Tú a Canadá, yo a Alemania | Manuel Neuer

Capítulo 78

Observo el fuego...y las llamas consumir la madera puesta perfectamente en la chimenea.

Ya estoy bañada y cambiada pero ni siquiera eso me hace sentir limpia por dentro.

Siento que un lado de mi cabeza comienza a palpitar, causándome un ligero dolor. Desde hace mucho, siento un vacío en mi estómago pero no porque necesite comida. Y aparte de todo eso, hay algo más que me carcome por dentro: la culpa.

Maté a alguien. Maté a Joel. Incluso si él estuvo a punto de hacer eso conmigo, no cambia los hechos. Yo le arrebaté la vida. Él murió por mi culpa. Yo lo acuchillé y eso me convierte en una asesina.

¿Cómo puedo vivir así? Me siento demasiado mal. No puedo parar de pensar en cómo se sentirá Amanda cuando sus padres le cuenten que su hermano no regresará. Y ellos me odian. En el hospital se armó un escándalo y, si no fuera por los oficiales junto a Manuel, los señores Braun me habrían golpeado ya que se lanzaron sobre mí.

Nunca me había sentido como ahora. Al tomar la decisión de acuchillar a Joel, todo en mí cambió.

Me siento diferente.

-Di algo.

La voz de Manuel se escucha a mi lado pero me siento ausente. Quiero que todo sea solo una pesadilla.

-Por favor-pide con voz débil.

-¿Qué quieres que te diga?-pregunto en voz baja.

Mi garganta está seca y ni siquiera puedo tragar con normalidad. Mi voz está ronca...Secuelas del ahorcamiento. No sé cuánto tiempo estaré así. Todo mi cuerpo me duele además de las heridas en mi rostro.

-Que puedo hacer algo para hacerte sentir mejor-murmura mientras toma mi mano y la aprieta suavemente.

Me quedo callada. Siento a mis ojos arder pero después de tantas lágrimas ya no quiero llorar.

-Me siento terrible-susurro volteando a verlo. Su expresión es de tristeza-No puedo creer que soy una asesina.

-Ellie, recuerda lo que el oficial dijo: Matar en defensa propia no es asesinato.

-Pero aun así, es matar.

Cuando el oficial dijo eso, yo sentía la esperanza de que Joel sobreviviera y que no pasara lo que ahora sucede.

-Ibas a morir, Ellie...si no hacías eso, ibas a morir-recalca-No te culpes.

Eso quisiera, pero no puedo. La culpabilidad me consume.

-Aquí está lo que pidió, señor Manuel-Chelsea llega con dos tazas que nos entrega a cada uno. Habla con voz tranquila y, a la vez, triste.

-Gracias-responde al recibir las dos tazas de té. Una me la entrega.

Chelsea se retira en silencio.

Manuel bebe con tranquilidad mientras que yo reposo la taza entre mis manos.

Según lo que sé, Emma está en camino a la casa de Manuel. Mi tío Billy y Nina ya saben sobre el secuestro por lo que los llamé y los tranquilicé. En cambio, mis padres se enteraron por la llamada de un oficial de policía a la abogada del caso de Joel, es decir, mi madre; por lo que después de todo están regresando a Alemania-ignorando mis súplicas de que se queden-. He arruinado su luna de miel.

Ellos llegarán en, aproximadamente, seis horas y cuando lo hagan...diré junto a Manuel lo que pasó, además de confesar lo nuestro.

Esta noche puede resultar más dramática de lo que ya es.