El camino hacia el coche fue silencioso, con la fría brisa nocturna envolviendo a Lena y la Dra. Arias mientras caminaban hacia el estacionamiento. El hospital a sus espaldas parecía menos imponente ahora, pero el peso de las respuestas no obtenidas seguía presionando el pecho de Lena. El viaje había sido casi en vano, pero al menos sabía un poco más de Lex.
Cuando subieron al coche, Lena se quedó mirando hacia el cielo. Ya la luna empezaba a ascender mientras que el sol se escondía. Ya quería llegar a su casa, estaba cansada.
—Lena...— dijo la doctora, pero Lena levantó una mano suavemente, pidiendo silencio. Agradecía la compañía, pero en ese momento necesitaba procesar lo poco que había escuchado.
El trayecto de regreso fue largo, el sonido del motor llenaba el espacio entre ellas y los pensamientos de Lena se agolpaban en su mente como olas chocando con la orilla.
Al llegar a su casa, Lena se despidió brevemente de la Dra. Arias. Cerró la puerta tras de sí y se dejó caer sobre el sofá, exhalando todo el peso acumulado del día. La soledad de la casa no la incomodaba, al contrario, era en esos momentos donde podía permitirse sentir.
Sin pensar, Lena tomó su teléfono y cuando estuvo a punto de marcar, su teléfono sonó. Como si la hubiera llamado con la mente.
—Hola.
—Hola— respondió Lena con un suspiro. Escuchar su voz la relajaba.
—¿Cómo estuvo todo?
—Mal, horrible... No sabría ni como describirlo. Tenía la esperanza de encontrar algo que me dijera el porqué estaba sucediendo esto. ¿Por qué Lionel le hizo esto a mi madre? ¿Por qué tuvo que causar tanto daño?
—Me imagino lo difícil que debe ser todo esto para ti— respondió Kara con su habitual suavidad, pero Lena podía notar la preocupación detrás de su tono.
Lena se hundió más en el sofá, apretando el teléfono con una mano mientras la otra descansaba sobre su frente.
—No hay respuestas claras y es frustrante— continuó Lena, pero su voz se quebró ligeramente. —Es como si todo estuviera envuelto en una niebla que nunca termina de disiparse.
Kara guardó silencio al otro lado de la línea, dándole espacio a Lena para desahogarse. La pelinegra sabía que Kara lo entendía, que no tenía que explicar la profundidad de su frustración. Kara siempre había sido la única capaz de ver más allá de las máscaras que se colocaba para sobrevivir.
—¿Puedo ir a verte? — la pregunta causó una sonrisa en el rostro de Lena.
—Sabes que sí.
—Solo quería estar segura de que quieras verme también.
—Siempre quiero verte.
—Bien, estoy en camino.
—Aquí te espero.
Lena colgó el teléfono y dejó que el silencio la envolviera nuevamente. Se levantó del sofá, sus pies descalzos apenas hacían ruido mientras caminaba hacia la ventana. Afuera, la luna ya estaba alta en el cielo, proyectando su luz sobre la ciudad, mientras que Lena aguardaba ansiosamente la llegada de la rubia.
El día había sido largo y aunque no había encontrado las respuestas que esperaba, la presencia de Kara pronto sería un bálsamo para el caos emocional que la dominaba. Siempre lo era.
El sonido de un coche estacionando afuera la sacó de sus pensamientos. Levantó la mirada hacia la calle y, como siempre, el corazón le dio un pequeño vuelco al ver a Kara bajarse del coche. Había algo en la sencillez de ese momento, en la manera en que Kara caminaba hacia ella, que siempre conseguía traerle un poco de tranquilidad. Como si, por un segundo, todo el caos desapareciera.
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𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈
FanficKara Zor-El es una doctora altamente respetada en el hospital psiquiátrico de National City, conocida por su frialdad y profesionalismo con sus colegas, pero con una calidez única para sus pacientes. Su vida da un giro cuando le asignan a Lillian Lu...