Aquel Último Verano

Capítulo Veintinueve

Blockbuster

Su equipo comenzó con ellos: Jordan y Jackson. Los hermanos.

Eran buenos peleando y tenían talento musical, pero no era eso lo que había llamado la atención de Ethan en un inicio, sino la forma en que los presentaban en la ficha. Él era tan perceptivo, que se había dado cuenta de que las fichas de ellos estaban mejor elaboradas que las del resto. Y que justo parecían los prospectos perfectos para que él los escogiera. Se adaptaban a lo que buscaba y parecía que quien había diseñado aquellos escritos le había leído la mente, solo por aquello que le pareció tan interesante se dignó a escogerlos, dándose cuenta al momento que efectivamente, no habían jugadores más listos para el juego aquel año que esos dos hermanos. Los hermanos macabros.

Había cierto remordimiento entre los dos que nadie entendía, cierto dolor sin curar. Aún así, no había nadie que al tocar a Jackson saliera vivo, porque si el menor no respondía el mayor salía en su defensa. Y aún respondiendo, ellos nunca peleaban sin su otra mitad. Se defendían la espalda aunque también peleaban entre sí, y a Ethan le agradaba eso. Le recordaba su propósito en cada batalla con la banda también en formación de su ahora "enemigo" Isaac.

Aunque él nunca lo iba a considerar de esa manera.

Los hermanos tocaban varios instrumentos. Se podía deducir por sus aspectos exóticos y sus grandes capacidades que eran chicos de dinero, en los cuales se había invertido bastante para prepararlos. Se rumoraba que el padre de ambos era uno de los peces gordos de la ciudad, un tipo cruel, semejante a los Davies, que los había entrenado toda la vida para los juegos e impulsado a competir por la ambición del dinero y la fama. Si ese rumor era cierto, los hermanos pertenecían al grupo de chicos que entraban al juego por pura diversión. Lo que no encajaba en todo eso para Ethan, era el por qué los habían puesto con él y no con Isaac, si se suponía que era el que todos querían, quien se esperaba que ganara. ¿Acaso había alguien que creía que él tenía posibilidades?

—Yo toco el bajo, pero te serviré mejor en las batallas, líder —Jordan era por muy poco el hermano mayor. La diferencia eran seis minutos, justo. La madre de ambos había fallecido en el parto.

—Yo toco la guitarra eléctrica, cantar no es lo mío —Jackson era igual de sádico que Jordan. Más, de hecho.

Poseía unos gustos culposos que aunque bien acumulaba puntos para el equipo, a Ethan no le agradaban. Como aquel placer que sentía cuando tallaba la piel de alguien, o cuando creaba armas de cualquier mínimo objeto. Una máquina de hacer el mal, ese era Jackson.

Ethan notó que ambos disfrutaban con el dolor ajeno, señal de que el suyo pesaba mucho más. Aquello se marcaba sobre todo en el mayor, dando a entender que llevaba una carga más grande. Con cada rato que pasaba junto a ellos se confirmaba más su teoría de que afuera se esperaba mucho de los dos, y que Jordan sobre todo debía convertirse en el mejor, al ser el mayor.

¿La típica familia donde el hijo mayor debe hacer todo mientras el menor solo se divierte a la sombra de su hermano? Quizás. Solo eran teorías de todos modos, Ethan no tenía cómo comprobar aquello. Solo sabía que lo disfrutaban, el juego. Habían aprendido a disfrutarlo como mecanismo de defensa. Pero Ethan había sido claro como líder imponiendo sus reglas. Las más claras: no matar si no era necesario, y no tocar a Isaac. Disfrazaba lo último con un fingido odio que aprendió a usar para imponer respeto y así hacer creer a Isaac que él iba a lo mismo, a su mismo nivel.

Ethan se volvió bueno actuando, fingiendo. Había fingido toda su vida que era fuerte cuando en realidad seguía teniendo sus ataques de pánico y depresión a escondidas, detrás de la cortina de su baño mientras el agua lo cubría, porque ahí nadie lo veía llorar.

Ser débil no era algo que se podía permitir.

Los hijos normales podían serlo. Las personas con vidas normales, con familias normales... los huérfanos no. Los abandonados no. Si alguien entendía la necesidad de ser fuerte era él, porque era eso, o morir.