Ethan & Isaac
Isaac lo seguía sin dudar. Confiaba en sus capacidades, aunque también lo hacía porque le agradaba demasiado lo poco que conocía de aquel descabellado plan.
Ambos consiguieron un espacio para vivir cerca del muelle de la ciudad, con algo de dinero que Isaac le había robado a Hilda antes de irse. Él servía para ese tipo de trabajos donde había que comerse el corazón. A veces, Ethan creía que Isaac no tenía aquel órgano, o que al menos no le funcionaba bien, porque cuando hubo que robar, mentir, y hasta golpear a aquel tipo que los descubrió en el camión a la hora de bajarse lo hizo sin pensarlo dos veces, y aunque servía como ventaja tenerlo, Ethan no disfrutaba de aquellas cosas como él. Solo intentaba sobrevivir de la mejor manera.
Ethan tenía muchos sueños sin cumplir en aquel momento. Demasiados. Quería ser libre. Nunca lo había sido realmente, aunque cuando eran solo ellos dos en espera del verano, los fines de semana en el muelle disfrutando de la brisa del mar mientras pescaban para vender en los mercados callejeros, a veces sentía que lo era. Pensaba en tomar un barco de los tantos que había en aquel vecindario e irse lejos, a recorrer el mundo.
También soñaba con volar... ser como esas aves del puerto, no tener ataduras ni un pasado que doliera; un futuro que proteger y un presente tormentoso. Una vida fijada sin esperanza de mejora a menos que fuera mejorada a través de la violencia, eso tenía en cambio. Y odiaba la violencia, odiaba tener que tomar algo a la fuerza. Pero parecía que aquel era el único camino visible para salvar y proteger a los suyos.
El mundo siempre los había tratado como a ratas de laboratorio, sembrando el odio y el dolor en sus cuerpos y almas desde pequeños. Bastante bien había salido él, que apartaba el odio y pensaba día y noche en vías lo más pacíficas posibles para acabar con aquel imperio, para evitar el destino trágico y semejante al suyo de cientos de inocentes en aquella ciudad.
Creía antes de salir, que era solo en los orfanatos donde se sufría, pero viendo e investigando el mundo y la vida exterior desde aquel rincón escondido, Ethan se dio cuenta de que absolutamente todos allí estaban jodidos. Más aún, los que iban a los campamentos.
Había pasado tanto tiempo desde que Denzel, Pim y Fredric se habían ido a aquellos destinos previos al juego, que Ethan se forzaba a sí mismo a creer que seguían vivos, que seguían siendo buenas personas y que algún día podría salvarlos, aunque todo le indicaba que ellos ya no estaban.
Quería tanto salvar a los niños que quedaban dentro... lo deseaba con toda el alma, por eso pidió perdón a Dios por lo que haría para conseguirlo.
—¿Ya tuviste contacto con alguien de la casa? —preguntó mientras tecleaba aquel documento en una laptop robada por Isaac.
Isaac ahora era más alto que él, más apuesto y más narcisista. Más carismático e inteligente, más fuerte y sarcástico. Un poco cruel e impulsivo, pero era su amigo, Ethan lo seguía queriendo como el primer día.
—¿Dudas de mí? —este le extendió una caja con comida china que Ethan agradeció muchísimo porque el hambre era olvidada todo el tiempo por sus objetivos.
El tener al lado a alguien que le recordara que debía comer era muy valioso para chicos como ellos; el preocuparse el uno por el otro era una forma de amor fraternal que no admitían, pero valoraban, a pesar de pelear casi todos los días.
Ethan era teórico, analista y se preparaba demasiado para actuar. Pensaba en todo y pasaba sus días investigando cualquier mínima cosa que sirviera para ejecutar el plan. Isaac era práctico, ejecutaba las órdenes que le convenían y eso Ethan lo sabía de sobra, por eso creaba los planes estratégicamente para que él se sintiera a gusto. Se podía decir que Ethan lo manipulaba amistosamente, por un bien común. En cambio Isaac lo usaba para su propio bien, se aprovechaba de sus ideas para avanzar por las suyas y lo cuidaba en el proceso porque simpatizaba y llevaba toda su vida prácticamente a su lado.
Ahí yacía la mayor diferencia de personalidades, aunque al menos se cuidaban la espalda y eso les era suficiente. Por el momento...
—La hija de la criada, es mi chica.
—Bien, aunque el plan es acercarte a Sky. No he conseguido fotos, ¿tienes?
—Tengo sí, es preciosa de hecho —Isaac extendió el teléfono a Ethan, mostrándole una foto donde aquella chica, Mía, abrazaba a otra chica: Sky.
Otra a la que le habían arrebatado la libertad, aunque también la vida de miseria en el orfanato. De cierto modo ambos le tenían envidia, a medidas diferentes. Ethan también le tenía lástima.
Ella había sido privada del dolor de ser un experimento, de las inyecciones y dosis de heroína, de una posible muerte prematura o de un posible asesinato, pero en cambio, le habían impuesto un apellido que no le correspondía, una cruz de mentiras y delitos, enemigos y una familia demasiado cruel como para poder enumerar las muertes a su nombre.
Sky no tenía salida incluso antes de tener conciencia de ello. Con suerte hubiera terminado en un convento. Pero en cambio, había tenido la "suerte" de ser criada como heredera del imperio "Davies", quienes le habían facilitado la investigación a Ethan al mantener aquel nombre tan bonito que él mismo le había puesto.
Ethan sonrió al ver la foto donde ella sonreía. Era preciosa, en efecto. Realmente hermosa, aunque sus ojos carecían de brillo y de felicidad.
Ethan se cuestionó entonces todo al notar aquello. Se preguntó si sería lo correcto usarla para su plan. Si era mejor pensar en otra cosa o huir una vez más. Huir lejos y dejar todo atrás solo como un cruel pasado, no hacer nada para cambiar el futuro de los demás, ser lo suficientemente egoísta como para salvarse a sí mismo en vez de al resto.
No. Ethan no era así. Aunque tampoco era del tipo de Isaac, quien se encontraba feliz por engañar, alegre por vengarse poco a poco de aquella familia que los había desgraciado.
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Aquel Último Verano
Mystery / ThrillerSky Davies tiene un único propósito de verano: reencontrarse con Isaac, su ex novio, en aquel campamento en medio de un bosque en Columbia Británica que lleva su mismo nombre. Con eso en mente, emprende camino hacia el sitio esperando pasar por prim...