Capítulo 51

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Una débil sonrisa se forma en mi rostro y un sentimiento de júbilo recorre todo mi cuerpo. Es asombroso oír una muy buena noticia en este momento tan triste.

-Te hizo sentir mejor-comenta riendo.

-Mucho-Manuel al fin terminó con Nina. No la he visto debido a que ella está en casa de una amiga pero ¿estará triste? ¿Qué explicación le habrá dado Manuel para romper con ella?

-Deberías dormir.

Volteo a ver a Thomas-¿Tú no estás cansado? Yo puedo conducir-Maldita sea. Debo hacer el papeleo para obtener mi nuevo permiso de conducir. Siempre es necesario.

-¿Con tu brazo vendado?-alza las cejas y no puedo evitar sonreír avergonzada-Estaré bien. Menos mal el entrenador me dio permiso para faltar al entrenamiento de mañana e ir a ver a Manuel...Aunque no le hizo mucha gracias que lo despertara a estas horas-hace una mueca-Duerme, Ellie. Te avisaré cuando lleguemos.

-Está bien...no tengo mucho sueño.

Mentira. He estado cansada debido al viaje a Berlín y lo único que quiero es dormir pero también estoy muy preocupada por Peter. Sería terrible que las cosas salgan mal.

Apoyo mi cabeza en el asiento e intento ponerme cómoda justo antes de cerrar los ojos y dejar que el mundo de los sueños venga a mí.

...

-Ellie-la voz de Thomas me despierta-Ya llegamos.

Abro mis ojos y noto que Thomas ya ha bajado del auto. La puerta del copiloto está abierta y lista para que yo salga, lo cual hago con un poco de lentitud debido al sueño.

Esta es la primera vez que estoy en Gelsenkirchen y ni bien salgo del auto, veo el hospital en el que estamos. Ya es de día, el cielo está nublado y la mañana se siente muy fría.

Thomas y yo nos dirigimos a la entrada mientras me quito el moño desordenado e intento peinar mi cabello para que esté suelto.

Los dos ingresamos al hospital y nos dirigimos a la recepción. El hospital parece tranquilo y casi vacío, debe ser porque es muy temprano.

-Buenos días-Thomas es el que toma la palabra. La señorita levanta la vista que tenía fija en la computadora. Ella viste un traje blanco junto a un abrigo mostaza-Quisiéramos saber sobre Peter Neuer.

La señorita abre los ojos como si fueran platos y después de unos segundos, que parecieron largos, reacciona-Eh...sí, seguro-dice nerviosa antes de escribir algo en la computadora-El señor Peter Neuer está siendo operado justo ahora en la habitación 34 del tercer piso.

-De acuerdo. Gracias-Thomas y yo estamos a punto de dirigirnos al ascensor pero la señorita vuelve a hablar.

-Solo los familiares pueden ir. ¿Ustedes son familiares?-alza las cejas y nos mira como si la respuesta fuera obvia.

Observo a Thomas para saber si él tiene alguna idea de lo que responder...y la tiene-Es nuestro mejor amigo-me señala-Debemos estar con él en este difícil momento. Por favor, señorita. Usted debe tener muchos amigos y si ellos pasaran algo así, querrían compañía. Por favor-No sé cómo lo hace pero su expresión la convence. Nadie puede decirle que no a Thomas.

-De acuerdo-sonríe de forma amable-Pero por favor, ¿puedo tomarme una foto con usted?

No puedo evitar sonreír divertida cuando los dos se toman una foto. Luego la señorita lo deja ir, así que no perdemos tiempo y vamos al ascensor que nos lleva hasta el tercer piso. Al llegar, Thomas y yo caminamos por el pasillo. Observamos a algunos enfermeros pero aparte de ellos pareciera que el hospital estuviera vacío.

Tú a Canadá, yo a Alemania | Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora