~CAPÍTULO 8~ Confusión... más que solo tenerla

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Levantó sus brazos y rodeó a Donghae con ellos, enterrando su rostro en su pecho para sentir su calor corporal y dejar de llorar al sentir que todo estaba bien.

Donghae la observaba mientras acariciaba su espalda y la mimaba como un bebé después de haberse asustado por alguna pesadilla; pero a diferencia de esta, ella no era un bebé... era su pequeña prostituta. Por primera vez ella no estaba temblando en sus brazos, ella no lo estaba rechazando sino que, por el contrario, se aferraba más a su pecho como si él fuera lo único a lo que se aferraba, como si estuviera suspendida en una cuerda sujeta a un precipicio.

-Tranquila- susurraba Donghae, observándola sin entender por qué tenía la necesidad de mantenerla a su lado—Eres tan hermosa—susurró muy despacio y poco audible a los oídos de ella, quien lo abrazaba con firmeza, con los parpados cerrados con suavidad y los labios apretados contra el pecho de Donghae, el cual estaba cubierto por una sudadera blanca que vestía.

Ella parecía un ángel mientras dormía y DongHae no podía dejar de ver su rostro a pesar de que apenas la veía por la oscuridad en la que se encontraba la habitación. Recorrió la mejilla de ella con las yemas de sus dedos, delineando sus labios, sus parpados y las líneas del borde de su rostro.

Donghae se quedó quieto sin dejar de arrollarla en su regazo, hasta que sintió el cuerpo adormecido. Se puso de pie y con ella en brazos se las arregló para acomodar a (TN) sobre la cama, sin despertarla e interferir en su sueño. Él rodeó la cama muy despacio y se recostó a lado, apegándose todo lo que pudo, y así mismo pasando su brazo por debajo de su cuello, aferrándola nuevamente a su cuerpo. Ella estaba dormida pero su cuerpo inconscientemente tenia temor y pareciera que tener a DongHae la tranquilizaba y a él, eso le gustaba... era la primera vez que ella lo buscaba sin necesidad de forzarla.

Ambos quedaron dormidos en la misma cama, Donghae abrazaba a su pequeña prostituta y (TN) durmió tranquila por el reto de la noche sin saber que su agresor era lo que ella podría llamar su pilar para no derrumbarse.

El día siguiente llegó pronto. Donghae despertó respirando con dificultad y completamente excitado al mismo tiempo que su sentido del olfato solo captaba el aroma de su pequeña prostituta. La observó despacio mientras veía su rostro... su cabello desordenado cayendo por sus mejillas y sus labios un poco hinchados.

-mmmmm... Gimió él excitándose aún más y llevando la mano hasta su miembro viril.

(TN) escuchó el gemido de inmediato, abrió los ojos en completa alerta y al ver a Donghae empezó temblar y a desesperarse, llena de pavor.

-¿Qué hace aquí?—preguntó tratando de alejarse, poniéndose de pie, pero él la sujetó del brazo y la volvió a tirar a la cama,.. Subiéndose sobre ella, aumentando su pánico—

-Por favor no—suplico queriendo llorar—No quiero... ya no quiero—dijo llorando—

-Cállate—Pronunció ronco y presionado su erección en el muslo de ella, esperando ver una expresión de placer en su rostro, pero por el contrario, ella empezó a llorar en silencio.

-No quiero—Dijo susurrando y cerrando los ojos al adivinar lo que estaría por pasar. Donghae la observó serio por unos minutos, enfadado... ¿Por qué diablos no le correspondía?

Donghae apretó sus labios contra los de ella, desesperado por sentir y masajear sus labios con los de él pero solo podía sentir el tiritar de su cuerpo, tratando de liberarse y sin dejar de llorar-

¡¿Por qué no te callas?!—le gritó golpeado la mejilla de (TN) y enrojeciendo a esta. Volvió a besar los labios de ella, sujetando su polo y tirándolo hacia arriba para desvestirla. En cuestión de segundos.

-No quiero, no quiero—susurraba en pleno llanto.

Donghae presionaba sus labios una y otra vez contra los de (TN) una y otra vez, mordiéndolos desesperado por sentir algo que ni siquiera entendía qué es lo que era. Se apartó de ella y la observó llorar, con los ojos cerrados.

-¡Maldición!—Gritó él enfurecido y levantándose de sobre su cuerpo, para salir lleno de ira de la habitación de ella en dirección a la de él. Cerró la puerta de golpe y arrojó perfumes en la mesa de la derecha, lleno de ira sin entender la razón del porqué, teniéndola a lado en sus manos, se había marchado sin tener sexo con su pequeña prostituta.

Apretó los parados y se recostó en la pared, llevando la mano por debajo de sus pantalones y bóxer, para presionar su pene imaginándose a su pequeña prostituta... la deseaba tanto... pero ya no solo quería hacerla suya... ya no solo quería complacerse él... él quería algo más.... Quería ves las expresiones de placer en el rostro de ella, oír sus gemidos y sus manos acariciando su cuerpo... sí, lo había entendido y ahora sabía qué es lo que quería; por lo que el juego ahora iba a cambiar, el método con su prostituta cambiaría por completo... lograría que ella no lo rechazara, sino que lo deseara tanto como él a ella.

Donghae se apresuró a ducharse y vestirse puesto que iba tarde al trabajo. Al bajar encontró el desayuno servido y su pequeña prostituta ya no estaba así que supuso que ya se había marchado.

-¡Maldición!—tiró el plato de la mesa y se apresuró salir de la casa, con la esperanza de encontrarla, pero ella ya no estaba por ninguna parte. Trató de tranquilizarse y entrar en razón ya que ahora su prioridad era quitarle el mido que le tenía... él necesitaba sentir las caricias de la pequeña... lo necesitaba más que nada.

La mañana para Donghae pasó muy lento, puesto que no veía la hora de que llegara la hora de ir a ver a (TN).

La 1:00 pm... Donghae tomó su teléfono celular y salió apresurado hasta el estacionamiento, ingresó a su auto y condujo de prisa hasta la escuela de (TN), se estacionó afuera y esperó inquieto.

Al cabo de unos minutos, él la vio salir del edificio, con la cabeza gacha y las manos a la altura de su abdomen, encogiendo los hombros y con la mirada pérdida---

-¡Eh! – la llamó alguien, haciendo que Donghae llevara a vista hacia tras de su prostituta, y ella también se giró—Ten—Era un joven, que le lanzó algún tipo de objeto, con delicadeza y una gran sonrisa. Donghae jamás olvidaría el rostro de él, era el mismo tipo que la acompañaba la primera vez que vino a recogerla...

-Maldito infeliz—pronunció entre dientes—

El joven le dio la espalada a su prostituta, y se marchó sin decir más. Vio a su pequeña prostituta quedarse observándolo haciendo que las ganas de ir por ella, sujetarla del cabello y traerla al auto, se apoderaran de él—

-Tranquilo—susurró tomando aire. (TN) giró y levantó la cabeza, reconociendo el auto de Donghae al instante, y empezando a temblar del miedo. Donghae se apresuró y abrirla ventana para hacerle señas con la mano para que se acercara y entrara al auto.

(TN) se sacudía, quería correr y escapar para no volver jamás a casa de su hermana... pero tenía miedo, que la atrapasen y su cuñado la golpeara... su cuerpo le temblaba y el pavor se apoderaba de ella. Empezó dar pasos hacia el auto, de manera lenta y torpe al mismo tiempo que DongHae solo la observaba.

Donghae abrió la puerta y la dejó ingresar sin tocarla. Ella ingreso y se aferró a su piernas, abrazándose a sí misma y aterrorizada con lo que diría Donghae o con lo iba a hacerle.

-¿Qué es lo que te dio ese tipo?—preguntó Donghae serio y tratando de controlar su enojo—dámelo—(TN) se estremeció y sin pensarlo dos veces extendió su mano con el objeto que el joven le había entregado. Era un pequeño dulce con relleno de chocolate, sus favoritos; sin embargo no entendía cómo era que el joven había acertado en sus gustos. Donghae tomó el dulce, abrió la ventana y lo tiró lejos, luego se recostó en su asiento y respiró hondo... si quería que ella dejara de tenerle miedo, ese no era la alternativa correcta—

-¿Quieres hacer algo?—le preguntó observándola de costado y con un timbre de voz suave

Como ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora