Capítulo 4 - Confianza

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Kara había llegado temprano al hospital, pasó días pensado en formas para ayudar a Lillian para que su carga no fuera tan pesada. Cuando el reloj en su muñeca marcó las ocho de la mañana. Caminó con pasos decididos hasta la habitación de Lillian.

Al llegar, encontró a Lillian ocupada recogiendo su cama. A pesar de la apariencia de normalidad y la melodía improvisada que tarareaba, Kara podía notar las sutiles señales de su dolor. Lillian se movía con una mezcla de agilidad y pesadez, un reflejo de su lucha interna. Kara la observó en silencio hasta que la mayor terminó con sus tareas.

—Veo que hoy tenemos ánimo, Sra. Luthor— comentó Kara, intentando iniciar la conversación con una nota optimista.

Lillian giró hacia ella, ofreciendo una leve sonrisa que, aunque parecía sincera, no ocultaba del todo la tristeza en sus ojos.

—Es porque quiero sanar, Dra. Zor-El.

—Y así será, Sra. Luthor— aseguró Kara, con su tono firme pero lleno de empatía.

—Ayer le dije que podía llamarme por mi nombre.

—Lo sé, es la costumbre. ¿Qué tal durmió? ¿Logró descansar bien? — preguntó Kara mientras se acomodaba en una silla cerca de la ventana, disfrutando de los rayos de sol matutinos.

—Sí, más que otras veces— respondió Lillian.

—Me alegra escuchar eso. Hoy quiero realizar varias actividades con usted. ¿Le parece bien? — Lillian se quedó pensando por unos segundos antes de asentir.

—Ok, ¿quiere dar un paseo antes de empezar? Así podremos estirarnos bien y hablar un rato.

Ambas salieron de la habitación y Kara dobló su brazo para que Lillian pudiera agarrarse de el mientras caminaban por los pasillos del hospital.

—Hoy quisiera mostrarle un poco el hospital, tal vez no lo hayan hecho cuando fue internada. Según como vaya progresando le daré la oportunidad de visitar y convivir con otros pacientes. Esto será como un juego, mientras vaya pasando misiones desbloqueará objetos y lugares. ¿Qué le parece?

—Creí que tenía prohibido salir de mi habitación— comentó la mayor recordando las palabras del Dr. Olsen el día que cambió de habitación.

—No mientras estés bajo mi cuidado. Te daré toda mi confianza, Lillian, así como espero que poco a poco me des la tuya. Como ya dije quiero ser alguien en que puedas confiar, una amiga.

Kara guio a Lillian por los pasillos del hospital, permitiendo que la mayor se tomara su tiempo para observar y familiarizarse con el entorno. Mientras caminaban, Lillian comenzó a relajarse un poco, su postura se volvió menos rígida, y su mirada reflejaba una curiosidad genuina.

—Ningún otro doctor ha hecho esto por mí... gracias— dijo Lillian a lo que la doctora sonrió. Luego de caminar por la mitad del hospital, Kara la llevó hasta su oficina.

—Siéntete cómoda. El primer ejercicio de hoy será de escritura. Quiero ayudarte a procesar tus emociones.

—¿Qué debo hacer? — preguntó Lillian y Kara buscó un hoja de papel en blanco y un lápiz.

—Quiero que escribas una carta a tu yo del pasado, explícale lo que has aprendido desde entonces hasta ahora— la rubia pudo ver la duda en el rostro de la mayor, pero luego comenzó a escribir revelando sus profundos sentimientos.

Kara permaneció callada, observando a su paciente, viendo todas las muecas y reacciones que le causaba el recordar. Las lágrimas nublaron su vista y decidió hacer una pausa para tranquilizarse.

𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora