16: Mis impulsos sobre tí

127 13 0
                                    


Draco dudó un momento de las palabras de Alessa, pero algo le decía que no debía regalarlo, sin embargo, el prestárselo, no le causaría mayor daño, además ya le había dicho que era de su madre… Seguro ella no insistiría…

-Te lo presto una semana – le dijo desabrochándolo de la solapa interna de su túnica… aunque le costó trabajo y se pinchó tres veces el dedo, provocando que parte de su sangre salpicara la gema que poseía en medio el talismán…

-¡Gracias! – sonrió Alessa dándole un beso casto en los labios y se lo guardó… suspiró tranquila y en cuanto pudo se deshizo del rubio para buscar a Alexander…  pero no daba con el ¿Estaba en su sala común acaso?

Salió al patio y se concentró, usando su conexión mental para hablar con él, algo con el que habían nacido y que pocos gemelos desarrollan, así que telepáticamente, pudo dar con él, pese a la magia que elucubraba en el ambiente…

“Alex, lo tengo, necesito verte, estoy en el lago”

Alessa esperó cerca de veinte minutos, cuando Alex apareció y ella poco sonriente le mostró el talismán… no le agradaba tener que irse sin haber logrado nada con el pequeño rebelde de Harry Potter… ¡debía ser suyo antes que se fuera!

Su hermano lo vio con los ojos opacos y cansados… el talismán brillaba con renuencia, insatisfecho por haber sido arrebatado de su actual dueño, claro, el hechizo estaba hecho… y solo una cosa podría romperlo…

-Bueno… si quieres, en este momento tomamos lo indispensable y nos vamos – Mascullo Alessa dándole el talismán a Alex

-Si – masculló

-¿O tienes alguna otra idea? – Preguntó al ver la duda en sus ojos y algo le dijo que su gemelo no idéntico tenía otros planes…

-Puse a dormir a Alex – Murmuró – Tuve que hacer la infusión del sueño de la doble personalidad…

-¡Oh!

-Quizás… quizás podríamos quedarnos un tiempo más…

Alessa no brincó de gusto, fingiendo una gran consternación

-Solo hay un problema

-¿Cuál?

-Le prometí a Draco que le devolvería el talismán… no me lo quiso regalar por más que insistí… es más, le juré que se lo devolvería la próxima semana

-Sí, es común con este objeto…

-¿Qué hacemos entonces?

-¡Ah! Ya lo sé… Me escabulliré a Hogsmeade, vi una joyería antigua, quizás puedan hacer una réplica del talismán y nos la tengan lista para el fin de semana, le damos la joya falsa…

-¡Eso me encanta! – Sonrió Alessa – Pero… ¿Cómo saldrás?

-Por eso no te preocupes, tengo mis mañas…

Alex se despidió, finalmente había hallado un modo de ir al pueblo y encargaría una copia exacta de la joya, mientras que Alessa regresaba a la sala común… era la hora de la comida y no había nadie ahí, era extraño… y de repente, esa soledad le dio una idea… de inmediato fue a su habitación, sacó sus zapatillas de ballet y se puso una pomposa falda echa de crinolinas, y tras arrimar mágicamente algunos muebles, se dispuso a practicar un poco el ballet…

Un cisne… deslizándose por la sala, con esa frescura, esa gracia y esa agilidad, sus pasos eran firmes, talón, punta, saltos, el suave aleteo de sus manos… la música de la radio que había en la sala común, que afortunadamente era clásica…

Harry, que ya se sentía un poco mejor… debido a los masajes intensos que Alessa le daba… con doble intensión claro, habían relajado bastante sus músculos y estaba harto de la cama… por lo que decidió levantarse… se apoyó en su bastón y notó que ya no sentía el estirón inicial, sonrió.

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora