Capítulo Treinta y Cinco

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—Trae al niño, Roseanne.

—Gerald... ¿no te duele?

—¿Que si no me duele? ¡Hago esto por ti, Rose! ¡Por nosotros! Por lo que siempre quisiste y esperaste. Ahora, busca al niño.

—Pero es nuestro hijo...

—¡Yo nunca quise hijos y tú lo sabías muy bien! Siempre te lo dije, desde aquella noche en el casino. Desde la primera vez que hablamos te dejé bien claro que no quería hijos, que mi familia no podía seguir descendiendo. Si accedí a tener a este bebé fue por ti, por la promesa que le hicimos a mi padre. ¡Para no perderlo todo, para no perderte a ti, Rose! No puedes encariñarte ahora. Ya sé que debía ser niña, pero no tengo la culpa ni tú tampoco. Debemos cumplir y así todo se arreglará para ambos. Mantendremos las cosas como están... solo tenemos que arriesgar esto que ya sabías que era preparado. Sabías que este niño se iría, que era solo una parte más del negocio. Iremos a buscar a la niña en este momento, necesito que te calmes y vuelvas a ser la mujer fría y calculadora que me recuerda por qué hago todo esto... te necesito de vuelta, Rose, o no podré solo con todo. Necesito que me ayudes a mantener esta mierda o moriré en el intento. No podemos permitirnos sentir amor por ellos, o piedad y lo sabes. Hay que verlos como lo que son para la familia: inversiones.

—¿Qué pasará con él?

—Probablemente entre al juego al cumplir la mayoría de edad. Lo llevaré al orfanato número uno. Hay una niña disponible que llegó hace muy poco... Calma, por favor. Amor, te estás descontrolando, sé que el dolor no te deja ver todo con claridad pero en unos años me agradecerás esto. Mi padre confió en nosotros por una maldita vez en su vida. Lo que tenemos que hacer para que mi familia deje de creernos débiles y no se interpongan más en todo lo que hacemos, para que nos dejen en paz... es darles la maldita niña para el juego, levantar el puto campamento y ya está. No más problemas, al fin seremos felices y el imperio Davies será nuestro.

—No quiero que mi hijo sufra lo que yo, Gerald... es mi hijo. El mundo es una mierda, nosotros también lo somos, pero él no tiene la culpa. Solo es un pequeño inocente al que vamos a condenar por nuestra ambición.

—¿Quieres que renunciemos? Puedo dejarlo todo por ti, mi amor, si eso es lo que deseas de verdad. Lo sabes. Sabes que todo lo hago por ti, por hacerte feliz. No me gusta verte así destrozada. Pero recuerda lo que me contaste una vez... recuerda de dónde vienes.

—Lo recuerdo bien, Gerald... lo que vi hacer a mi madre para evitar que yo muriera de hambre. En esta sociedad no hay lugar para los pobres, para los huerfanos... en nuestro mundo nacer como nací yo es estar en un maldito reloj de arena hacia la destrucción constantemente. Sin oportunidades, sin nada para soñar, no hay esperanzas. Tú cambiaste mi vida al sacarme del casino, de lo que hacía ahí. Me quisiste tal y como soy y te amo por eso, porque eres el hombre más maravilloso del mundo... No regresaré a la mierda, nunca más. Serás el rey de esta ciudad como lo fue tu padre y yo tu reina...

—Está en coma, aún no muere... ¿estás segura de que podrás a partir de ahora? No vamos a verlo más. Quiero asegurarme de que lo entiendas. Dejará de ser nuestro hijo. Ahora tendremos una niña y será así por muchos años. Debemos pasar página a partir de esta noche, hacer de cuenta que nunca estuvo. No sabremos quién será cuando crezca, eliminaré todo tipo de contacto por tu bien.

—Hazlo. Tu padre no despertará del coma... tú vas a mandar en todo ahora. Nadie podrá quitarte ese puesto, ni siquiera tu hermano. Ni siquiera nuestro hijo.

—Por ahora solo tenemos la responsabilidad del campamento y aquel orfanato de pruebas...

—Ve y deja al niño, trae a la chica. ¿Sky? ¿Así dijeron que se llamaba?

—Sí... amor, no sabes cuanto me alivia verte recuperar la compostura.

—Sky es un nombre bonito. Sencillo, pero bonito. Podemos decir que no pensamos mucho. Y para que suene más creíble el que es nuestra le ponemos así al campamento en su reapertura, ¿te parece?

—¿Sky?

—Sí, el campamento "Sky". "El lugar donde los sueños se hacen realidad".



Aquel Último Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora