21: Asfixia

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Alessa estaba furiosa… ¡Esa maldita Granger se había atrevido a tanto! Claro, a la vez le preocupó lo que el talismán era capaz de hacer ¡La había agredido físicamente por el supuesto amor de Draco! Eso la hizo temblar.

Tenia que acabar con eso, ya tenían el talismán, mejor irse de inmediato del colegio, finalmente, sus carnales propósitos con el héroe del mundo mágico era un asunto perdido… se quedo en su habitación por un largo raro, rumiando y maldiciendo… Hasta que fue una de sus compañeras de habitación a buscarla.

-¡Oye! Que bajes, porque te tienen tu día de detención por el escándalo que protagonizaste, agrediendo a Hermione Granger

-¿Cómo así? – Brincó Alessa - ¿Qué yo inicie?

-¡Claro que tu! ¿A poco crees que una heroína como ella iniciaría un tonto pleito? ¡Tuviste que ser tú! Es más, ella ni sabe porque fue el pleito…

Alessa restregó los dientes y bajo decidida ¡Ella no estaba dispuesta a que Hermy quedara como víctima cuando había sido la primera en agredirla! Si era necesario, que usaran veritaserum…

¡Pero era suficiente! Gritaría a los cuatro vientos lo que estaba sucediendo y le valía lo que pasara… pero de repente, cuando iba bajando los escalones y antes que se enfrentara a toda la jauría, algo le jalo del brazo…

Potter la arrastraba hacia un apartado

-¡Suéltame! – Gruñó

-¿Qué demonios crees que haces? – Espetó Harry - ¿Por qué agredes a Hermione?

Lo único que le faltaba…

-Ella me agredió a mí y si supieras el motivo, te morirías – Se revolvió enfurruñada - ¡No lo creerías nunca!

-¡Pues quiero saberlo!

-Lo diré, ya lo creo que lo diré y entonces si… verás donde queda la heroína de tu amiguita… pero claro… como son ciegos a la verdad, te apuesto a que ni viéndolo lo creerías.

Eso escaqueó a Harry, Alessa parecía segura de sí misma

Es más, la guapa castaña se soltó del brazo del brazo de Harry con furia y se dirigió al centro de la sala, dispuesta a todo… Pero Hermione le salió al paso, al parecer, la lucidez le había llegado a tiempo…

-¡Oye! – Gimió la chica mirándola con ojos bien abiertos

Pero Alessa solo rechinaba los dientes

-¡Por favor, no digas nada! – Le suplico por lo bajito - ¡Perdóname, por favor, fue una estupidez!

Ella se cruzó de brazos, Harry se extrañó que Hermione después de la violencia, miraba con ojos de suplica a Alessa, y le pedía algo casi rogándole, al otro lado, el resto de los gryffindor estaban estañados.

Supuso entonces que había algo raro, quizás Alessa le sabía algo oscuro a Hermy y es por eso que ésta, le rogaba y tenía los ojos crispados y los labios le temblaban… Y es que Hermy sabía que se iba a meter en un lío si ella hablaba, aunque suponía que no todos le creerían, aquello sería el fin para su relación.

-No pienso dejar a Draco ni por ti, ni por nadie – masculló Alessa – Y no perdono que seas una estúpida ¿Cómo te atreves a pelear por algo  que no es tuyo?

Hermione quiso gritarle que Draco era más suyo que de ella, pero no quería tentar a la suerte y es que una ira la invadía y pese a mostrarse sumisa, en realidad deseaba seguir desgreñándola y hacerle daño por tener al rubio en sus manos…

Finalmente… Alessa tuvo que reconocer que aquello era más culpa del talismán, que cuando su magia terminara, no sería la única que la pasaría mal… esperaba que Draco no se enamorara de Hermione. Porque la caída sería dolorosa para ambos…

Resultó que la castigaron con tres detenciones… y se las tuvo que aguantar, porque la “victima” solo había sido castigada con una, eso le provocó un ataque fúrico a la chica, que juro venganza y sabía lo atormentador que podría ser un amor provocado por el poder del talismán…

Hermione no se la acabaría aunque eso le costara…

Y si que le costó… Porque durante una dolorosa semana, Hermione vio que Alessa no lo soltaba ni a sol ni a sombra, Draco se extrañó de ese cambio de humor de su dizque novia, que se mostraba muy amable, servicial, se iba con él a todas partes y le daba su ración de fríos besos.

Harry también estaba resintiendo el cambio de esa niña… sobre todo porque regresaba a su antigua actitud, su frialdad extrema, la gelidez de su mirada, el ignorarlo por completo… el moreno ya no sabía ni como la prefería.

El problema era que el dolor que provocaba ese malsano amor en Hermione era grande… que sentía una asfixia, un ahogamiento, necesitaba sentir cerca al rubio… y eso la tenía sumida en una profunda tristeza…

Ya estaba a punto de ir a suplicarle a Alessa que lo dejara respirar, porque tampoco el rubio tenía buena cara, le atormentaba que su novia estuviera sobre él, todo el tiempo, pero eso de cortarla… el tenerla como novia, le daba cierta estabilidad.

-Alex, me quiero ir – Le decía Alessa a  su hermano, durante una clase en la cual le tocaba juntos y había dejado “respirar” a Draco por unos minutos.

-Sí, yo también

-¿Y qué nos detiene?

-El talismán…

-¡Pero ya lo tenemos!

-Me da miedo porque puede ser que pase algo grave… no me confío, quiero esperar a que pasen los efectos en Hermione.

-No me lo recuerdes… pase tres días castigada por su culpa ¡Esa obsesión por Draco la trae de cabeza! Por eso esta que no la calienta ni el sol… porque no dejo que se le acerque…

-Que mala eres… dale chanza

-¡JA! ¡Me castigaron tres noches y a ella, solo una! No me parece muy justo… Estaba a punto de delatarla, claro, sin que me creyeran, pero eso la derrumbaría más.

-Haces bien…

-Bueno – Miró al rubio con fastidio – sigo en mi papel de novia asfixiante, pero en cuanto notemos que pasa el efecto y todo tranquilo, nos largamos

-Claro…

Alex vio alejarse a Alessa y sonrió mirándose al espejo, la imagen frente a él, tenía los ojos opacos… había vuelto a dormir a Alexander, tenía que hacerlo para usar la pócima que tenia escondida y que era para Luna…

-Ella nos tiene que querer…

Luna en esos momentos estaba envuelta en su mundo, mientras hacía sus experimentos de herbología, sola, pues como siempre, muchos le huían, a pesar de todo, a pesar de ser parte del grupo heroico y amiga de Harry Potter.

Suspiró mientras sus plantas luchaban por morderla y ella les daba las mordederas para evitar que le arrancaran un dedo, cuando una mano transparente calmó a aquellas plantas carnívoras.

-Rain

“Hola Luna, como siempre sola”

-si…

“¿Y Alex no te ha vuelto a molestar?”

-Solo he notado… que me sigue mucho, pero no se acerca

“A lo mejor teme que grites a su acoso”

Luna sonrió, aunque gritara, no habría quien la salvase en ese momento, claro, Rain sabía lo que pensaba, pues estaban unidas por su alma…

“¿Por qué no te dejas llevar y lo enamoras tu?”

La chica soltó una risita sarcástica poco común en ella y negó con la cabeza, dejando a un lado las mordederas y poniendo atención en el rostro invisible de Rain

-Yo no sé de esas cosas… haría el ridículo

Rain desapareció al instante que la profesora Sprout regreso para revisar lo que estaban haciendo… Luna se distrajo, cuando de pronto una de las plantas, le atrapo un dedo y le dio un fuerte mordisco, lastimando su dedo.

-¡Ay! – chilló Luna al jalar el dedo, rasgando su piel y provocando un sangrado abundante

-¡Qué barbaridad, Lovegood, a la enfermería rápido, que es muy irritante! – Luna se fue de inmediato a la enfermería, seguida por los ojos penetrantes de Alex…

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora