Capítulo Veintidós

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Riki & Nigel

Su hermana Mía robaba a Sky y a sus padres de manera hábil, feliz porque estaba beneficiando a Isaac pagando por peticiones para él. Riki vigilaba como se le había ordenado, porque el miedo lo había vuelto esclavo y temía más por Mía que por nadie. Ella estaba enamorada de aquel psicópata, y Sky también, con la diferencia de que Isaac a Sky sí le daba atención hasta de lejos, mientras que su hermana se conformaba con los restos de una relación fantasma que nunca había sido ni siquiera una relación.

Mía se volvió durante ese primer año una adicta total al juego, a Isaac como jugador y asesino. Lo vio matar, robó incluso a sus padres para pagar por verlo en acción. El chico era carismático, eso nadie podía negarlo, pero las mentes aún cuerdas como la de Riki no aplaudían aquel macabro show que miles de personas adoraban, menos aun siendo chantajeado por el mismísimo protagonista de la nueva generación.

Riki estuvo atento a los detalles, a todos y cada uno de ellos. Se fijó más que en Isaac, en la única persona a la que este parecía temer. La única persona que lograba ponerlo nervioso y desestabilizarlo: Ethan March. Recordó que las fichas de ambos estaban juntas e intentó armar ese confuso rompecabezas que no tenía por dónde comenzar.

Ethan March ganó el primer juego de forma limpia y se convirtió en una persona de admirar para Riki, ganando su respeto y confianza incluso sin conocerlo en persona, solo por la claridad que reflejaba en comparación a la oscuridad de su mayor contrincante.

Isaac salió en septiembre, y la tortura continuó para el chico, volviendo a la realidad de que, a pesar de todo, era un títere por defender a los que quería.

No podía hablar, porque se sabía de sobra las pautas del juego y los Davies ya tenían la información sobre sus conocimientos extras y sus entradas al sitio. Era raro que nadie hablara de eso, y que sus padres no hubieran sido alertados con respecto a él. Riki se había empapado de la información de los Davies con facilidad, pero sabía que era solo lo que ellos querían que la gente viera. No iba a ser fácil derribar a los reyes del juego, menos aún si el mismo rey no era un rey, sino una reina. Sin alma ni corazón, incapaz de sentir algo incluso hacia su propia hija.

Mía nunca le mencionó a Sky absolutamente nada por órdenes del mismo Isaac. Isaac continuó haciéndole la vida imposible a Riki, ahora más molesto que nunca por haber perdido reputación en su primer año del campamento.



(...)

—Vas a entrar al juego.

—¿Qué? —Riki yacía sobre el mueble de su casa, sus padres estaban trabajando y el estar así, viendo a Mía sobre las piernas de Isaac y tener la nefasta presencia del mismo en su hogar cada vez era más común.

Riki había descubierto ciertos patrones en su comportamiento, como lo era su dualidad cuando estaba con una chica a la que conquistaba, o su tranquilo semblante cuando tenía todo bajo control. Seguía temiéndole, pero una vez entendía algunos de sus puntos el miedo se disipaba, se transformaba en rabia acumulada y en una gigante cantidad de asco.

En cambio, su hermana parecía la más feliz aun sabiendo lo que tenía al lado, dejándose acariciar sin gracia como si de un animalito callejero se tratara.

Isaac era el rey, el resto sus esclavos. Así pensaba el chico, y así se sentía todo cuando él estaba presente.

—Los Davies saben que vas a audicionar, de hecho, ya tienen tu ficha, solo debes ir a hacer el papel al teatro de la ciudad mañana en la tarde. Entrarás a la banda "Blockbuster" y te harás cercano a Ethan March, ya debes conocerlo bien. No tiene baterista todavía. Hazlo, eso si no quieres que abra a tu hermana de pies a cabeza —de pronto Isaac se removió en el asiento, aún con Mía encima, quien sonreía como si de un chiste se tratara. Sacó un pequeño cuchillo y rozó el cuello de ella, descendiendo hasta su abdomen—. Créeme, ella con gusto lo haría por mí. Moriría por mí... solo que es una chica y a las chicas no las dejan ir al campamento.

Mía sonrió a la sonrisa de Isaac, era obvio que pensaba que todo era un chiste suyo. Él la besó, mirando su teléfono mientras para comprobar la hora. Riki pensó en lo estúpida que era su hermana y lo fácil que era para ese chico manipular todo. La estaba besando mientras comprobaba la hora para ir a pasar tiempo con Sky, justo al lado.

Isaac era el verdadero Satanás en la tierra. Y aquello solo era el comienzo para sus lacayos forzados como Riki.



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