33: Corazón de plomo

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La noción del tiempo no importaba, porque aquel beso había tardado tanto en volver, desde que comenzaran los problemas... Harry extrañaba el sabor de los labios de Alessa, su aroma, el ritmo de su corazón, sentir que ella en verdad tenía algún sentimiento por él... todos los volcó en ese beso que ahora se hacía mas intenso y mas doloroso, porque parecía que fuera el último.

Harry no lucho... algo dentro de él, le indicaba que... que era mejor dejarse llevar... abrió más los labios, el bastón lo soltó de sus manos y los pasó alrededor de la cintura breve de Alessa, ella se acomodó en sus piernas, finalmente, el dolor no importaba, ella se apretó hacia su pecho y el calor era más intenso, mas fructífero... las llamas parecieron rodearlos

Deseo... Amor... Pasión... Entrega total...

Y no fue Alessa... Fue Harry quien deslizo el body de sus hombros, con las manos contenidas, ansiando arrancárselo del cuerpo, mordiendo sus labios con furia indómita, aquel pequeño beso se intensificó, se convirtió en fuego, en un incendio emocional... Alessa ahogó un gemido de doloso placer cuando los labios del moreno recorrieron su cuello hasta detenerse en su torso...

Lentamente, el placer se mezcló con el gozo... Harry dejó a un lado al niño que había sido, al hombre en el que se había tenido que convertir al combatir con Lord Voldemort

Para dar paso al hombre carnal, febril, deseoso por poseer a la mujer de sus sueños, por convertirla en su amante... si, quizás sonaba fuerte, pero el la soñaba así, su mente se dejó dominar por la fantasía y dejó a un lado la cordura.

Esa tarde, la entrega fue intensa… no sabía porqué, pero hasta le parecía que era como una despedida, ella lo amó, lo amó como nunca, lo besó con tanta pasión, que Harry se perdió en sus brazos, en su cuerpo… Hasta que finalmente, el cansancio los venció

Así hasta el amanecer…

Cuando Harry se levantó de aquel improvisado lecho amoroso, se percató que estaba solo ¡Lógico! Ella se había aprovechado de su debilidad, sabía que la quería, se quedó un rato mas mirando al techo, aún sintiendo la tibieza de su cuerpo

Lanzó un suspiro y una maldición… en esa tarde, se había convertido en hombre, con quien menos lo pensaba… el alguna vez había imaginado a Ginny en sus brazos, pero de pronto todo había cambiado y la que había dormido con el, era una hermosa mujer castaña…

Se incorporó y alcanzó su ropa, antes que lo buscaran por no dormir en su habitación, lo hizo lentamente, mientras recordaba lo que había ocurrido… el modo en que ELLA lo había echo suyo, el modo que tenía para seducirlo e idiotizarlo… pero una cosa si no podía evitarlo… había disfrutado mucho…

Ella era una diosa del amor

Salio arrastrando los pies de la habitación, el sol le dio de lleno en los ojos, camino lentamente hasta el interior del castillo, esperando que en cualquier momento le saltaran los profesores y le hicieran mil reclamaciones, aunque sabía que no lo castigarían

¿Castigar al héroe?  De pronto se comenzó a reír por esa tontería pensada ¿De cuando acá el se sentía superior a los demás? La sonrisa se le borró cuando entró y vio caras largas, lentamente, algunos medio volvieron a verlo…

Observó que en la mesa Gryffindor estaban sus amigos, Ron cuchareaba el cereal y notaba que Hermione estaba tensa, mirando a la nada…

-Hola – se sentó a un lado

-¿Dónde dormiste amigo? – Preguntó Ron

-Por ahí – respondió - ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras?

-Como dormiste por ahí – sonrió Ron entonces – no te has enterado de las buenas nuevas…

-¿A que te refieres?

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora