Capítulo Cuatro

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¿Siquiera era posible? ¿Cómo alguien podía controlar desde afuera lo que hacían en el campamento? Encima el no poder negarse...
 
¿Qué era toda esa mierda?
 
—Se va a aprovechar. ¡Claro que lo hará! Ese hijo de puta debe estar riendo a carcajadas ahora mismo. Te juro que...
 
—Isaac, calma. —Sky lo detuvo porque llevaba varios minutos caminando de un lado a otro muy nervioso.
 
Ella lo entendía. Estaba igual, pero verlo así la ponía peor. Lo abrazó y apoyó su cabeza en el pecho del chico hasta que sintió que sus latidos dejaron de ser tan fuertes y acelerados. Isaac se calmó un poco luego de varios suspiros en silencio, y cerró sus ojos porque sentía que el sueño lo estaba venciendo. A Sky también. Era agotador estar ahí. Y eso que ella ni siquiera llevaba doce horas.
 
—Mañana temprano iré a arreglarlo. No dejaré que te haga daño.
 
—Mañana es otro día, intentemos dormir por ahora.
 
—Duerme tú, duerme tranquila. Yo estoy aquí para ti, te quiero, princesa —susurró Isaac y Sky asintió suavemente.
 
Un largo suspiro de parte de su chico fue lo último que escuchó antes de quedar totalmente dormida.



(...)

La música clásica la despertó y soltó un gruñido al recordar que no estaba viviendo en un sueño. Todo lo sucedido no lo había imaginado. Estaba en un campamento de horror, dirigido por sus padres, rodeada de gente extraña, donde no entendía nada, pero aun así debía seguir las reglas para no perjudicar al chico que amaba.
 
CAMPAMENTO "SKY", BUENOS DÍAS. POR ORDEN DE REPUTACIÓN PASEN AL COMEDOR A BUSCAR SU DESAYUNO CON SUS RESPECTIVAS BANDAS. RECUERDEN, SI ALGUNA BANDA DESEA PROBAR SUERTE PARA OBTENER MEJORES ALIMENTOS, PUEDE EXIGIR UN ENFRENTAMIENTO CON EL MIEMBRO DE OTRA BANDA AL QUE DESEE DERROTAR. UN JUEGO AMISTOSO DONDE GANARÁ QUIEN DERRIBE PRIMERO A SU OPONENTE. REGLA DE HOY: OBTENER LO DESEADO USANDO SOLO SU PROPIO CUERPO. LES DESEAMOS QUE PASEN UN EXCELENTE DÍA Y RECUERDEN: "ENSAYAR MUCHO NUNCA ES SUFICIENTE".
 
La voz se detuvo y Sky frotó su rostro mientras se movía por la cama al darse cuenta de que Isaac no estaba en la cabaña. Comenzaba a irritarse solo de imaginar que escucharía esa voz robótica cada mañana.
 
Tomó unos pantalones de tela y una sudadera negra para ponerse y aprovechó su tiempo a solas para acomodarse como podía en el espacio de Isaac. Si iba a convivir con él lo mínimo era poder encontrar sus cosas fácilmente.
 
Justo cuando terminaba de doblar toda la ropa encima de la cama para guardarla en el armario y en los cajones, la puerta se abrió con fuerza, dándole un buen susto.
 
—¿Dónde está el líder? —Daniel entró sin permiso, luciendo furioso como siempre, con su cabello rosa suelto y ese piercing en el labio inferior que delineaba justo la mitad.
 
Lucía igual de genial de día, como era de esperarse, pero la miraba con la misma frialdad y esa vez, además, con algo de asco.
 
—¿Qué?
 
—¿Dónde está Isaac? ¿Y por qué te noto con intenciones de guardar todas esas cosas en mi armario?
 
—¿Perdona? ¿No es el armario de Isaac?
 
—Es de ambos. Ambos vivimos aquí.
 
Aquello era verdad, ellos compartían habitación.
 
—Lo siento, es que Isaac me dijo que...
 
—Isaac es mi líder, pero en mis cosas no manda. Si quieres dormir aquí para follar con él como perra en celo las veinticuatro horas del día, estás muy equivocada. Aquí no hay tiempo para eso, niña.
 
—¿Te hice algo? ¿Por qué me odias?
 
—¿Qué? No te odio. Anda, termina de arreglarte que debemos buscar al líder para ir a desayunar. Y no, no te quedarás aquí. Además, tienes que dormir tres noches con Ethan. Así que mejor ve a guardar todo eso a su cabaña.
 
Daniel ni siquiera se dio la molestia de esperar una respuesta por parte de Sky. Tomó la caja de cigarros que tenía guardada en su bolsillo y sacó uno para colocarlo en sus labios. Le dedicó una última mirada de repulsión y salió de allí, tirando la puerta.
 
Ella suspiró. No podía permitir que nadie la tratara así. Tomó un pequeño bolso que había traído, metió dentro sus tijeras y apenas un par de objetos al azar que su apuro y desesperación le permitieron, y salió casi corriendo detrás de él.
 
Lo encontró parado en el camino principal, ese por el que había llegado a la cabaña durante la tarde-noche. No estaba solo. Estaba fumando junto a otro chico que ella no conocía, y al lado de ambos estaban el insoportable Benjamin y el otro chico que no era muy diferente por lo que parecía: Killian.
 
—¡Vaya! Se nota que dormiste bien, cielito.
 
—¿Ella es la famosa Sky? —dijo el desconocido.
 
—Perdona, ¿quién eres tú?
 
—Soy Terrence —el chico le sonrió de manera encantadora, aunque ella ya no confiaba en nadie porque todos parecían actuar del mismo modo al inicio. Todos excepto Daniel.
 
Sky asintió sin sonreír y tanto Benjamin como Killian se rieron, burlándose de su actitud borde. Esos dos parecían muy cercanos, e igual de tontos.
 
—¿Dónde está Isaac?
 
—Esperábamos que estuviera contigo. Ya sabes...
 
—Mira, Benjamin, alguien tiene que decírtelo: no eres gracioso —respondió ella ante la forma tan estúpida en que este le guiñó un ojo.
 
—Imagino que estos no se han presentado como debe ser, Sky. Nosotros, junto a Isaac, somos la banda "Jet Black Heart". El número uno actualmente en el campamento.
 
—Terrence, no tienes que...
 
—Oh sí, sí tengo que hacerlo, Ben —Terrence se acercó a ella y Sky enseguida se fijó en el llamativo brillo de sus grandes ojos. La veía de una forma distante, y sus pupilas estaban muy dilatadas—. Es la chica de nuestro líder, merece mínimo saber con quienes se va a relacionar a partir de ahora, ¿no es así?
 
—Cuéntale mientras caminamos, ya deberíamos estar en el comedor. De seguro el líder está allá esperando —habló Daniel, soltando el cigarro para luego pisarlo con una rabia incomprensible.
 
¿Qué le había hecho el pobre cigarro más que matarle sus ganas provocadas por el vicio?
 
—Imposible. Isaac no se iría sin mí.
 
—Ja, eres una verdadera estúpida.
 
—¡Vuelve a decir eso! —Sky, llena de rabia hasta la médula por los comentarios de Benjamin, corrió hacia él y fue Daniel quien la detuvo impidiendo que lo golpeara.
 
La chica tenía unas inmensas ganas de borrarle esa sonrisa burlesca que siempre llevaba plasmada.
 
—Calma... no hagas eso nunca más —susurró Daniel en su oído a modo de advertencia y ella retrocedió, algo intimidada por el tono que había usado.
 
Luego de la escena, todos siguieron caminando en silencio, pero a los pocos segundos Terrence se acercó a Sky y rodeó sus hombros con uno de sus brazos.
 
—Verás, eso que acabas de hacer es una locura y solo le traerá problemas al líder. Aunque no lo creas aquí hay reglas, internas y externas, y si vas a formar parte de nuestro grupo, lo cual es lo que pienso que hará el líder contigo, debes respetar y cuidar a tus compañeros, aunque no los soportes. ¿Me entiendes?
 
Sky asintió. Terrence no la intimidaba tanto como Daniel, no al punto de sentir miedo al menos, pero sí lo suficiente como para convencerla y hacerla darle la razón. Además, ella no quería causarle más problemas a Isaac de los que ya tenía.
 
—Bien, buena chica. Ahora te contaré nuestras posiciones porque estoy aburrido. Daniel toca el bajo eléctrico. Benjamin la guitarra, cualquier tipo, sabe tocarlas todas, aunque generalmente es la eléctrica la que necesitamos aquí. El líder toca la batería y Killian y yo somos los vocalistas. Hoy tenemos ensayo luego del desayuno. No hay muchas más actividades normales que esas aquí así que te aconsejo que nos veas hacer lo nuestro, y ahí te des cuenta de que además de ser unos molestos idiotas casi todo el tiempo, nuestra banda no está en número uno por gusto. Aquí hay talento, Sky.
 
—Sky también tiene talento, y mucho —alguien interrumpió a Terrence y lo separó de ella justo antes de llegar a un edificio de dos pisos bastante colorido. Era Isaac, quien la abrazó al segundo y ella sonrió al fin, por primera vez en el día, porque estar cerca de él era lo único que la calmaba—. Fui a la cabaña de la profesora Dianne para ver si me podía ayudar a inscribir a Sky en nuestra banda y...
 
—¿Qué? ¿En nuestra banda? Líder, no...
 
—Killian, podrás ser el menor, pero no eres estúpido así que deja de actuar como uno. No me discutas. Sky entrará a la banda.
 
—¿Hay una profesora aquí en el campamento? —preguntó Sky para aliviar la tensión que se armó de pronto entre Isaac y Killian, más que nada por la seriedad con la que había hablado el líder.
 
Isaac sonrió, cambiando drásticamente su expresión cuando se dirigió a ella, cosa que se le hizo algo injusto a la chica ya que Killian, al final, era de su banda y aunque la odiara un poco y a ella no le cayera bien, tampoco creía que el chico merecía esa actitud tan extrema. Pero entonces Sky pensó, que ella no era nadie para cuestionar las decisiones de Isaac como líder. Después de todo, su liderazgo los había mantenido ahí sanos y salvos, y además en la cima.
 
—Sí. No es muy amigable, pero es la única chica en todo el lugar, contigo ahora son dos así que esperaba que pudiera ayudarte, y ayudarme a mí a convencer a la dirección para que te inscriban de inmediato. —Sky le devolvió la sonrisa y él acarició su mejilla. Todos entraron a lo que ella imaginaba era el comedor. Todos menos Daniel, quien se detuvo a observarlos como si aquello no fuera de mala educación—. ¿Dormiste bien, princesa? Perdona por no estar ahí cuando despertaste. Llevo todo este rato intentando hallar a la profesora.
 
—Dormí muy bien, gracias.
 
—Líder —Daniel de pronto lo llamó, interrumpiéndolos. Isaac dejó de abrazarla para acercarse al chico cuando este le hizo una seña—. ¿Le pediste que se quedara en nuestra cabaña?
 
Isaac tardó unos segundos en responder. Los miró a ambos y la expresión de furia en los ojos de Daniel cuando miró a Sky, le dio a ella la respuesta. Isaac lo había desplazado.
 
—Sí. A partir de ahora dormirás con Ben.
 
—Pero, podías haberme consulta...
 
—¿Estás cuestionando lo que ordeno? ¿Es eso?
 
A diferencia de Killian, Sky no vio sumisión en los ojos del chico al escuchar a su líder molesto. Mas bien rabia, hacia ella, sobre todo.
 
Daniel entró rápidamente al edificio y el líder sin sonreír pasó su brazo por los hombros de ella para que también entrara.
 
—Al parecer nadie me va a retar ahora. Es extraño que el imbécil de Ethan esté tan tranquilo y respetando los horarios hoy, pero agradezco que tu primer desayuno en el campamento vaya a ser calmado. Debe de estar feliz porque sabe que la petición al final será cumplida.
 
—No le tengo miedo.
 
—Esa es mi chica. Tampoco tengo miedo a lo que él pueda hacerte, sé que no te dejarás, pero, aun así, vigilaremos que nadie entre esas tres noches a su cabaña además de tú y él. Sus miembros son un verdadero dolor en el culo. Sobre todo, Jordan, es un total hijo de puta.
 
Ambos entraron y Sky vio a los chicos de la banda comiendo con total normalidad. No lucía para nada mal el sitio. Había frutas, leche, pan, cereales, dulces, huevos... de hecho se veía muy bien la comida.
 
Lo que le extrañaba era que ninguno de los que servían detrás de los mostradores los miraba. Todos veían hacia abajo y eso no le hacía sentir cómoda, pero trató de seguir el ritmo de Isaac, quien le sirvió un poco de todo para luego sentarse junto a ella en la mesa de al lado a sus miembros.
 
—Buen provecho, princesa —dijo él, y comenzó a comer.
 
Sky se quedó viéndolo todo por unos segundos. Se veía tan normal que parecía mentira, tan silencioso que hasta extrañó el caos. No tenía hambre, pero intentaría comer un poco por Isaac. Definitivamente ese era el desayuno más raro que iba a tener en toda la vida.



(...)

—¡Profesora! —gritó Isaac al ver a una mujer abrir la puerta del edificio que ya le había explicado era donde quedaba la famosa "recepción".
 
Todos se acercaron, los chicos lo seguían en silencio. Luego del desayuno nadie había dicho nada y solo Isaac había cruzado con ella una que otra palabra durante el camino.
 
La mujer los recibió con cara de pocos amigos. Era joven, morena, muy guapa. Tenía labios carnosos y unos ojos oscuros adornados por abundantes pestañas. No sonreía, mas Sky no notó maldad en su expresión. Solo seriedad, y profesionalidad. Llevaba un vestido verde lima, largo, y una flauta en su mano. Les pidió que esperaran sentados en el sofá de la entrada mientras ella acomodaba sus cosas.
 
Sky admiró su figura en silencio. Tenía notorias curvas, un cuerpo prominente a diferencia de ella. Poseía una belleza excepcional. Intimidaba porque desbordaba seguridad y la rodeaba un aura de misterio que la hacía verse aún más interesante.
 
Sky observó a los chicos y notó que estaban algo nerviosos con su presencia, incluso Isaac, cosa que la sorprendía. Varios tragaron saliva cuando ella se colocó unos lentes y se sentó detrás de la amplia barra de la entrada, revolviendo y buscando entre varios papeles.
 
—Bien. Isaac Brown, líder de la banda en primer puesto, necesitas que acomode a tu chica en tu cabaña, ¿verdad?
 
Isaac se puso de pie ante la firme voz de la mujer, y Sky hizo lo mismo, tomándolo de la mano. Decidió hablar ella primero al notar a su chico algo incómodo.
 
—Disculpe, déjeme presentarme. Soy...
 
—Oh, bonita. Sé quién eres. La hija de los que depositan dinero en mi cuenta —la mujer sonrió de manera falsa y saludó a una esquina donde Sky notó entonces que había una de las típicas arañitas, o sea, una cámara.
 
La profesora saludó durante unos segundos y rio para sí misma como si la situación le causase mucha gracia.
 
—Profesora, quiero inscribirla, aún tenemos un espacio para un miembro.
 
No tan rápido, Isaac. —La entrada de pronto se obstruyó.
 
Cinco chicos entraron a la vez a la sala de recepción y Sky reconoció un par de rostros. Ethan March y Riki, el hermano de Mía. También estaba ese chico albino, a los otros dos no los conocía de nada y sus expresiones perversas la inquietaron. Eran gemelos. Uno tenía un piercing igual al de Daniel, en medio de su labio inferior, delineándolo.
 
—Blockbuster, fuera de aquí.
 
—Tranqui, profe —el albino rompió la línea de distancia y, por ende, de respeto hacia la mujer, esa que todos mantenían, incluso los líderes. Se acercó y no obtuvo ni un cambio en la expresión neutral que ella mantenía.
 
—Dije fuera. No me hagan bajar puntos.
 
Casi todos le hicieron caso a su demandante orden, menos Ethan y ese chico albino al que parecía importarle una mierda lo que la profesora decía.
 
Ethan se paró frente a Sky e intentó tocar su rostro, pero Isaac le apartó la mano de un golpe, a lo que el chico solo sonrió de lado sin dejar de verla a ella a los ojos.
 
—Profesora, yo solo vengo a cumplir con la petición.

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