Capitulo 9

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A la mañana siguiente, Adele se despertó con una mezcla de nervios y excitación. La noche anterior había sido intensa y significativa, pero sabía que debían ser cuidadosos. Al salir de su habitación, se encontró con Richard en el pasillo. Ambos se miraron, compartiendo una sonrisa cómplice.

— Buenos días —Saludó Richard suavemente.

— Buenos días —respondió Adele, tratando de mantener su tono delicado.

Richard asintió, acercándose un poco más tomando las manos de Adele, pero justo en ese momento apareció unos de sus colegas y interrumpe el momento.

Durante la última reunión del día, Adele y Richard se comportaron como verdaderos profesionales. Intercambiaron miradas significativas y sonrisas discretas, pero no dejaron que sus sentimientos interfirieran con sus responsabilidades. Los demás representantes discutieron planes y estrategias, mientras ambos mantenían su enfoque en el trabajo.

Esa noche, todos los representantes se reunieron para una cena de despedida. El ambiente era relajado y alegre, con risas y conversaciones llenando el salón. Adele, sin embargo, no pudo evitar ignorar la cercanía entre Verónica y Richard. La situación le incomodaba, y no le gustaba mucho pero sabía que debía mantener la compostura.

Richard, noto eso y decidió cambiar de lugar y se sentó a su lado. Mientras todos cenaban, Richard deslizó una mano bajo la mesa y la posó suavemente sobre la pierna de Adele, acariciándola discretamente. Ella se tensó al principio, pero luego se relajó, disfrutando del contacto.

—Todo bien —susurró Richard, sin dejar de mirarla.

—Si, todo bien

Después de la cena, todos salieron del salón y se despidieron. La mayoría de los asistentes se iban a primera hora de la mañana. Kate se acercó a Adele y la abrazó.

—Saluda a izzie de mi parte —asi será

Richard se acercó a Adele después de que todos se hubian marchado. Sin decir una palabra, la tomó de la cintura y la besó apasionadamente. El salón vacío se llenó con la intensidad de su beso, y Adele sintió una oleada de deseo recorrer su cuerpo.

—Te deseo —murmuró Richard contra sus labios.

Ella lo miró, sus ojos brillando con la misma intensidad. Sin decir nada, lo guió hacia una esquina más privada del salón. Sus besos se volvieron más urgentes, y sus manos comenzaron a explorar con más libertad. Richard la tomó por la cintura, atrayéndola aún más cerca, mientras ella envolvía sus brazos alrededor de su cuello.

—Aquí y ahora — susurró Adele, sus labios rozando nadie nos verá.

Richard asintió, sus manos recorriendo el cuerpo de Adele con un deseo palpable. En ese momento, nada más importaba. Eran solo ellos dos, perdidos en un mundo de pasión y deseo. El salón, ahora oscuro y vacío, se convirtió en su refugio, un lugar donde podían ser ellos mismos sin preocuparse por las consecuencias.

Adele

La delicadeza de su tacto sobre mi piel, sus labios carnosos devorando los míos, me hacían no querer detenerme jamás. En pocos minutos, nuestros cuerpos se despojaron de todo y se encontraron al desnudo. Mi cuerpo, un templo, ahora era visto por él en su totalidad. Sus labios recorrieron mis senos, mientras sus manos firmes sostenían mi pequeña cintura. Mi cuerpo se movía al ritmo de nuestro deseo compartido.

Tenerlo en mi interior, sintiendo cómo nos uníamos una y otra vez, era lo más maravilloso que jamás había experimentado en mis relaciones pasadas. Cambiamos de posición y ahora miraba fijamente esos ojos marrones, sus manos apretadas a las mías, mis piernas entrelazadas alrededor de su cintura. Nuestras voces se sincronizaban en un tono de pasión y entrega.

Cada movimiento, cada caricia, nos acercaba más. La unión de nuestros cuerpos era perfecta, una sinfonía de amor y deseo jamás olvidaré.

Finalmente, agotados pero satisfechos, nos quedamos los allí, junto el uno al otro y mirandonos a los ojos.

—Eres mi deseó de anatomía  —dijo Richard suavemente.

Se me hizo imposible no sonreír como una tonta al escuchar sus palabras que me dejaron sin aliento.

—Y tu el mio. — pronuncie entre sus labios.

Bendito sea este salón, cómplice de miradas furtivas,
Testigo silencioso de pasiones reprimidas.
Sus sombras guardan secretos, sus paredes susurran deseos,
Y en su oscuridad, nuestros cuerpos se encontraron sin miedos.

Cada rincón conoció el fervor de nuestro amor,
Cada suspiro, cada beso, fue un poema sin error.
Las luces tenues dibujaron en nuestras pieles,
Historias que solo el corazón entiende, sin palabras, sin papeles.

Tus manos, firmes y suaves, exploraron mis confines,
Cada caricia, un verso, cada toque, mil declives.
Mis labios encontraron los tuyos, en un abrazo sin final,
Y en ese instante, el tiempo se detuvo, en un sueño carnal.

El latir de nuestros corazones marcaba el compás,
De una melodía secreta, de un deseo tenaz.
Tu aliento en mi cuello, un susurro de promesas,
Y mi piel, un lienzo, donde dibujaste tus certezas.

Bendito sea este salón, donde nos entregamos sin temor,
Donde el mundo exterior se desvaneció, quedando solo nuestro ardor.
Fue la primera vez, pero también fue eternidad,
En el eco de nuestros gemidos, encontramos la verdad.

Nuestros cuerpos hablaron un idioma sin palabras,
Y en cada movimiento, en cada gesto, hubo alabanzas.
El amor nos envolvió en su manto de pasión,
Y en ese salón bendito, hallamos nuestra canción.

Así, entre sombras y deseo, nos perdimos sin razón,
Y en el abrazo final, sellamos nuestra unión.
Bendito sea este salón, guardián de nuestro amor naciente,
Complice eterno de nuestra primera vez, nuestro pacto ferviente.

*Ahhh my goodnes pero estos dos, disfrute mucho escribir este capítulo espero que sea de su agrado al igual que poema al final di lo mejor de mi.

Espero que les guste este capitulo
Di lo mejor de mi, sobre todo en la parte de poema... No quise ser muy explicita en su primer encuentro, ya habrá momento
para hacerlo.

OIGAN QUE EMOCIÓN YA QUIERO QUE SEA VIERNESSSS.

Kate!!💗

Anatomía de un deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora