Capítulo Siete

19 10 0
                                    

—Es todo por hoy —dijo Isaac cuando la banda al fin terminó una canción sin parar ni un instante, luego de varias largas horas intentando acomodar a Sky en cada acorde que ellos ya tenían preparado.

Los performances de "Jet Black Heart" no eran un juego. La manera en que cada uno se transformaba y se dejaba llevar por los sonidos y las letras de sus canciones, hicieron a la chica desconectar de la realidad, y olvidar por un rato todo lo que había pasado en tan poco tiempo.

Solo por un instante, la música parecía una salida.

Hasta que se dieron cuenta de que era de noche. Hasta que escucharon esa voz ya conocida llamarla desde afuera del local de ensayos.

—¡Ahora sí, Sky! ¡Isaac, no lo pongas más difícil y ya déjala ir!

Al asomarse por la ventana, Sky observó la esbelta figura de Ethan. No llevaba ningún tipo de arma u objeto en sus manos, al contrario de los dos chicos que se paraban detrás suyo. Sabía que eran de su banda, a uno de ellos lo había visto en la recepción. Eran idénticos, llevaban bates y cuchillos y miraban en su dirección de manera cínica, burlesca.

La situación era cuando menos, estresante. La sangre de la chica hirvió por la rabia a pesar de que Ethan no estaba actuando como esperaba, sino que se proyectaba tranquilo.

—Sky...

—Voy a ir, Isaac. Mejor salir de esto rápido.

—Sé que estarás bien sola, pero voy contigo hasta donde está él y vigilaremos de cerca su cabaña.

El estómago de Sky rugió. Tenía mucha hambre, estaba nerviosa, cansada y necesitaba un baño. Isaac la abrazó y ella se dejó envolver por su cuerpo.

—Mira el lado bueno —susurró él en su oído y ella alzó su rostro para verlo a los ojos—, al menos ganarás puntos y podré mostrarte el segundo lugar que más me gusta en este campamento: la tienda.

—¿El segundo? —Él sonrió ante la pregunta de la chica, mostrando sus encantadores hoyuelos.

—Sí —afirmó—. El primero te lo enseñaré muy pronto.

—¡El tiempo está corriendo, Isaac!

Isaac suspiró y comenzó a caminar hacia la calle con Sky de la mano. Su banda se colocó justo enfrente de aquella parte de Blockbuster. Terrence susurró algo al oído de su líder y se fue. El resto de la banda quedó detrás de Isaac y Sky.

Un silencio sepulcral se hizo entre ambas partes y la tensión se volvió tan densa que parecía poder cortarse con un cuchillo.

—Deja que vaya a comer con nuestra banda y luego la dejo cerca de tu cabaña —dijo Isaac y Sky lo miró sorprendida por la manera en que su tono había cambiado a uno mucho más drástico y frío que el que usaba para dirigirse a ella. Lo esperaba, pero no dejaba de sorprenderle su dualidad.

Ethan sonrió de lado, tenía esa costumbre. Bajó su mirada y sin borrar su sonrisa negó con la cabeza.

—Tiene hambre, hijo de puta.

—Comerá con nosotros. De hecho, me estás haciendo perder el tiempo. Sky, por favor. —Ethan estiró su mano hacia la chica y su expresión se volvió igual de oscura que la de Isaac.

—Deja que al menos se bañe en mi...

—¡Dije que ya, maldita sea! ¿Quieres pelear? ¿Eh?

—¡Quiero lo mejor para ella! Peleemos, adelante, recuerda que estás en desventaja. —Ahora el que sonreía era Isaac.

Al sentir el peligro, Sky caminó hacia el medio de ambos.

—Suficiente, los dos. Puedo bañarme en los baños normales, Isaac. Y puedo comer con ellos, no me molesta. Solo, no se peleen más por mí, mierda. Haré esto y en la mañana te veo, ¿sí? —habló ella, logrando que Isaac se relajara un poco.

Aquel Último Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora