36: Tenerte entre mis brazos

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Solo oscuridad... Solo restos escondidos de felicidad... Solo el recuerdo de un maldito talismán que provocó que conociera a la mujer más hermosa del mundo... y que supiera de su traición, de sus malas intensiones...

Pero aún tenía presente el sabor de su boca, de su entrega pasional, de su cuerpo maravilloso, del éxtasis con el que ella agitaba su cuerpo, sus crueles palabras dulces cuando le decía "Te amo"

Una lágrima solitaria resbaló por su rostro... Harry Potter era... un desastre... la casa lucía sucia, pese a que la señora Weasley hacía todo lo posible por mantenerla limpia, pero con la negativa de Harry a que alguien lo molestara, poco se podía hacer

Se pasaba los días malcomiendo o... ¿Acaso comía? tenía una incipiente barba, hacía mucho que no se pasaba el rastrillo en la cara, botado en la cama, con la mirada perdida ¡Al menos así el ojo que tenía lastimado, no se afectaba por la luz!

¿Se había bañado? Quien sabe... seguramente su olor no era agradable... esa escena es como si Harry estuviese dejándose morir lentamente... En su mente solo tenía un par de cosas, Alessa, hermosa vivaz, su sonrisa... la segunda... La muerte...

Harry sentía que... si no tenía amor y estaba rodeado de hipocresías ¿Que caso tenía vivir? Estaba convencido de que las muchachas solo estarían con el unos meses y luego lo botarían ¿Quien quiere a un tullido?

Todas las noches rezaba a la muerte... que fuese por el

Sin embargo... Una mañana, alguien entró a la casa de Harry, miró aquel desorden, el desastre potencial, el mal olor ¿Como es que Harry podía  vivir así? Y un horrible pensamiento atravesó su mente ¿Y si Harry ya estaba...?

¡NO!

Subió hacia las habitaciones, buscando en cada puerta con el corazón desbocado, pero no las abría de golpe, porque no deseaba encontrarse con ninguna sorpresa, así que era lento y se asomaba con timidez.

Hasta que Alessa dio con la habitación del moreno... Lo vio entre las penumbras, en su cama... por un momento tembló ¿Y si el? ¡NO! No debía pensar mal, caminó lentamente hacia el, se asomó y escuchó su respiración...

Lo contempló... Su aspecto no era nada bueno, la barba crecida, la piel muy pálida... con la pijama en mal estado ¿En donde se había quedado la esencia del gran Harry Potter? ¿Porque las secuelas de su heroicismo lo tenían con tan mal aspecto? Se recostó a su lado, y si, no olía muy bien... Pero se soportaba...

Alzó una mano y acarició su rostro, su barba picoteó su mano, pero pese a todo, era suave...alzó su mano y el cabello negro como la boca de lobo, estaba más largo y alborotado... De pronto él abrió los ojos y se quedó mirando a la figura oscura acostada a su lado, no supo que hacer...

La suave mano femenina no cesaba de acariciarlo... El guardó silencio un rato ¿Acaso sería? Tragó saliva y dejó que sus ojos se acostumbrasen a la oscuridad, hasta que distinguió las facciones hermosas de Alessa...

-Apestas Potter - susurró ella suavemente

-Lo se - carraspeó Harry

-Te prepararé el baño - Dijo Alessa y fue a preparar la tina, con sales curativas, burbujas y la navaja para rasurarlo...
Harry se asomó arrastrando su pie, tímidamente por la puerta del baño, la observó a la débil luz que había, con su hermoso cabello chocolatado cayéndole por su espalda, con su sinuosa silueta, pero vestida de modo conservador.

-Desnúdate - Le dijo ella - Tienes que bañarte...

Pero Harry permaneció de pie... como que aún no entendía lo que pasaba ¿Que hacía Alessa en su casa? ¿Como era posible? Ella se volvió a verlo y sintió un espasmo al ver su hermoso rostro, con esos ojos expresivos.

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora