Capítulo 4

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Despierto más o menos a las 6:40 de la mañana. Siempre me despierto temprano, es una costumbre para mí. Me doy una ducha luego me pongo jeans, botines color vino, un polo blanco y encima una chompa roja con botones. La ropa de Emma me gusta, es muy a la moda pero a la vez cómoda. Me peino haciéndome un moño, me pongo mi collar con la letra E que solo me saco al dormir y luego bajo para el desayuno.

Nadie se encuentra. ¿Es que se despiertan tan tarde? Ya son las 7 de la mañana, decido prepararme yo misma el desayuno, quiero hacer panqueques. Mi típico desayuno cuando estaba en Canadá. Mientras los estoy haciendo, Alfred entra a la cocina bostezando. Cuando se da cuenta de mi presencia me mira sorprendido.

-Señorita Emma, buenos días. Se ha levantado temprano, que raro. Pero usted está…está…-señala la sartén frunciendo el ceño-¿Está haciendo el desayuno?

-Buenos días, Alfred-saludo mientras doy vuelta al panqueque con la misma sartén, lo que asusta a Alfred-Sí, lo estoy haciendo, aunque…necesito ayuda-sonrío-¿Puedes ayudarme con el jugo de naranja?

Alfred está en shock, pero luego de un momento reacciona-Por supuesto-sonríe. Río suavemente y los dos juntos preparamos el desayuno y arreglamos la mesa del comedor.

El primero en bajar es Manuel quien mira maravillado los panqueques en la mesa-Buenos días, Emma-me sonríe.

-Buenos días, Manuel-lo saludo sonriéndole de vuelta.

-Esto luce riquísimo-señala todo mientras se sienta.

-La señorita Emma preparó los panqueques. Buenos días, señor Manuel-dice Alfred que llega a la mesa con la jarra de jugo de naranja.

-Buenos días, Alfred. Wow, no sabía que supieras cocinar Emma.-me dice antes de dar un bocado.

-Aprendí en Londres-le miento. La verdad es que mi mamá me había enseñado a cocinar desde pequeña. Espero que ahora en Canadá no le pida a Emma que cocine. Probablemente quemaría la casa.

-Mmm-saborea cerrando los ojos. Río suavemente, se ve tan gracioso. Parece un niño.-Está delicioso.

En ese momento llega mi papá con el tío Billy.

-Buenos días-saludan a la vez. Mi papá se acerca y me da un beso en la frente.

-Buenos días-saludamos Manuel y yo a la vez.

-Alfred, esto luce delicioso-le dice mi tío a Alfred, quien se encuentra parado a un lado.

-Buenos días, señores. En realidad, la señorita Emma preparó todo. Yo solo la ayudé a hacer el jugo-sonríe.

-¿Tú, hija?-pregunta mi papá sorprendido.

-Sí, papá, yo lo hice.-digo en voz baja avergonzada.

-No lo puedo creer. Si irte a Londres hizo que hicieras esto-señala los panqueques-Te habría mandado hace tiempo allá.-Todos reímos y yo le doy un pequeño golpe juguetonamente.

-Buenos días familia-saluda Nina mientras se sienta.

-Buenos días-la saludamos todos mientras comemos.

-Hija, mira lo que ha cocinado Emma para nosotros junto a Alfred, claro-le dice el tío Billy.

-¿Emma?-pregunta sorprendida.

Tú a Canadá, yo a Alemania | Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora