Todo comenzó después de la guerra… cuando Harry acabó con el señor tenebroso y su vida normal, se comenzó a hacer aburrida y tuvieron que repetir el último año… En ese lapso de las vacaciones antes de entrar a Hogwarts, Harry y Ginny, Ron y Hermione, decidieron darse un espacio en su relación… así que los cuatro ingresaban solteritos… (obvioooo, sorry, nunca fui fan de su relación)
En tanto, en cierta mansión…
Draco Malfoy miraba la caja que había llegado a su casa, la cual estaba atada a un fino moño de seda, sus padres no estaban pero vio el remitente el cual solo decía el remitente: “Para D.M” y luego:
“Tu sabes lo que tienes que hacer”
-¿Draco Malfoy? – Pensó el chico al ver las iniciales ¿Es para mí? – Estaba solo en su casa, sus padres habían salido a comprar algunas cosas para que repitiera el último curso en Hogwarts… ya que el anterior lo había perdido.
Abrió el paquete curioso y descubrió un medallón de plata, no era muy llamativo, más bien insignificante… hizo un gesto ¿Quién le mandaba joyas femeninas? Pero la guardó en su bolsillo, quizás la tuviera que vender cuando necesitara dinero.
Revisó el listón de seda y la caja finamente labrada y con insignias que marcaban S. T. Entonces él pensó que quizás, esa caja y ese listón valían más que el propio medallón.
Pero las dejo y subió a su habitación a terminar de empacar, no le emocionaba acudir de nuevo al colegio, pero lo había ordenado el ministro de magia a sus padres porque deseaban tenerlo vigilado.
Así que una semana después se embarco en el expreso a Hogwarts, obviamente, se junto de nuevo con los slytherin que habían regresado de nuevo a estudiar y los de otros grados… no eran muy bien vistos, pero finalmente ahí estaban…
Draco ya no se acordaba, pero llevaba la misma túnica en donde había echado el medallón y se había olvidado de él… es más, ni lo sentía, no veía el brillo que emitía dentro de su bolsillo… era libre ¡Libre!
En una de esas, el rubio salió en busca de la señora de los dulces, la detuvo y estuvo escogiendo algunos… justo cuando Hermione y Ginny aparecieron para lo mismo…
Fue un silencio incómodo…
Draco procuró no verlas, no hablarles, no decirles una sola palabra para evitar un conflicto, ese año había decidido que ignoraría a todos y solo se dedicaría a sus amigos sin dejar que el fantasma de Harry y sus amigos lo atormentaran.
El talismán dentro de su bolsillo se revolvió… sentía inestabilidad, no había amor… había odio… eso odiaba el talismán que era “amor” quiso gritar, quiso salir, quiso ir hacia esa persona que emanaba tanto odio…
En una de esas la túnica de Draco se rozó con el cuerpo de Hermione, justo del lado del talismán… éste se volvió loco al sentir la indiferencia, la falta de completo y absoluto amor ¡Ella era su elegida! Lo tendría que amar…
Draco compró sus dulces y se alejó, pero al pasar de ese vagón a otro, el medallón saltó de su bolsillo cuando se golpeo la punta de la túnica con la puerta…
El medallón rodó, siguiendo la esencia de Hermione Granger, hasta que quedó a la orilla de la puerta donde ella se metió… tintineando, brillando, pero apagándose cuando pasaba alguien extraño y parecía confundirse con el piso…
Hasta que ella volvió a salir al baño, sola, de nuevo, el medallón rodaba hacia ella… metiéndose en el pequeño baño y justo cuando hacía sus necesidades, el medallón se rodó a sus pies… y ella quedó absorta…
De inmediato terminó y lo recogió… salió buscando a la posible dueña, pero no había nadie más en el baño del tren… se lavó las manos y lo volvió a tomar, era hermoso, muy femenino ¿A quien se le habría caído?
Primero pensó en preguntar de vagón en vagón para encontrar a la dueña pero… al sentirlo entre sus manos, esa tibieza, esa calidez… y brilló, brilló tanto que los ojos de Hermione brillaron y quedó prendada de su encanto.
No tenía cadena, era solo la medalla… deseó ponérsela ¿Pero como? Luego recordó que tenía un ganchillo dentro de su blusa y se lo enganchó, pegándose a su piel…
Sonrió traviésamente… esa idea ¡Ella se lo había encontrado! Bueno, si le salía dueña, lo devolvería… pero en tanto, quizás le consiguiera una cadena para colgárselo al cuello…
Y regresó a su vagón, mientras el talismán, esparcía su magia a su corazón… ¡No podía permitir que el corazón de esa chica siguiera siendo helado y frívolo con su dueño! Porque desde que Draco le pusiera las manos encima, significaba que era su dueño…
Draco se sentó en un vagón apartado, había demasiada gente en el suyo, todos los slytherin querían saber el chisme de la batalla, ya que de Sly, solo Draco, Crabbe y Goyle, habían participado… aunque Crabbe había muerto…
Pero Goyle no había vuelto al colegio, así que todos deseaban saber la versión de Draco, pero éste no deseaba hablar… Entró al vagón, pero se percató de unas maletas, entonces no estaba desocupada… y se sorprendió al ver entrar a un par de chicos…
Un hombre y una mujer, de la misma edad
-Perdón, no sabía que estaba ocupada – dijo Draco inquieto - ¿Son del colegio? No recuerdo haberlos visto…
-No, no somos de Hogwarts… como el colegio perdió muchos alumnos y algunos ya no quisieron regresar, quedaron vacantes… estamos aquí para cursar el último grado…
-Soy Alessa – se adelantó una guapa chica de pelo castaño rojizo, lacio, largo con un rostro precioso y le sonrió con cierto aire principesco…
-Draco – Murmuró mirándola de pies a cabeza, era una chica hermosa – Draco Malfoy
-Somos Alexander y Alessa Tugwood… hermanos gemelos, pero por lo que ves, no idénticos – Dijo Alex y era cierto, él poseía el cabello oscuro y ojos azules, mientras que Ale era de ojos y cabellos castaños, pero en un tono muy especial.
-¿Tugwood? ¿Descendientes de Sacharissa Tugwood?
-Si… somos sus descendientes… lejanos… muy lejanos… estábamos en América… Nuestra abuela falleció y decidimos venir a terminar nuestros estudios…
-Así que no saben en que casa estarán
-No… la directora McGonagall nos ha dicho que llegado el momento lo sabremos…
-Pues no creo que queden en mi casa, Slytherin…
-¿Por qué no? – Preguntó Alessa
-Por el apellido, creo que Sacharissa fue de otra casa, menos de Slytherin…
-¿Y que tiene tu casa que no tengan las otras?
-¿No lo han leído?
-No
-Gryffindor es la casa de los niños valientes y fieles… Ravenclaw de los valientes… Hufflepuff es de los nobles… Slytherin es de los apestados…
-¿Y porque?
-Porque somos muy selectivos – dijo con valor y procurando parecer autosuficiente – Solo se admiten de sangre limpia, no admitimos a los… mestizos… y no nos mezclamos con ellos…
-Y eso les trajo problemas – Sonrió Ale cruzándose de piernas mirándolo con intensidad, mientras que Alex, se sentaba a su lado y percibía un olor conocido… recordando las palabras de su abuela…
“El olor del talismán deja un aroma a jazmines e incienso de canela puro, será fácil saber en donde estuvo, solo tendrán que agitar su varita, decir el hechizo que les indicaré y aparecerá un rastro, que solo podrán ver en ropa”
Y si, el olor a jazmines e incienso de canela era extremo, arrugó la nariz ¿Sería que habían dado con el indicado? ¿A él le había llegado por error el talismán? Decidió hacer el hechizo de modo que él chico no se diera cuenta… claro embobado con Alessa, no prestaba atención a su alrededor.
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El Talismán
FanfictionDraco recibe de regalo una vieja reliquia de la cual desconoce su poder, decide llevarlo al colegio, sin imaginar el tipo de poder que encierra esa insignificante baratija