20: Fatalidad

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Hermione daba vueltas desconsolada frente al lago ¿Por qué, porque, porque? ¡El no debería dejarse manosear por esa tipa! Sentía una angustia en el pecho que no la dejaba respirar… Draco debía alejarse de esa noviecita ¿Es que acaso no entendía que no la amaba?

Y el poquitito de cordura que le quedaba le impedía actuar de manera irreverente, aún la detenía aquello de brincar encima de todas y decir que Draco Malfoy era solo suyo…

De repente… lo vio aparecer frente a ella y la miraba con cierto desconsuelo… ella se aventó a sus brazos y lo rodeo al cuello, plantándole un beso en los labios, sin importarle si alguien la veía atacando al rubio…

Draco abrió los labios dejando que ella lo explorara a su antojo mientras la tomaba por la cintura y la pegaba a él… ¿Por qué esa mujercita de sangre muggle lo excitaba de esa manera? ¡Pero deseaba poseerla y sentía rabia e impotencia!

Aquel beso era tan intenso que el rubio tuvo que hacer un esfuerzo enorme por quitarse a Hermy de encima y no tumbarla en el pasto y hacerla suya… es más, se preguntó si ella estaría dispuesta a…

-¡Rompe con ella Draco, no te quiere, solo finge! – Gimió Hermione mientras le tomaba el rostro obligándolo a verla

-Yo… no…

-¡Se que me amas, como yo a ti!

-Eso no…

-¡No lo puedes negar! No sabes lo que yo haría por ti – susurró Hermione mirándolo con un amor decidido en sus ojos castaños – Sería tuya si me lo pidieras…

A Draco se le secó la garganta…

-No digas tonterías Granger

-Puedo demostrártelo – Le susurró bajando el rostro de Draco con sus manos hasta pegarlo a su rostro de ella restregando su nariz con el del rubio – Yo hago todo lo que tu quieras…

-No… las cosas no son así… lo lamento…dame, dame tiempo – Respondió apretando los dientes y se soltó de las garras de Hermione caminando a prisa hacia el interior del colegio, dejando a la castaña sola y con lágrimas en los ojos

¡Draco la amaba pero esa maldita de Alessa estorbaba!

El chico llegó a un pasillo desolado, en donde golpeó la pared con rabia, se mezo los cabellos y finalmente se dejo caer en el piso, cerrando los ojos y tragando saliva, aguantando el dolor, no quería pensar en nada ¿Qué le pasaba a Hermione Granger?

¿Por qué le decía que lo amaba? ¡Eso le hacia daño! No le podía creer, los dos, enemigos por naturaleza… ¿Por qué de la noche a la mañana ella se rendía a sus deseos y le expresaba todo su amor?

-Yo no te amo Granger – murmuraba para sí – Yo no puedo quererte, esto es un sueño, una pesadilla, de la que pronto despertaré…

Se puso de pie cansadamente… y prefirió irse a la sala común, su mente le provocaba miles de pensamientos que lo revoloteaban dolorosamente… y en su pecho, sentía un vacío profundo ¿es que todo le tenia que pasar a el?

Pero le preocupaba Hermione y su obsesión por el…

Y hablando de obsesiones…

Otra que no estaba muy contenta era Alessa

De mal humor, en la clase de historia de la magia, con sus pensamientos en otra parte… sus pensamientos fijos en Harry… en lo sensual que se veía dentro de la tina, luciendo tan sexy y apetitoso, oliendo tan delicioso…

-¿Por qué no quieres ser mío? – Masculló entre dientes Alessa

Si… esa era la pregunta de los sesenta y cuatro mil… ¿Por qué San Harry Potter no quería prestar el cuerpecito a una niña sin malicia como Alessa tan solo para jugar al papá y la amante con el?

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora