12: Entre más diga que no

126 9 0
                                    

Cuando Harry abrió los ojos, estaba de vuelta en su cama… Neville y Ron le miraban con preocupación, el chico hizo un gesto cuando se quiso incorporar y notó que su pierna estaba entablillada y bañada en emplaste con un mal olor.

-¿Qué, que me paso?

-Eso quisiéramos saber Harry… Neville te encontró desmayado en el piso – Dijo Ron – Suerte que había regresado a la habitación… Madame Pomfrey tuvo que venir aquí… no podrás moverte en una semana, tu pierna se volvió la lastimar…

Harry maldijo… y no porque tuviera que faltar a clases, si no por el hecho de que no se pudiera mover a gusto, mas luego recordó lo que Alessa casi conseguía de él y se sonrojó ¡Todo por culpa de esa tipa tan coqueta!

-Ya no quiero seguir en la escuela – Chilló Potter

-Olvídalo Harry, McGonagall dijo que te quedas y punto, pero no te preocupes… que todos los días en lo que estás en cama, te traerán tus alimentos, tus tareas y te pondrán los emplastes en la pierna…

-¿Qué?

-Fueron sus órdenes…

-¿Y quien demonios hará esto todos los días?

-¡Potter, tus deberes! – De pronto entró Alessa, con ese aire sensual, atractivo, despampanante y seductor que hizo suspirar a Ron y a Neville… ella se acercó contoneando sus caderas y mirando con aire de superioridad a los amigos de Potter.

-Pensándolo bien – murmuró Neville – Creo que si tendrás muchos problemas… cuando Draco se entere a quien puso la directora a cuidarte…

¡NA! La verdad era que Alessa se había ofrecido de voluntaria a sabiendas que el rubio no objetaría nada, finalmente, su romance a esas alturas, parecía tan superficial.

Pero el que mas palideció fue Harry… O sea… hacía unas horas, ella había tratado de… de… comérselo… ¿Y ahora resultaba que ella sería la que pusiera sus manos encima de su cuerpo? ¡NO! No podía dejar que eso pasara… Ella, ella era peligrosa y él no quería verla todos los días… ¡Protestaría!

Ron y Neville tuvieron que irse a sus clases, dejándolos peligrosamente solos… Ella suspiró al verlo así ¿Cómo se lo echaría si ahora estaba en tan mal estado? Parpadeó y se prometió no pensar en esas cosas… por el momento…

-¿Cómo estás? – Le preguntó dejando las tareas y los libros a un lado

Nuestro héroe apretó los dientes y le miró de mal modo

-Me siento fatal – dijo ella sin prestar atención sentándose en la cama de al lado, cruzando sus piernas y mostrándoselas con coquetería - ¡Espero que no te hayas lastimado por mi culpa! Tú sabes que lo que menos quiero es verte así… inútil…

Harry carraspeó y por un momento, aquellas piernas largas y torneadas lo descontrolaron… pero procuró el control y se dirigió a ella fríamente.

-No quiero que tu me traigas las tareas, no quiero que tú vengas a molestarme, no quiero que tu me…

-¿Qué yo te ponga las manos encima cuando te toquen los emplastes? La directora me dijo que tendré que atenderte

-¡Le diré que ponga a alguien mas! – Protestó el moreno

-Relájate – Sonrió Alessa cambiando de cama, casi saltando a la de el – Estás muy tenso

-¡No me toques! – Espetó…

Pero Alessa ya le había tomado la medida, porque se inclinó hacia el, tomando sus labios por sorpresa y dándole un beso voraz y ansioso, mientras acariciaba su cuello ¡Adoraba el cuello de Harry! Si fuese vampiro, se prendería de ahí todo el tiempo…

El TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora