Como Prostituta

~CAPÍTULO 2~Sola, desnuda y desdichada

... no cabía duda alguna, ella era la chica de la fotografía...

Donghae dio un paso hacia ella en reacción, sin ni siquiera pensarlo. sin embargo, ella parecía no percatarse de su presencia... observaba fija hacia los ataúd, sin ninguna lágrima o expresión alguna... es imposible que fuera la hermana de su esposa o del caso contrario estaría llorando, pensó él... pero ¿Quién es?—

Quiso avanzar hasta ella sin pensar en nada más que tocarla, pero un llanto y el grito de las personas escandalizó a todos, giró de inmediato y vio a su esposa desvanecida y llorando con desesperación y recostada medio cuerpo en uno de aquellos ataúd. Corrió ya la sujetó de la cintura para tomarla en brazos, su esposa parecía haberse desmayado.

-Yura, Yura—llamó preocupado, tocó sus mejilla para moverla despacio y pronto ella pareció recobrar la conciencia—Te llevaré fuera de aquí—le dijo. Donghae levantó a su esposa en sus brazos pero entes de abandonar la sala dirigió la mirada hacia el lugar en donde había estado aquella joven de ojos cafés y rostro angelical. Donghae entreabrió los labios, completamente confundido, en el lugar que había estado ya no había absolutamente nadie... ¿Dónde está? Se preguntó, no pudo haberse desaparecido de un segundo al otro... o tal vez todo fue producto de su imaginación.

Al día siguiente era el entierro y DongHae se preocupaba por cuidar de su esposa, eran pocas veces que la podía ver delicada, pudiendo ser él el que la cuidase y tal vez lograra ablandar su corazón.

A la mañana siguiente el entierro se llevó a cabo, camino fúnebre en dirección al lugar de descanso de los ladres de su esposa, el cementerio. Donghae sujetó todo el tiempo la mano de su esposa para evitar que se desmayara.

Yura llevaba un velo y gafas oscuras para ocultar ante todo, e incluso ante su esposo, que no había ni una sola lágrima mojando sus mejillas y jamás existió, todo era actuación suya... estaba esperando que todo se terminara apara volver a casa, volver con su esposo pero con alguien más, alguien que deseaba torturar y hacerle la vida imposible hasta más no poder... su hermana, la pequeña (TN).

Al llegar al cementerio Yura se mantuvo en pie y aunque fingió varias veces su estado pésimo ante la situación, jamás se desvaneció y siguió en el entierro... Donghae estaba perdido... no sabía si lo que veía era parte de su imaginación o era real, era aquella chica del día de ayer y de la foto... parada junto al nicho en donde introducían los ataúd, ella observaba sin expresión y sin lágrima alguna en el rostro... lo que fuera o quien sea que fuera... a Donghae le llamaba tanto la atención... quería tocarla, quería desnudarla y acariciarla... ¿Se puede tener ese tipo de deseos con alguien que apenas ha visto y no sabe si es solo su imaginación? Sí, Donghae no podía quitar la vista de ella... las personas se acercaban a ella y la abrazaban, era real... ella no era parte de la imaginación de Donghae... ¿Por qué la saludan como si le dieran el pésame?—

-Yura—se acercó a su esposa mientras las personas se despedían después de la sepultura, y pasaban dándole también el pésame a ella—

-Dime Donghae—Contestó ella fingiendo una voz de tristeza—

-¿Eres hija única?—preguntó sin rodeos, necesitaba saberlo... estaba confundido y sobre todo necesitaba saber sobre aquella chica—

-No—sacudió la cabeza—tengo una hermana menor—contestó y todas la dudas de Donghae quedaron resueltas. Aquella chica era hermana menor de su esposa. Ella dos no se parecían, su esposa tenía el cabello castaños y ojos cafés oscuros. Aquella chica era lo más hermoso que había podido presenciar desde su existencia. Era su mismísimo deseo echo carne.

Siguió observándola al descuidado de su esposa, deseaba a tanto tocarla... solo podía ver a una cosa... una joven desnuda frente a sus ojos, acariciándola y haciéndola gemir de placer... necesitaba tenerla... era un deseo que no podía controlar, simplemente necesitaba hacerlo.