Capítulo 50

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Mientras tanto, en el palacio del Inframundo, Ambroise, disfrazado de viajero perdido, apareció ante las puertas del reino de Hades, buscando refugio y protección, con su seductora mirada y su encanto irresistible, logró captar la atención del mismísimo rey del Inframundo.

Hades, ajeno a las verdaderas intenciones de Ambroise, le ofreció hospitalidad y le invitó a quedarse en el palacio, poco a poco, la mujer comenzó a tejer su red de engaños, seduciendo a Hades con sus halagos y coqueteos, sembrando la semilla de la duda en su corazón y debilitando su lealtad hacia Hermes.

Mientras tanto, en el Olimpo, los dioses olímpicos observaban con satisfacción cómo su plan se desarrollaba según lo planeado y con cada paso que daba la mujer en el Inframundo, la pareja real se acercaba más al abismo de la discordia y la desconfianza.

Y mientras el peligro se aproximaba sigilosamente, Hermes y Hades permanecían inconscientes del engaño que se cernía sobre ellos, sumidos en la felicidad de su amor y la alegría de su familia.

Amor en las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora