La semana de la visita llegó más rápido que un tranvía, pero con un aire de anticipación y nerviosismo. Kara se preparó para la visita de Lena, ajustando los detalles para asegurarse de que todo fuera lo más cómodo y controlado posible para ambas partes. Era un momento crucial y Kara sabía que no podía permitirse errores.
Un día antes de la visita, Kara llamó a Lena para discutir los últimos detalles y también para compartir sus propias reflexiones sobre el progreso y las emociones involucradas. Pero no podían verse ya que la pelinegra estaba en una reunión importante y no podía irse, así como si nada. Lena preguntó si podían reunirse para el almuerzo en un restaurante cerca para las dos, Kara iba a negarse, pero pensó en Lillian.
Si se negaba a ir podría afectarla mañana en la visita. Había puntos que debía tocar con Lena, puntos que debían platicarse en persona para que Lena recordara cada uno de ellos. Así que accedió a ir al restaurante que Lena había mencionado.
Llegó a un acogedor bistró con un ambiente tranquilo y elegante, era un lugar que había visitado antes con Diana. Al entrar, Lena ya estaba esperándola en una mesa al fondo. La pelinegra se levantó y la recibió con una sonrisa, invitándola a tomar asiento.
—Gracias por venir. Sé que tu tiempo es muy valioso, pero no podía ir al hospital, he tenido una mañana muy ocupada— dijo Lena, mientras se sentaban.
—No hay problema— respondió Kara, ajustando su silla con una sonrisa forzada. —Era importante discutir algunos puntos antes de la visita de mañana, así que no había de otra.
—No puedo evitar sentirme un poco nerviosa por la visita. Lillian y yo tenemos un pasado complicado y quiero que esta visita sea positiva para ambas— admitió Lena.
Kara asintió, comprendiendo el peso emocional de la situación.
—Lo entiendo. Es un paso significativo y es natural sentirse nerviosa. Estamos haciendo todo lo posible para que la visita sea constructiva y cómoda para todos— Kara tomó un sorbo de su agua antes de continuar. —Hay algunos detalles que me gustaría repasar para asegurarme de que estemos en la misma página.
—Por supuesto— Lena se inclinó hacia adelante, mostrando un interés genuino. —Estoy lista para escuchar.
Kara sacó una pequeña libreta de su bolso, revisando las notas que había tomado durante sus sesiones con Lillian y miró a Lena con seriedad.
—Primero, quiero enfatizar la importancia de mantener un ambiente relajado durante la visita. Debemos asegurarnos de que Lillian se sienta segura y cómoda. Ella ha mostrado un progreso significativo, pero aún puede haber momentos de vulnerabilidad que la lleven a reaccionar de manera negativa— Kara explicó, destacando la necesidad de sensibilidad.
—Entiendo. Trataré de ser consciente de eso— dijo Lena mientras asentía.
—Además, debe recordar que su presencia será fundamental para ella. Aunque no lo parezca ha estado esperando este momento y ha trabajado mucho para llegar hasta aquí. Tu actitud y empatía pueden tener un gran impacto en cómo se siente durante la visita— Kara continuó, enfatizando el papel crucial de Lena en el proceso de recuperación de su madre.
—Lo tengo en mente— Lena respondió, con un tono decidido. —Quiero que todo salga bien para ella. También he estado pensando en cómo abordar algunas de las cosas que ella mencionó en su carta. Quiero ser cuidadosa al tratar esos temas, sin presionarla demasiado.
Kara sonrió, apreciando el enfoque reflexivo de Lena.
—Eso es excelente. La paciencia y la comprensión serán clave. Y si en algún momento necesitas apoyo o guía durante la visita, no dudes en decírmelo— Kara hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. —También quiero recordarte que es normal que haya emociones intensas. Tanto para ti como para Lillian. No te sientas presionada a tener todas las respuestas de inmediato.
—Gracias, Dra. Zor-El. Aprecio mucho tu apoyo y orientación. Me siento más preparada para enfrentar este encuentro ahora que hemos hablado de estos puntos— Lena respondió con una sonrisa agradecida.
Kara asintió, sintiendo una sensación de alivio al ver la preparación y el compromiso de Lena.
—Me alegra escuchar eso. Estoy segura de que esta visita será un paso positivo para ambas. Recuerda que estamos trabajando juntas en esto y estoy aquí para cualquier cosa que necesiten— Kara miró su reloj y luego a Lena. —Bueno, no quiero que nuestra conversación de hoy te agobie, volveré al...
—Por favor, quédate. Disfrutemos del almuerzo y despejemos un poco la mente antes de la visita de mañana— pidió Lena.
Kara, con su habitual seriedad, asintió ligeramente ante la petición de Lena. Se acomodó en su silla, intentando relajarse un poco. El almuerzo no era algo que había planeado, porque solo había ido a decirle una cosas y ya, pero entendía la necesidad de Lena de calmar sus nervios antes de la visita.
—Claro, puedo... quedarme un poco más— respondió Kara, manteniendo su tono profesional. —Pero recuerda, es importante mantener el enfoque en lo que discutimos.
Lena sonrió, agradecida por la compañía de Kara. Mientras esperaban que les sirvieran la comida, Lena intentó romper el hielo con una conversación más ligera.
—Dime, ¿cómo ha estado el hospital últimamente? Debes estar muy ocupada— comentó, tratando de suavizar el ambiente.
—Ha sido un período intenso. Siempre hay algo que hacer— Kara respondió, manteniendo su tono serio.
—Entiendo...— Lena hizo una pausa, evaluando si debía continuar. —He notado que siempre te mantienes muy profesional y... distante. A veces me pregunto cómo manejas toda la presión sin mostrarlo.
Kara levantó la vista, sorprendida por la observación directa de Lena. No esperaba que la conversación tomara un giro tan personal.
—Es parte del trabajo. Mantener la compostura es crucial en mi profesión. No puedo permitirme mostrar debilidad o involucrarme emocionalmente, aunque es diferente para mis pacientes— explicó Kara cuidadosamente.
Lena asintió lentamente, comprendiendo, pero no del todo satisfecha con la respuesta. Luego recordó lo que vio delante del restaurante la semana pasada.
—Debe ser difícil. Todos necesitamos a alguien con quien desahogarnos. Espero que tengas a alguien en tu vida con quien puedas hacerlo, más allá del hospital— Lena dijo suavemente, sus ojos reflejando una genuina curiosidad. Quería saber un poco más de la doctora.
Kara desvió la mirada por un momento, sintiendo una punzada de vulnerabilidad que rara vez permitía aflorar. La palabras de Lena, bien intencionadas, tocaron una parte de Kara que ella prefería mantener oculta. No era algo que debía responder. No tenía porque hablar algo acerca de su vida.
—Aprecio su preocupación, Srta. Luthor, pero estoy bien. He aprendido a manejarlo— Kara respondió con firmeza, cerrando la puerta a cualquier exploración más profunda de su vida personal.
El silencio que siguió fue incómodo. Lena, percibiendo la resistencia de Kara, decidió no presionar más. En su lugar, optó por cambiar de tema, aunque no podía evitar sentir una creciente curiosidad por la mujer reservada que tenía frente a ella.
—Bueno, dejemos eso de lado por ahora. Hablemos de algo menos personal— sugirió Lena, esbozando una sonrisa para aliviar la tensión que desafortunadamente ella misma había creado.
La comida llegó y ambas comenzaron a comer, aunque la conversación se mantuvo en temas generales. Kara, fiel a su naturaleza, permaneció distante, pero Lena no podía evitar admirar la dedicación y el control que Kara mostraba en todo momento.
Al finalizar el almuerzo, la doctora se despidió de Lena, reafirmando su compromiso de estar allí para la visita del día siguiente. Lena, por su parte, se sintió reconfortada por la presencia de la doctora, aunque una parte de ella deseaba poder conocer más a fondo a la mujer detrás de la profesional imperturbable.
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𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈
FanficKara Zor-El es una doctora altamente respetada en el hospital psiquiátrico de National City, conocida por su frialdad y profesionalismo con sus colegas, pero con una calidez única para sus pacientes. Su vida da un giro cuando le asignan a Lillian Lu...