Prólogo

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Juanjo.


¿Alguna vez, cuando eras niño, has imaginado cómo sería tu vida si fueras famoso?



Juanjo también lo hizo un día.

En aquellos tiempos, cuando apenas tenía diez años, solía cerrar los ojos y soñar con ello. En su pequeña habitación, con pósters de sus ídolos colgando de las paredes, soñaba con escenarios inmensos y multitudes entregadas a su música.

Los años pasaron y Juanjo trabajó para conseguir su propósito. Cada nota, cada acorde aprendido se convirtió en un ladrillo que construía su futuro.

Su perseverancia lo llevó a tocar en bares pequeños, frente a un público muy reducido, pero siempre con la misma pasión.

Pronto, su talento se hizo notar y comenzó a formar parte de bandas locales y asistir a bolos en su ciudad. Comenzó a dar a conocer su música a través de las redes sociales y rápidamente sus seguidores crecieron como la espuma. Recibió una cantidad indecente de propuestas y ofertas por parte de discográficas y productoras musicales en cuestión de días.

El día en que su primer sencillo sonó en la radio fue inolvidable. Juanjo no podía contener la emoción mientras anunciaban su nombre y la canción que había compuesto en una noche de insomnio.

Y su vida comenzó a cambiar para siempre.

Las entrevistas, las giras y los contratos discográficos se convirtieron en parte de su rutina diaria, ocupando cada vez más tiempo y energía conforme su carrera avanzaba. Las sesiones fotográficas frecuentes, los compromisos publicitarios constantes y la creciente atención de los medios sociales contribuyeron aún más a su creciente fama y reconocimiento internacional.

Sin embargo, la fama tenía un precio, y pronto Juanjo descubriría cuán alto podría ser.

Una tarde, después de una agotadora jornada de entrevistas, recibió una llamada de su representante, su hermana Denna. 

"Juanjo, tienes que ver esto," dijo Denna con voz tensa.

Le envió un enlace a un artículo de noticias. El titular rezaba: "La pareja de Juanjo Bona, descubierta en una relación secreta con otro famoso músico."

Su pareja, con quien había estado por más de tres años entre idas y venidas, lo había traicionado. Las fotos eran inconfundibles. Aunque él ya lo sabía, pero prefirió no decir nada a nadie para no formar escándalo. Pero los secretos acaban por salir a la luz. Y ahí estaban las fotos.

Lo que más dolía no era sólo la traición, sino las declaraciones que comenzó a hacer a la prensa. Buscando lucrarse de la fama de Juanjo, empezó a hablar mentiras sobre él, afirmando que estaba obsesionado con la fama y el dinero, y que se aprovechaba de sus fans para obtener beneficios y así ascender en la industria musical.

Relató detalles íntimos y secretos personales que Juanjo le había confiado, distorsionando la verdad para pintarlo como alguien superficial y ambicioso. "He aguantado más de lo que cualquier persona podría," declaraba en entrevistas, manipulando la narrativa para presentarse como la víctima.

La imagen pública de Juanjo se desplomó. Sus seguidores, divididos, comenzaron a cuestionar su carácter.

La presión mediática y el dolor personal se volvieron insoportables. Desesperado y herido, Juanjo decidió huir.

Abandonó temporalmente su carrera y se refugió en un pequeño y desconocido pueblo costero a orillas del Mediterráneo.

Las calles empedradas y las casas blancas se convirtieron en su refugio. La gente del pueblo, ajena a su fama, lo acogió sin hacer preguntas, permitiéndole vivir en anonimato.


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