OASIS

17. Fresas con chocolate.

Juanjo.

Ser sonámbulo significa experimentar un trastorno del sueño llamado sonambulismo. Las personas que lo padecen realizan actividades mientras están en un estado de sueño profundo, como caminar, hablar o incluso realizar tareas complejas, sin ser conscientes de ello. El sonambulismo suele ocurrir durante las fases más profundas del sueño, y aunque la persona puede parecer despierta, en realidad no lo está y no recordará lo sucedido al despertar.

"Genial. Gracias por la información. ¡Agh! No me lo puedo creer. ¿Justo ahora?."

Chiara seguramente no recordaría al día siguiente que había interrumpido a Juanjo y Martin justo cuando estaban a punto de besarse en la piscina. Pero ellos sí lo recordarían, porque Martin ya había posado una mano en la nuca de Juanjo, decidido a continuar, y Juanjo lo había invitado a seguir inclinándose hacia él. Así que, sí, recordarían cómo Chiara apareció en el jardín, vestida con un pijama de Snoopy, un antifaz levantado sobre la frente, y una Violeta, ya acostumbrada a la situación, pegada a su lado.

Los chicos se separaron de inmediato, asumiendo que la magia del momento se había roto. Miraron a las chicas que se movían por el jardín, Chiara avanzando con pasos lentos pero firmes y Violeta sujetándola por los hombros. Chiara, aún con los ojos cerrados, se acercó a donde estaban los chicos, y Violeta la agarró con fuerza para evitar que se cayera a la piscina por accidente. Juanjo y Martin observaban la escena todavía desconcertados.

—¿Está...? —empezó a preguntar Juanjo.

—Sí, es sonámbula. Le pasa cuando come mucho de noche, no me preguntes por qué —respondió Violeta, poniendo los ojos en blanco. Luego miró a los chicos, frunciendo el ceño y señalándolos con un dedo acusador—. ¿Qué hacéis aquí tan tarde?

—Estábamos jugando una partida —respondió Juanjo.

—Oh, bien. ¿Quién ha ganado? —preguntó Violeta, sorprendida.

"Yo desde luego no, no he ganado la partida y tampoco he recibido mi premio de consolación. El beso de Martin, ya sabéis".

Los chicos volvieron a mirarse. Sonrisas nerviosas.

—Ha ganado Martin, pero espero la revancha.

Y aquello pilló por sorpresa a Martin. Los dos se habían quedado con ganas de terminar lo que habían empezado y los dos deseaban retomarlo en algún momento. Pero no sería esa noche. Violeta les miró extrañada, con los ojos entrecerrados pero lo dejó pasar.

—¿Me echáis una mano para intentar llevarla a la cama de nuevo?

Una vez fuera de la piscina y con la partida de cartas terminada, ya no tendrían excusa para hacer lo que habían estado a punto de hacer. Pero sabían que era lo correcto, y si aún les quedaban dudas, las disiparon cuando Chiara comenzó a quitarse el pijama en el borde de la piscina, quedándose casi completamente desnuda. Supieron entonces que debían salir de allí cuanto antes y ayudar a Violeta a llevarla a la cama.

—Oh, no. ¿Se está...? —exclamó Juanjo al darse cuenta de lo que estaba pasando.

—Dios mío, qué asco. Violeta, tu mujer se está meando encima —dijo Martin con repulsión.

—Chiara, por favor, qué vergüenza. Que está Juanjo aquí... ¿Qué imagen estás dando al chico? —Violeta estaba claramente avergonzada.

—Yo también estoy aquí. No es menos asqueroso porque sea mi cuñada —agregó Martin.

—No pasa nada, no te preocupes —dijo Juanjo, tratando de calmar la situación.

—Chiara, cuando estés despierta de verdad, vamos a hablar tú y yo. Nos has interrumpido para mearte encima. Maleducada —espetó Martin, visiblemente molesto.