10: Cómo quisiera...

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Si… definitivamente, Ginny Weasley era guapísima… Alex no lo dudaba, mirándola ahí, de pie en la escalera y recargada, dirigiéndole una mirada sensual, dejando caer todo su largo y sedoso cabello pelirrojo a un costado…

¿Quién querría competir con ella?

-Hola Alex – le saludó ella mientras el intentaba subir las escaleras

-Hola… Weasley…

-Dime Ginny, simplemente… Um… ¿Tienes tiempo? – Pregunto con su voz aterciopelada

-¿Tiempo? ¿Cómo para que?

-Para que charlemos… me gustaría conocerte mejor Alex…

El joven alzo una ceja y sin querer dio un vistazo, muchos chicos y chicas parecían que se habían quedado a mirar, por si el la rechazaba, muchos esperaban que por fin alguien le hiciera eso a la Weasley, después de que pasara de su agrado al rechazar a Harry.

-¿Qué pasa?

-Eso quisiera saber – sonrió Alex de forma irónica al ver que todos bajaban la vista al saberse descubierto… si bien, Ginny no era una santa, él no la iba a juzgar y era un caballero ante todo.

-No les hagas caso… son unos envidiosos…

-Muy sencillita no eres – Apuntó Alex cruzándose de brazos – Escucha, ahora tengo una clase… podemos vernos en Hogsmeade ¿Te parece? Te invito un café…

Los ojos marrones de Gin se incendiaron de alegría

-¡Claro! ¿A las nueve? Puedo mostrarte algunos lugares interesantes

-OK… hasta el fin de semana, Ginny…

Alex subió a sus clases, mientras que Ginny se sintió triunfadora, sonriendo con emoción… ese chico sería solo de ella ¡Nadie que fuese tan guapo como el, podría merecerla! Y se alejó de ahí dirigiéndola una mirada al resto como diciéndoles ¡Perdedores!

El chisme no tardó en regarse…

-Alex Tugwood, el chico lindo… parece que saldrá con Ginny el fin de semana – comentaban las chicas de Ravenclaw… Luna estaba cerca y detuvo un momento lo que hacía… sus manos le temblaron, pero se repuso en seguida…

Era un niño lindo… de esos que solo le regaló un gesto caballeroso y una sonrisa limpia, pero solo eso, como Harry, pero hasta ahí quedaba, ella no entraba en su vida… soñar eso, era un deseo de cosas imposibles.

Finalmente Ginny siempre ganaba

Porque por más que los chicos se quejaran de ella, la fama de sus besos y de su forma de ser, era un mal irremediable, todos deseaban tener un pedacito de su corazón, aunque fuera tan frío como el hielo y más frívolo que nunca.

¿Acaso Slytherin hubiera sido su casa perfecta?

Si había algo que Harry había notado, es que definitivamente Alessa no moría por estar con Draco… y eso lo intuía porque la chica permanecía ahí, en la sala común, arreglándose sus uñas ¿No podía hacer eso en su habitación?

El quería paz y tranquilidad, pero no se retiraba porque quería demostrarle que no le temía y que ese beso que le había dado no le importaba en lo más mínimo… ¡Ella no lo perturbaría!

Pero es que… le miraba de reojo cada que podía… era imposible no dejar de mirar lo perfecta que era… desde el largo de sus piernas casi interminables, hasta el cabello achocolatado y lacio que le caía como una cortina de ébano… sus gestos, sus modales, sus labios… esos labios que supieron como alterarlo…

Harry se maldijo…

¿Qué tenía que estar pensando en eso? Sería quizás, porque hacía mucho que no lo besaban… o porque ya los últimos besos que Ginny le daban carecían tanto de sentimientos que… lo lastimaban…

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora