Kara miró el teléfono vibrando en su mano, mientras el nombre de Lena se reflejaba en la pantalla. Dudó por un momento, sintiendo el peso de la mirada de Diana sobre ella, llena de una comprensión y dolor que la hacían sentir aún más culpable. Finalmente, respondió la llamada.
—¿Lena?
—Kara...— la pelinegra respondió del otro lado. —¿Podemos vernos? Necesito... hablar con alguien.
—Está bien, Lena.
Diana se mantuvo observando a Kara, dándose cuenta del vínculo entre ellas. Sin decir una palabra, la morena se levantó del sofá, dirigiéndose hacia la cocina, dándole a Kara espacio para hablar. Aunque sabía que estaba perdiendo a Kara poco a poco, también sabía que Lena la necesitaba en ese momento.
Kara sintió que su corazón se partía un poco más al ver a Diana alejarse, pero mantuvo su atención en la llamada.
—¿Te parece si nos vemos en el parque? También necesito tomar un poco de aire.
—Bien, estaré allí en unos minutos— dijo Kara antes de colgar. Se levantó del sofá y buscó a Diana en la cocina.
Diana soltó un suspiro casi inaudible, pero la rubia lo escuchó y lo sintió como un golpe en el estómago. Se acercó a ella, con la angustia claramente visible en su rostro.
—Diana, yo...— dijo Kara, pero no sabía cómo terminar la frase.
La morena simplemente negó con la cabeza, colocando un dedo suavemente sobre los labios de Kara, como si quisiera silenciar las disculpas que sabía que vendrían.
—Ve, Kara— dijo Diana con una voz serena, pero cargada de resignación. —Necesitas resolver esto por ti misma. No te preocupes por mí, estaré bien. No es como si me fuera a morir— terminó de decir con una sonrisa dolida.
Kara sintió que las lágrimas volvían a amenazar con salir, pero se tragó el nudo en la garganta y asintió. Sabía que tenía que hacer esto, por muy doloroso que fuera.
Se acercó a Diana, plantando un beso suave en su frente, un gesto de despedida, de agradecimiento, de amor. Y se alejó lentamente, sabiendo que estaba dejando algo ir, algo que había sido su refugio y su fortaleza durante tanto tiempo.
—Gracias...— susurró, antes de darse la vuelta y salir del apartamento.
Kara miró al cielo, visualizando la oscuridad que la rodeaba, no se alcanzaba a ver ni siquiera una estrella. Comenzó a caminar sintiendo cómo el aire fresco de la noche la envolvía al instante. El parque quedaba cerca del apartamento, así que veía absurdo irse en su coche. Mientras caminaba hacia el parque, su mente estaba llena de pensamientos contradictorios, cada paso la acercaba más a una encrucijada emocional.
Al llegar, vio a Lena sentada en un banco cerca del estanque, su figura era iluminada por la luz de la luna y uno que otro farol cerca de donde estaba. La doctora se acercó lentamente, cuando Lena levantó la vista y sus ojos se encontraron, su corazón latió con una fuerza irracional. Al llegar a su lado, vio sus ojos hinchados y rojos, había estado llorando. Algo que no pudo notar en la llamada.
—Creo que me estoy acostumbrando a buscarte cada vez que algo me sucede— Kara preocupada por lo recién dicho, se sentó a su lado.
—¿Qué sucedió?
—James fue a verme. Estuvo en la compañía.
—¿Qué hacía él allí?
—Fue a pedir perdón por lo que había hecho, pero terminamos discutiendo... otra vez— Kara soltó un suspiro mientras frotaba sus manos con la tela de su pantalón para calentarlas un poco. Aunque solo se estaba aguantando las ganas de abrazar a Lena.
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𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈
FanfictionKara Zor-El es una doctora altamente respetada en el hospital psiquiátrico de National City, conocida por su frialdad y profesionalismo con sus colegas, pero con una calidez única para sus pacientes. Su vida da un giro cuando le asignan a Lillian Lu...