𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈

Capítulo 13 - Traumas y heridas

El día de la visita llegó con una tensión evidente en el aire. Kara se levantó temprano, repasando mentalmente cada detalle del día y asegurándose de que el entorno del hospital psiquiátrico estuviera preparado para recibir a Lena y manejar cualquier situación inesperada. Sabía que debía mantener su profesionalismo intacto, pero también comprendía la importancia de permitir que ciertas emociones se filtraran, especialmente cuando se trataba de fomentar un entorno de apoyo para Lillian.

Lena llegó puntual, pero se notaba su nerviosismo. Kara la recibió en la entrada del hospital, su semblante tan controlado como siempre.

—Buenos días, Srta. Luthor— saludó la rubia, inclinando la cabeza en un gesto cortés.

—Gracias por organizar esto, Dra. Zor-El— respondió Lena, intentando mostrar una sonrisa. —Estoy lista para verla.

Kara asintió y tras un breve momento de silencio, guio a Lena por los pasillos del hospital. Mientras caminaban, Kara explicaba los protocolos que se seguirían durante la visita, asegurándose de que Lena se sintiera preparada para la ocasión.

Al llegar a la sala de visitas, encontraron a Lillian esperando, sentada en una mesa con una expresión de ligera inquietud. Al ver a Lena, una mezcla de sorpresa y emoción cruzó su rostro, algo que no había mostrado en mucho tiempo.

—Lena...— murmuró Lillian, levantándose lentamente.

—Mamá— la pelinegra se acercó con cautela, tratando de mantener la compostura. Kara se quedó cerca, observando atentamente la interacción.

Lena se sentó frente a Lillian y ambas mujeres se miraron con detenimiento. Kara dio unos pasos hacia ellas para recordar porque estaban allí.

—Lillian, Lena ha venido a verte hoy para que puedan hablar y compartir un momento juntas— intervino suavemente, siempre con voz calmada y profesional. —Es importante recordar que este es un espacio seguro para ambas, donde pueden expresarse libremente.

Lillian asintió, bajando la mirada por un momento antes de volverla a alzar hacia su hija. Había tanto que quería decir, pero las palabras parecían atorarse en su garganta.

—He estado esperando este día...— comenzó Lillian con voz temblorosa. —Hay tanto que quiero explicar y... disculparme...

Lena escuchó atentamente, con una mezcla de emociones cruzando su rostro. Había mucho que resolver entre ellas, heridas del pasado que necesitaban ser abordadas. Pero, más que nada, Lena quería que su madre supiera que estaba allí para apoyarla.

—Sé que no hemos tenido una relación fácil, pero quiero intentar mejorar eso. Estoy dispuesta a escuchar y a trabajar en ello, mamá.

Kara observaba la escena con una mezcla de satisfacción y preocupación. Sabía que este era solo el primer paso de un largo camino de sanación para ambas y que habría momentos difíciles por delante. Pero ver a Lillian y Lena interactuar de manera abierta y honesta le quitaba un peso de encima.

La conversación continuó, con Lena y Lillian compartiendo recuerdos, disculpas y esperanzas para el futuro. Kara intervino ocasionalmente, proporcionando apoyo y guía cuando era necesario, pero en su mayoría permitió que madre e hija se expresaran libremente.

Al final de la visita, Lillian parecía más relajada, aunque emocionalmente agotada. Lena, por su parte, mostraba alivio. Tal y como había dicho la doctora, este había sido un gran paso y era notorio el mejoramiento de su madre, que antes no la podía ver ni en pintura.

Justo cuando Kara se preparaba para cerrar la sesión de la visita, un cambio inesperado en la expresión de Lillian llamó su atención. Los ojos de la mayor, que habían estado llenos de remordimiento y culpa, de repente se nublaron de furia. Así que, rápidamente se acercó a la pared para presionar uno de los botones para pedir ayuda. Lillian se levantó abruptamente, su cuerpo estaba tenso y su mirada estaba fija en Lena.