19: No renunciaré

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Alessa solo se preguntaba una cosa ¿En dónde diablos estaba Harry Potter? ¿Dónde se le había escapado siendo que tenia prohibido salir de la sala comun?

Esa mañana había subido a su habitación, emocionada, brincoteando porque al señorito le tocaba su manoseada… Ejem… mejor dicho, que ella le hiciera sus masajes y de paso, dejarle sus deberes, pero la cama estaba vacía…

La cama estaba desecha y solo su pijama sobre las almohadas, las pócimas a medio beber y eso hizo que gruñera, se sentó malhumorada en la cama, agarrando el pijama del moreno e inconscientemente se lo llevo a la nariz…

Aspirando el olor del muchacho…

Mmmm ¿Tenía que oler tan bien? ¡Demonios! Que fetichista…

De repente, entro Ron a la habitación y se quedo perplejo al verla, de hecho, siempre le pasaba lo mismo con ella ¡Es que era tan bonita! Pensaba, que lo atontaba bastante… y le sonrió de modo tonto y mostrando su ancha boca en una mueca alegre.

-Hola – saludó Ron tratando de mostrar una falsa seguridad que funcionaba con otras, más no con ella.

-Ronald – Mascullo Alessa

-Umh… Harry no… está ahora

-Sí, ya me di cuenta…

-Está en el baño de los prefectos… le dijeron que se diera un baño con algo como hidromasaje… ya sabes, para que relajara los músculos de su pierna…

-¡Oh! ¿Y dónde queda eso?

-Pues em…

-¡Por fis! – Se puso de pié Alessa y le lanzo unos ojos mas coquetos y dormilones a Ron – Necesito saber cómo sigue Harry ¿Qué cuentas le daré a la directora? Me ha dicho que cuide bien a su… tesoro… Tú sabes cuanto lo quiere

Ron se dejo convencer por esa niña bonita… le dio santo y seña sobre la localización de los baños de los prefectos y Alessa ni tarda ni perezosa se lanzo en su búsqueda… ¡Porque su deber era primero y Harry necesitaba sus manos santas!

Si… no debería meterse en el baño de los varones pero le valía…

Mientras que ese chico… nuestro bello héroe, Harry Potter, estaba ahí, en el baño, lleno de una burbujeante agua, esperando vanamente que lo relajaran y así no necesitara nada de Alessa, sobre todo de sus manos ansiosas que lo ponían nervioso…

No se dio cuenta cuando la puerta se abrió y ella entró, pues el chico estaba con los ojos cerrados, dejando que los vapores del agua tibia y las burbujas reventaran en su rostro, tenia el cabello mojado, regado por su rostro en mechones, Alessa no pudo más que recorrerlo y sentir que era simplemente… hermoso…

Parecía que contemplaba a un ángel, porque ella no se movió ni un ápice, maravillada por esa imagen, notaba que el chico, ya no tan niño, poseía una sombra oscura en su mentón, seguro la barba de tres días y necesitaba afeitarse…

Su piel blanca, ligeramente sonrosada en las mejillas por el calor del agua tibia, lo hacían verse encantador, tan tierno e inocente… levanto un momento una pierna y vislumbro los vellos que había… bueno, desde que comenzara a masajearlo, había visto cuan velludo era…

Iba a hablarle cuando notó que toda su ropa estaba a un costado, absolutamente toda, eso quería decir que… estaba sin nada de nada, metido en esa enorme bañera… Sonrió y se acercó sin hacer mucho ruido…

-¿Quieres que te rasure? – De repente dijo la chica y Harry abrió los ojos como bólido

-¿Qué haces aquí? – Gruñó el chico

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora