Capítulo 90 (Epílogo)

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8 años después

El delicioso olor a panqueques recién hechos inunda a mis fosas nasales pero no quiero levantarme e ir hacia la cocina ya que me siento demasiado cansada por una razón aparente...así que espero unos minutos hasta que escucho los pasos precipitados de Manuel hasta llegar a nuestra habitación, además de otros más ligeros y delicados.

Cuando escucho la puerta abrirse, inmediatamente abro mis ojos antes de sentarme con cuidado y sonreír con ternura al ver esta escena.

Melissa lleva un pequeño regalo entre sus manos mientras que su papá lleva el desayuno en una bandeja de madera.

-¡Feliz Cumpleaños!-exclaman los dos.

Mi pequeña no demora en entregarme el regalo y darme un abrazo mientras que Manu deja la bandeja en la cómoda a mi lado y se nos une.

-Gracias. No debieron molestarse.

-Amor, es tu cumpleaños...tenemos derecho a hacer esto-murmura Manu antes de entregarme mi desayuno: unos deliciosos panqueques con jugo de naranja además abro mi regalo y me encuentro con un hermoso brazalete.

-Es precioso-afirmo maravillada mientras Meli y yo lo observamos.

-¿Cómo amanecieron?-pregunta Manuel antes de darle un beso a mi barriga y sentarse a mi lado.

-Muy bien-respondo antes de darle un bocado a mis panqueques-Deliciosos.

-Yo ayudé, ¿verdad, papá?-se apura en decir Meli. Es la pequeña de seis años más hermosa en el mundo y está emocionada porque finalmente va a tener un hermanito o hermanita.

-Claro que sí, nena-De pronto, nos mira pensativo-Tengo el presentimiento de que el bebé será hombre-ríe Manuel.

-Pero igual jugará a las muñecas conmigo-dice mi pequeña cruzándose de brazos.

-Por supuesto, cariño-río mientras Manuel la abraza para tranquilizarla.

-Bien. Alístate, Meli-Ella asiente rápidamente antes de correr hacia su habitación-y tú también, Kätzchen. Hay muchas cosas por hacer.

-¿Qué? No-me lamento con flojera-¿Podemos, tal vez, quedarnos aquí todo el día?-señalo la cama.

-Eres demasiado floja-me reprocha.

Hombres...Ellos no entienden.

Gracias, subconsciente.

Me cruzo de brazos-Intenta tener hijos y sentirás lo mismo.

...

-No quiero ser paranoica ni nada de eso...pero aquí hay gato encerrado-me dice Emma cuando al fin estamos solas en un baño público del centro comercial.

La verdad es que Fred, Manuel, Melissa y el pequeño Austin-hijo de tres años de Fred y Emma-nos han llevado de paseo por todo Berlín y no hemos visto a nuestros padres en ningún momento además de que no nos han llamado, ni siquiera nuestros amigos...Es como si se hubieran olvidado de nuestro cumpleaños. Y solo hay una cosa que puede significar todo eso:

-Están organizando una fiesta sorpresa-sospecho.

-¡Están organizando una fiesta sorpresa!-exclama ella más fuerte que yo y a la vez.

-¿Qué vamos a hacer? Tú sabes que no soy fan de las fiestas-me cruzo de brazos.

-Anímate. Seguro solo será la familia y nuestros amigos más cercanos. No es como que hagan la fiesta más grande del mundo-Se encoge de hombros.

Tú a Canadá, yo a Alemania | Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora