La luz del sol matutino se filtraba suavemente a través de las cortinas de la oficina de la doctora, iluminando el espacio con un brillo tenue. Kara estaba reclinada en su silla, profundamente dormida con una pila de informes desordenados extendidos sobre su escritorio. Su rostro estaba parcialmente oculto por su cabello rubio que se había caído sobre su rostro mientras dormía.
El ruido suave de los pasos de los empleados del hospital y el murmullo distante de conversaciones en los pasillos formaban un fondo constante en el que la realidad comenzaba a filtrarse en el subconsciente de Kara. Su sueño era inquieto. A menudo se movía ligeramente y fruncía el ceño como si estuviera atrapada en una encrucijada de pensamientos y emociones sin resolver.
Un golpe suave en la puerta la hizo despertar. Kara se estiró, abriendo los ojos lentamente y miró alrededor mientras se reacomodaba en su silla. La luz del sol había avanzado y el reloj en la pared marcaba ya casi las diez de la mañana. Había dormido durante toda la noche en su oficina, rodeada de papeles y con la cabeza aún llena de los problemas que aun seguían sin resolver.
—¿Kara? — preguntó una voz desde el umbral, era Alex. La enfermera había escuchado a uno de los enfermeros nocturnos decir que la Dra. Zor-El había pasado la noche en el hospital y quiso ir a ver que todo estuviera bien.
La rubia se incorporó lentamente, aún aturdida por el sueño. Su mente todavía estaba envuelta en una maraña de pensamientos y emociones sin procesar. Miró a Alex, que estaba de pie en la puerta con una expresión de preocupación.
—Alex— dijo la rubia, intentando sonreír a pesar de su evidente cansancio. —¿Qué haces aquí tan temprano?
—¿Temprano? Son pasadas las 10 de la mañana— respondió la enfermera mientras entraba en la oficina y se acercaba al escritorio. —Uno de los enfermeros mencionó que habías pasado la noche aquí y me preocupé. ¿Todo está bien?
—Sí, todo está perfecto. Me quedé dormida mientras hacía algunos informes— Kara se frotó los ojos, tratando de despejarse.
Alex echó un vistazo a la pila de informes desordenados sobre el escritorio. —Parece que has tenido un largo día y una noche aún más larga.
—Sí, no me di cuenta de que el tiempo había pasado tan rápido— admitió Kara, tratando de ordenar los papeles a su alrededor mientras intentaba recuperar la compostura.
Alex observó el desorden y notó la expresión de preocupación en el rostro de la rubia. —Parece que estás lidiando con algo más que solo informes.
—Oh... no es nada— Kara queriendo huir de la enfermera se levantó de su silla. —Iré a ver cómo está Lillian.
—Si necesitas algo, no dudes en decírmelo— ofreció la enfermera, aún con una expresión de preocupación.
—Lo haré, gracias— dijo Kara mientras se dirigía hacia la puerta.
Cuando la doctora entró en la habitación de Lillian, encontró a su paciente en la cama, mirando por la ventana con una expresión pensativa. Al notar la entrada de Kara, Lillian se volvió hacia ella, con ojos llenos de curiosidad.
—Buenos días, Lillian— saludó Kara como siempre, tratando de ocultar su propio cansancio detrás de una sonrisa profesional. —¿Cómo te sientes hoy?
Lillian la miró fijamente y aunque su rostro mostraba una calma superficial, había un brillo inquisitivo en sus ojos. —Estoy bien, gracias. Aunque parece que tú no has tenido una noche muy reparadora— comentó con un tono suave pero penetrante.
Kara se sorprendió por el comentario y se esforzó por mantener su compostura. —Sí, me quedé trabajando hasta tarde. Pero no sería la primera vez que algo así sucede.
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𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 | 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝 𝐴𝑈
FanfictionKara Zor-El es una doctora altamente respetada en el hospital psiquiátrico de National City, conocida por su frialdad y profesionalismo con sus colegas, pero con una calidez única para sus pacientes. Su vida da un giro cuando le asignan a Lillian Lu...