Capítulo 3

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De pronto siento los brazos de Alfred que me ayudan a levantarme.-Gracias-le agradezco con voz suave.

-Hola Emma, que gusto verte de nuevo-sonríe el que supongo que es Manuel. Emma se olvidó de mostrarme una foto de él ya que no tenía una en su celular. Debo decir que es muy guapo, pero en serio es un idiota-Oh…Lo siento no te había visto,-dice falsamente alzando las cejas- si lo hubiera hecho no habrías bueno...-Señala el suelo con sus grandes manos.

Lo miro frunciendo el ceño, sorprendida. –No te preocupes-le digo. Emma me dijo que lo ignorara cuando lo viera, así que eso hago. Me volteo y sigo a Alfred que lleva el plato de galletas hasta la que creo que es mi habitación.

-Le dije que el señor Manuel haría algo.-me dice Alfred mirándome preocupado cuando ya estamos dentro-¿Está bien?

-Si-le respondo mientras miro mis manos que ahora están algo sucias-Gracias por las galletas, Alfred-sonrío agradecida, él hace lo mismo y se retira de mi habitación cerrándola.

Me lavo las manos en el baño de mí ahora habitación, que es grande ya que aparte de tener baño, tiene un guardarropa gigantesco, un mueble grande, un escritorio, televisor pantalla plana, equipo de música y otros lujos, de los que en Canadá no tengo en mi verdadera habitación.

Como rápidamente las galletas, las cuales están deliciosa. Después me dirijo hacia el equipo de música, agarro uno de los CD’s, es el de Alex Clare, lo pongo y la primera canción que suena según el disco es Relax my beloved. Subo un poco el volumen, es muy buena. Acompañada de música, me saco la ropa y me dirijo al baño para entrar a la ducha.

Cuando termino salgo y elijo lo que me pondré del gigantesco guardarropa, creo que tiene todo de cada color. Me decido por unos jeans azules, botas de color marrón y un jersey crema.

Cambia de canción en el equipo y comienza Too Close una canción que si la he escuchado, comienzo a cantarla moviendo los labios y bailando, mientras seco mi cabello. Cuando ya lo está, escucho que alguien toca fuertemente la puerta. Me dirijo hacia esta y la abro, me encuentro con una joven rubia, por las fotos sé que es Nina.

-Hola Emma-saluda con una sonrisa que se le borra rápidamente-¿puedes bajar el volumen? Intento…estudiar.

-Hola, Nina. ¿No estás de vacaciones?-pregunto confundida.Ella me mira como diciendo ‘solo baja el maldito volumen’.-Seguro, Nina-digo tranquilamente y cierro la puerta en su cara. Voy hacia el equipo y bajo solo un poco el volumen. No lo había puesto tan alto como para que se tenga que quejar.

Ordeno algunas de mis cosas, guardo mi cámara fotográfica en un cajón de la cómoda al lado de la cama. Y para mi sorpresa en el cajón debajo de este se encuentra una gran cantidad de preservativos.

Ay, Emma. Y tengo que dormir en esta cama. Cierro el cajón, algo asqueada, y continúo con lo que hago. Después de un rato apago el equipo ya que casi es la hora de cenar y debería ir abajo.

Nina no me cae nada bien, ni siquiera me saludó con felicidad verdadera como los demás, a excepción claro de Manuel…y los guardias.

Salgo de mi habitación con cautela ya que no quiero ver ni a Nina ni a Manuel. No hay muros en la costa por lo que salgo tranquilamente con mi celular en la mano, ya que en cualquier momento Emma podría llamarme. Bajo las escaleras y cuando llego al gran comedor, me encuentro con Manuel, Nina y Billy que ya se encuentran esperando por la cena mientras conversan alegremente.

Tú a Canadá, yo a Alemania | Manuel NeuerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora