Como Prostituta

~CAPÍTULO 50~ Sospechas

-No me dejes, por favor, no me dejes—Empezó a repetir apretándola con delicadeza contra su cuerpo—Te amo (TN). Te amo más que a nada. Por favor, no me dejes—Ella se quedó en silencio, sintiendo un nervioso por todo su cuerpo. ¿Por qué se lo ponía más fácil? Era culpa de ella por regresar. Jamás debió de venir por él ya que era más que seguro que nuevamente su corazón se le apretujaría y quizás daría ale brazo a torcer.

-Basta, DongHae. No hagas esto y regresa a tu departamento—

-Llévame tú. Por favor. Quiero estar contigo—Suplicó tratando de apartarse para observarla, pero se tambaleó y se volvió a ir sobre ella, haciendo que retrocediera dos pasos al intentar sujetarlo—

-Ya basta DongHae. Deja de tus caprichos y regresa a tu casa... con tu esposa. Ella debe estar preocupada—

-No—Habló entre pequeñas risas que parecían expresar dolor, sufrimiento, diversión y arrepentimiento—Ella me llamó. Le mentí y le dije que fui a otro viaje—rio-- ¡Estoy loco por no estar con ella y estar muriendo por ti! ¡Estoy loco porque a pesar de que ella me ha cuidado tanto tiempo no te puedo dejar de amar! ¿Me entiendes? ¡Mi mujer eres tú!

-No soy tu mujer, y ya déjate de esas cosas y regresa con tu esposa—

-Ven conmigo—La sujetó de las mejillas mientras balbuceaba—Ven conmigo al departamento. Regresa (TN). Quédate conmigo, quiero tenerte en mis brazos y saber que eres mía... que esto no ha acabado y jamás terminará—

-Solo te estas engañando. Lo nuestro tiene que terminar—

-¡Maldita sea! ¡Que no!—Golpeó la mesa de junto con su puño, haciendo que (TN) se sacudiera y lo observara con cierta tristeza al ver su estado— Tu eres mi mujer y estaremos juntos, tal y como antes. Mi pequeña (TN). La niña que me ha robado el sueño... Has crecido demasiado ¿Cómo creciste sin mí? ¿Cómo permití que estuvieras y cambiaras tanto sin mí a mi lado? ¡Debí de estar a tu lado! Debí de cuidarte... jamás debí de dejarte esa mañana...—Se quebró su voz mientras sollozaba humedeciendo el hombro derecho de (TN)-- ¡Jamás debí de detener mi búsqueda! ¿Cómo es que cambiaste tanto? ¿Cómo es que de mi dulce niña te has convertido en una prostituta? Regresa (TN). Sé de nuevo mi dulce niña. Regrésame en el tiempo y devuélveme lo que he perdido en tu vida—

Sollozaba sin detenerse ante la mirada de muchos, incluso de Eunhyuk quien los observaba sin saber qué hacer. Su amigo se ve demasiado enamorado de ella... y ella... ella no parece una prostituta estando en los brazos de él. Aquella chica estaba derramando algunas de sus lágrimas que ocultaba bajando la cabeza. Tal vez se equivocó con ella. Está confundido o el alcohol lo está haciendo alucinar ¿Una prostituta enamorada de alguien? Mierda, solo sirven para tener sexo... definitivamente tiene mucho alcohol también en la cabeza.

-¿Qué hago contigo?—susurró (TN) muy despacio, y sin soltar a DongHae. Quien sollozaba aferrándose aún más a ella-

-Vámonos—Intervino Eunhyuk acercándose hasta ellos—Es hora de llevarlo a su departamento y de dejar de joder mi vida. ¿Por qué coños me meten en esto?—Eunhyuk tomó de los brazos a su amigo, escuchándolo renegar y jalando a (TN) para que le sujetara el otro hombro, con el objetivo de no soltarla. Su sub consiente le advertía y atemorizaba de la desaparición de ella si es que la soltaba.

-Te amo. Nieve te extraña. Él está muriendo, tal y como lo hago yo—Balbuceaba con los ojos cerrado mientras (TN) y Eunhyuk cargaban con él hasta su auto, meterlo en este y luego conducir. (TN) se quedó en la aparte de atrás, junto a DongHae, por lo que Eunhyuk conducía.

¿Cómo ella puede lastimar tanto alguien? Si es tan hermosa. Se preguntaba Eunhyuk mientras miraba de reojo a la chica de hermosa mirada por el espejo retrovisor, fijándose en cómo le acariciaba el rostro a su amigo, con delicadeza y una mirada triste. Donghae parecía un bebe en su regazo, enterrando el rostro en sus piernas y moviendo las manos para sujetar una de las manos de ella y no soltarla. Parecía un niño sujetando a su juguete favorito, al que no quería que nadie tocases porque es de su pertenencia o tenía miedo de que alguien se lo quitase, se lo robases o se llegase a perder.