Las afueras de Helsingborg son sumamente tranquilas a diferencia de la ciudad, ahora más que nunca Silvano agradece haber decidido vivir allí en medio de la naturaleza. Suspira terminando de preparar un brebaje especial con las mejores hierbas de su jardín, quiere intentar todo lo que pueda para poder revertir el hechizo que Gya ha lanzado sobre Eleck; lo han intentado todo desde que llegaron, lo primero en la lista fue un Vita Redit que funciona generalmente para todo tipo de mal que aqueje el cuerpo pero no dio un buen resultado, luego decidió dejar que Alistair lo intentara debido a su mejor manejo de la magia, tampoco surgió efecto. Y las ideas se acaban, él como un mago sanador no ha encontrado hechizo, pócima o fuerza que pueda quitar el Oculi Tenebris. Eso lo frustra.
—¿Falta mucho para que esté lista? —preguntó Alistair desde el umbral de la puerta, apoyando su cuerpo en la misma—. Parece ser algo difícil de combatir, los Pimeys son magos sumamente malignos, manejan hechizos que nosotros no conocemos.
—Desde que Merlín murió, surgieron muchas sectas y cultos que se encargan de crear rimas diabólicas, el mal cada vez cobra más terreno —suspiró Silvano—. Pero nunca debemos subestimar a un Sielun Syoja, un come almas tiene los peores trucos bajo la manga.
—Concuerdo, hay que evitarlos en nuestro camino —asintió—. ¿Qué es lo que sabes sobre la misión de Eleck? Creo que me gustaría saber de qué va antes de realmente tomar una decisión sobre lo que haré.
—No sé más que tú —negó—. Él está decidido a encontrar al heredero a la corona de Khandrya, parece que solo podemos confiar en que nuestro difunto rey le dio las pistas necesarias para poder encontrar a ese príncipe. Sabemos que es un varón, más allá de ello, estamos en blanco.
—No creo que se encuentre aquí en la Tierra, es estúpido pensar que vivió tantos años haciéndose pasar por humano y nadie notó que no envejece ni un poco. No lo sé, algo no me cuadra —chasqueó la lengua.
—¿Qué más podría haber aquí por lo que Eleck vino? ¿mmm? Es ridículo pensar que solo está perdido probando en diferentes dimensiones —soltó quitando la cacerola del fuego.
—¿Y si vino hasta aquí por nosotros? —Black lo observó—. No es casualidad que se encontrara contigo, conmigo y el humano, no es casualidad que estemos todos reunidos pensando en la misino probablemente más suicida de la historia donde nos enfrentaremos a Antaa Potkut y a una Sielun Syoja, estamos locos, de remate, pero no es casualidad.
—¿Destino? —elevó una ceja divertido, curioso, incrédulo, todo al mismo tiempo—. ¿Realmente crees que el destino nos ha traído hasta este punto?
—En el mundo en el que vivimos y todo lo que conocemos ya no sé qué pensar, me permito de dudar de todo y de todos, pero tengo claro que el universo trabajo de maneras sospechosas con propósitos a veces poco claros que llevan a un fin determinado —se encogió de hombros—. Lo mejor será charlarlo con todos, ¿Dónde está el Valaisin?
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El blanco de sus ojos
FantasiaNiesse Donovan es una joven que vive en Helsingborg desde hace cinco años buscando encaminar su vida, proveniente de una familia sumamente tranquila y común, cree que nada puede sorprenderla ya, pero todo cambia una noche en que decide ayudar a un e...