~CAPÍTULO 52~Verdades a la luz

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-Te he amado. Te lo he demostrado... te lo he dicho una y otra vez. Pero ¿Tu qué has hecho? Pisotear mis sentimientos. ¡Te quiero fuera de este maldito lugar!

Sujetó su maleta y se apresuró a sacar a esta hasta al pasaje, y luego regresar a la habitación en donde se hallaba.

-Tienes quince minutos para cambiarte—Salió cerrando la puerta de golpe y sintiendo como el corazón se le estrujaba mientras se preguntaba cómo es que su amor había terminado así.

Se quedó allí sin poder evitar llorar una y otra vez, tratando de asimilar que había botado a su (TN) y así mismo, tratando de convencerse que había hecho lo correcto.

(TN) se estaba tardando demasiado pero él no tenía las fuerzas suficientes para pararse e ir a verla para replicarle que se apresurara a salir del departamento, porque temía que al verla nuevamente se vería tan débil que le suplicaría que se quedase, nuevamente.

El ruido de la puerta, diciéndole que (TN) estaba fuera de la habitación, llegó a sus oídos. Mantuvo la mirada en el suelo, manteniéndose sentado en el sofá, con las piernas separadas y la cabeza inclinada, tratando de tragar su llanto—

-Adiós—Le susurró ella con un hilo de voz, caminando hacia las afueras de la habitación, esperando que DongHae la detuviera, pero no fue así. Salió de la habitación y encontró su maleta tirada en el suelo. Cerró a la puerta del departamento y luego se inclinó a recoger sus prendas que había fuera de la valija. Sin poder evitar dejar sus lágrimas caer. Por fin lo había conseguido. Había logrado que DongHae la detestara tanto que la había botado de su departamento, pero le dolía tanto.

Ese había sido el fin de su historia, ya no habría más.

«Todo estará bien. Has hecho lo correcto»

Se repetía tratando de convencerse que así lo era. Que ahora DongHae reconstruiría una vida sin tanto sufrimiento y que también estaría a salvo, además que su hija también lo estaría.

Terminó de recoger sus cosas y caminado despacio, avanzó hasta llegar al primer piso, encontrándose con alguien indeseable: Kyuhyun—

-Sube nena. Vámonos a casa—sonrió triunfante--

-¿Ya te informó?—Preguntó con ironía y odio en sus palabras—

-Claro. Es un buen empleado—Contestó con sonrisa en los labios—Aunque no se me hizo nada agradable en pensar que alguien más que yo te follara. Pero eso ya se terminó—sonrió—

-Te equivocas. ¿Acaso olvidas a Siwon?—

-Claro que no—Abrió la puerta para que ingresar (TN)—Pero ya está todo calculado. Así que no te preocupes. Todo está escrito para permanecer juntos (TN)—Se inclinó hacia ella para sujetarla de la barbilla y de modo agresiva, obligarla a que lo besase.

(TN) aún tenía los ojos llorosos y las mejillas húmedas sin poder evitar no llorar, por lo que, Kyuhyun se le apartó un poco molesto al saborear el salado en sus labios—

-Maldita sea. Puedes secarte esas estúpidas lágrimas— Le lanzó un pañuelo con expresión de enfado. Debió de haberse encargado él mismo del estúpido que su (TN) supuestamente amaba. Del padre de la niña... de la niña que aún le era un estuvo en su camino, pero eso también tendría solución. Una solución que ya estaba en marcha.

-Por ciento—añadió—Ya no quiero que estés visitando al engendro que tienes en el orfanato—

-Es mi hija—Le respondió ella furiosa—

-Solo no la veas si quieres conservar su seguridad—Arqueó las cejas. (TN) se quedó en silencio deseando en ese momento, que algún vehículo arrastrara el auto y provocara heridas y una hemorragia en ella que la terminara matando.

Lo único que la tranquilizaba, era que desde ahora Donghae y su niña estarían bien. O eso es lo que creía.

A la mañana siguiente (TN) se dirigía al prostíbulo, pero antes de ello decidió pasar por el orfanato, a pesar de las advertencias de Kyuhyun. No le importaba sus amenazas. Quería ver a su hija, quería saber que estaba bien y que no le pasaría absolutamente nada.

Al llegar, la buscó de prisa, encontrándola sentada cerca a la puerta principal y jugando con sus dedos, un poco distraída. No pudo evitar no sonreír. Era tan hermosa y amaba tanto sus ojos... se parecían tanto a los de DongHae.

-Hola—la saludó parándose a su lado en inclinándose para quedar a su altura.

-¡Viniste!—Gritó la niña mirándola casi desesperada y echándose hacia ella para abrazarla—Viniste ¡Viniste! – Siguió gritando, dando saltitos de emoción.

-¿Me esperabas?—la niña asintió—

-Si... tenía miedo de no volverte a ver, tenía miedo de no poder despedirme—Habló la última frase de manera lenta y bajando la cabeza—

-¿No volverme a ver? ¿Por qué?—Tragó saliva anticipándome a su respuesta al adivinar la razón...

-Me adoptaron—sonrió con emoción y tristeza a la vez—mañana vendrán a recogerme. Ya tengo mamá y papá. Ellos son... amables— (TN) apretó los párpados, sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. Lo que había deseado por fin había llegado, pero ¿Por qué le dolía tanto?—

-Eso... es bueno—Habló casi en susurros y tragándose su llanto, sintiendo un gran nudo en su garganta— Me alegra por ti, Adrià. De verdad me alegra mucho—

-A mí solo un poco—Añadió encogiéndose de brazos y bajando la cabeza—Yo quería que tú me adoptaras, que fueras tú mi mamá—

-Adrià. Las cosas ocurren por algo. Estoy segura que tu nueva mamá debe de ser maravillosa. Alguien tan maravillosa como tú solo merece una madre estupenda—Habló casi quebrándose su voz—Sé que serás la mejor hija del mundo y te comportarás. Tu madre te querrá y te contará cuantos antes de dormir... Adria... no desobedezcas a tu nueva mamá... por favor—Dejó caer una cuantas lágrimas pero enseguida se las limpió para ocultarlas—

-Te voy a extrañar—La niña la abrazó con fuerza, acurrucándose en ella.

-Yo también te voy a extrañar...-- Se quedó en silencio con la palabra "Hija" entre sus labios. La amaba tanto y no sabía qué debería hacer. Quería decirle que ella era su madre, y que la quería adoptar, pero eso no sería posible.

-¿Jamás me vas a olvidar?—

-Jamás lo voy a hacer— Y jamás lo haría ¿Cómo podría olvidar a su pequeña Adria? su pequeña hija—Me tengo que ir Adria—Le acaricia su mejilla y luego la besó en ese mismo lugar—Sé buena niña ¿Vale?—

-Está bien—Habló la niña dejando caer sus lágrimas—Te quiero mucho... mamá—Le habló echando a llorar y corriendo hacia el interior del orfanato. (TN) tragó saliva mientras su cuerpo le temblaba y sus lágrimas también caían.

Este era el fin de la historia entre ella y su pequeña hija—

-Me mentiste—Una voz que la hizo dar un brinco y acelerar sus latidos— Mi hija sigue aquí—Giró de inmediato y se encontró con los ojos desconcertados, cuyos ojos también pertenecían su hija: Donghae, observándola, parado allí y con los ojos expresando decepción y aún más dolor—Ella era mi hija ¿Verdad?—

-No. No lo es—Se acercó DongHae a ella, inmediatamente y la tomó de los hombros—

-¡Mentira! ¡Mentira! ¡La ocultaste todo este tiempo de mí estando tan cerca! Ella es mi hija. Solo necesito oírlo de tu propia boca—Le habló rompiendo su voz--- Ella es mi hija ¿Verdad?

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Como ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora