Amor en las profundidades

Capítulo 53

Con el paso del tiempo, los seres del Inframundo comenzaron a notar el cambio en la atmósfera del palacio y la tristeza que envolvía a su reina y a los niños y las risas y la alegría que solían llenar los pasillos del palacio se desvanecieron, reemplazadas por un silencio cargado de pesar y dolor.

Los súbditos de Hermes y Hades observaban con preocupación cómo su reina, una vez radiante y llena de vida, se volvía cada vez más taciturna y apagada, los niños, también afectados por la situación, mostraban signos de tristeza y confusión, buscando consuelo en los brazos de su madre.

Mientras tanto, Ambroise continuaba con su maquinación, tejiendo su red de engaños alrededor de Hades con astucia y manipulación, con cada palabra susurrada al oído de Hades, sembraba más semillas de discordia y desconfianza en su mente, alimentando su creciente resentimiento hacia Hermes.

Hades, debilitado por la manipulación Ambroise y sus propias dudas internas, comenzó a volverse cruel con Hermes, culpándola de la tristeza y la distancia que había surgido entre él y sus hijos y sus palabras cortantes y acusatorias cortaban profundamente en el corazón de Hermes, dejándole herido y confundido por el repentino cambio en el comportamiento de su esposo.

A pesar de sus intentos desesperados por defenderse y explicar la situación, Hermes se encontraba cada vez más solo y desamparado en su lucha contra las fuerzas que amenazaban con separarle de su amado esposo y sus preciosos hijos.

Mientras el palacio del Inframundo se sumía en la oscuridad de la discordia y la desesperación, Hermes luchaba por mantener viva la llama del amor y la esperanza en su corazón, rezando por un milagro que pudiera salvar a su familia de la ruina que se cernía sobre ellos.