco de sus ojos
FantasíaNiesse Donovan es una joven que vive en Helsingborg desde hace cinco años buscando encaminar su vida, proveniente de una familia sumamente tranquila y común, cree que nada puede sorprenderla ya, pero todo cambia una noche en que decide ayudar a un e...