~CAPÍTULO 56~[Un día con su hija]

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Donghae observó a la niña... No comprendía nada... ¿Confiar en Yura, quien lo ha cuidado por tanto y ha demostrado que merece su confianza, o en (TN), la madre de su hija, incapaz de hacerle algo que le afectase a Adria?...

-Ya basta (TN). No le va a pasar nada a Adria. Está conmigo—Respondió tratando de ser duro y no ceder frente a ella.

-Donghae. Prométeme que no la vas a dejar sola—

-Ya vasta. Estoy conduciendo ahora y no puedo hablar por teléfono. Quédate tranquila ¿Vale?— Suspiró y luego cortó el teléfono celular.

-Papá—lo llamó la niña-- ¿A dónde vamos está mi mamá?—Apretó los labios y suspiró despacio.

-No. Tu mamá no puede ir porque está en el trabajo—Mintió.

-¿Y qué hace mamá?—Dijo refiriéndose a su oficio. Donghae se quedó en silencio... ¿Cómo iba a decirle que su madre era una prostituta? En realidad la niña ni siquiera sabría qué es una prostituta... y cuando lo sepa, no quiere ni imaginárselo—

-En oficina. Firmando documentos y cosas por el estilo—le sonrió amable— dime Adria ¿Te gustan mucho las golosinas?—

Los ojos de la niña se iluminaron y sus piececitos empezaron patalear dando pequeños brinquitos en su asiento—

-Sí, sí, sí. ¡Me gustan!—

-Pues comeremos algodón de azúcar si te portas bien ¿Vale?—

-Vale—Sonrió la niña cerrando los labios y jugando con sus dedos mientras sonreía al querer tener la golosina en sus manos.

No recuerda día más tranquilo como ese que haya tenido, lejos de preocupaciones y solo estando con su hija, en realidad, sí lo recuerda muy bien... esa misma sensación de cuando trajo a su (TN) por primera vez al zoológico y le compró a nieve, su hermoso conejo que falleció a falta de la presencia de su dueño.

-¿Te gustas los conejos?—Le preguntó a su hija mientras se acercaban a ellos, pero la niña se le adelantó y avanzó corriendo, hasta llegar a ellos y observar a los animales blancos que la observaban, pareciendo bolas de nieve acurrucados.

-Me gustan, me gustan... repitió la niña dando saltitos en el suelo y viendo a los animales—

-¿Cuál te gusta más?—Le cuestionó acercándose al encargado—Te llevaremos a uno a casa-

-¡Ese!—gritó señalando al animal con los orejitas caídas que la observaba curioso— Ese me gusta mucho—

Él sonrió acercándose al encargado para comprarle el conejo a su hija.

Todo el tiempo... todo el tiempo pensaba en (TN)... cada gesto de la niña le recordaba a su madre... si tan solo... no, no te dejes llevar por más. Ya esto se terminó. No podía permitir que (TN) le siguiera mintiendo. Ahora que tiene a su hija, ella es su única preocupación.

Regresaron a casa al atardecer. La niña venia dormida sobre el asiento, completamente exhausta y DongHae conducía de regreso a casa. Al llegar, vio las luces apagadas; así que, supuso que su esposa no esté en casa.

Bajó del auto y el ruido de tacones acercándose lo hizo levantar los ojos hacia adelante—

-(TN)—susurró viéndola acercarse a pasos lentos. Llegó hasta delante de él, pudiendo verla con los ojos llorosos y parte de su delineador corrido. (TN) levantó la mano y se limpió el rostro con un poco de papel higiénico---

-¿Puedo... puedo verla?—Preguntó observando fijo a DongHae, quien respiró hondo y miró hacia a un lado sin encontrar palabras para defenderse e impedir que viera a la niña—

Como ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora