08. Un café y un lienzo.

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Juanjo.

Se despertó aturdido, sin reconocer de inmediato dónde estaba. También estaba algo sobresaltado, como le ocurría últimamente. Desde hacía semanas, apenas dormía, y cuando lograba conciliar el sueño, las pesadillas lo despertaban abruptamente. Era como si algo quisiera castigarlo, obligándolo a mantenerse despierto, enfrentando la realidad sin escapatoria.

Pero esa noche había dormido mejor. Al menos se sentía descansado. Su móvil se había quedado sin batería, así que no pudo ver la hora, pero por la luz del sol que inundaba la habitación, dedujo que era tarde. Se levantó de la cama, aún con los párpados pesados, y alcanzó unas bermudas y una camiseta del armario. Después de vestirse, se lavó la cara y los dientes en el baño de arriba. Mientras lo hacía, notó que no había nadie más en la casa, al menos no en la planta de arriba; las puertas de todas las habitaciones estaban abiertas de par en par. Desde lo alto de la escalera, echó un vistazo, buscando alguna señal de vida, pero todo parecía tranquilo. Pedro, el perro, estaba tumbado frente al sofá, hecho una bola de pelo, dormido plácidamente.

Bajó hasta el salón y se dirigió a la cocina, donde encontró una cafetera humeante y una taza al lado. Sirvió un poco de café, seguro de que no habría problema en tomarlo. Al salir de la cocina, lo vio.

Estaba en el jardín, sentado en el suelo de espaldas a él, con las piernas cruzadas, algo encogido hacia adelante. Juanjo dudó si acercarse o no, pero al no haber nadie más allí, lo natural sería saludar. Caminó despacio, con la taza de café entre las manos, que le quemaban un poco las palmas, y cruzó la puerta hacia el jardín. Observó su espalda descubierta, dorada y brillante bajo el sol, con algunas pecas oscuras dispersas. El cabello castaño, un poco más largo en la nuca, le rozaba el cuello cada vez que se movía, y estaba mojado. Se fijó en cómo los músculos de su espalda se tensaban cuando se inclinaba hacia adelante y en cómo se relajaban cuando volvía a erguirse. Las pequeñas gotas de agua que escurrían de su cabello se deslizaban por su columna, perdiéndose en la cinturilla del bañador, dejando un rastro húmedo a su paso.

"Tengo que dejar de hacer esto tan a menudo. Mirarlo de arriba abajo. O de abajo a arriba. O de lado a lado. De cualquier manera, realmente. Lo he hecho de todas las formas posibles, creo. ¿Estoy siendo invasivo? Bah, no lo creo. Él es quien insiste en que conozca cada rincón de su piel desnuda; yo solo soy un pobre chico que lleva demasiado tiempo sin contacto humano. Ya sabéis, contacto de piel con piel... me entendéis. Todavía estoy demasiado adormilado como para soltar algo guarro. Pero sí, debo controlar un poco esa costumbre de examinarlo tan a fondo. Aunque será complicado, sobre todo cuando siempre parece tan... exquisito como ahora. ¿Exquisito? No, no. Me refería a brillante. Sí, eso es. Si siempre parece tan brillante como ahora bajo el sol, es difícil no mirarlo. Será porque aún tiene la piel húmeda. Sí, eso. Vale. Salúdalo o algo, idiota, que estás ahí plantado sin decir nada".

—Buenos días.

El chico, sentado en el césped, se giró un poco para encontrarse con él. Tuvo que entrecerrar los ojos por el sol de la tarde, y le sonrió.

—Hola —respondió Martin.

Juanjo vió lo que Martin tenía entre manos: estaba pintando algo en un lienzo apoyado en el césped. Sus dedos estaban manchados de pintura de colores, al igual que algunas gotas que pintaban la piel de sus piernas. Si no hubiera sido porque los ojos de Martin al sol capturaron toda su atención, casi podría haber identificado lo que pintaba en el lienzo. Pero le costó; los ojos eran demasiado acaparadores para desviar la mirada. Aun así, intentó parecer interesado en la pintura, aunque solo fuera por unos segundos.

"Qué verde más bonito. Qué color tan intenso. El de los ojos. El cuadro es un mar y unas olas. Muy bonito. Muy azul. Pero vaya verde. Joder, lo estoy haciendo de nuevo. ¿Cómo hace para tener las pestañas tan largas? Son gigantes. ¿Usará un rizador o algo? Qué ojos. Vale, ya. Se acabó. Deja de mirarlo así. Disimula".

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