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Cuando Constanza se durmió Victoriano la metió en su habitación y se quedó un rato con ella, en el salón todos hablaban para intentar entender lo que había pasado.

- Ella estaba en el estudio, le llevé un bocadillo, estaba hablando por teléfono, dejé la bandeja y salí, cuando llegué a la cocina la oí gritar. - dijo la joven Jacinta, mirando a Ester e Inés.

- ¿Y qué más, señorita? - preguntó Ester.

- Solo corrí a ver que era y cuando volví ella estaba dando vueltas por la sala gritando y tirando cosas, en eso llegó la señorita Cassandra y ustedes también.

- ¿Quién ha llamado a Ester, lo sabe? - preguntó Inés.

- Sí, Morenita, lo hay, voy a averiguarlo. - dijo Victoriano sacando su móvil del bolsillo. - León, necesitamos las llamadas que has recibido esta mañana. Sí, está bien.

- ¡Vamos al despacho de papá! - dijo Diana. - Gracias por la información, Cinta.

Inés iba cogida del brazo de Casandra y juntas caminaron hacia el despacho. Victoriano seguía hablando por el móvil y Alejandro y Diana le siguieron. Todos hablaron de lo sucedido, Victoriano llamó al número que había hecho la llamada, de hecho llamó a los tres números, dos eran conocidos y Constanza sabía de qué se trataba, pues era de la veterinaria avisando de las vacunas que llegarían ese día, ella avisó al señor Artemio, el segundo era de la casa de piensos avisando de que los pedidos estaban listos para ser entregados, también avisó a Jorge, pero el tercero era un número que llamó varias veces y nadie contestaba.

- Estará bien, luego averiguaremos que ha pasado, está bien para cenar. - dijo Inés, sentándose frente a Victoriano.

- Cassy, ¿dijiste que estuvo aquí y usó ese portátil? - dijo con voz gruesa.

- Sí, papá, estuvimos mirando universidades en Boston y vimos a la que fue Inés. - giró la pantalla para que todos pudieran ver lo que había en ella.

- Yo había hecho una búsqueda y le pedí a Bracho que sacara la información, pero no cerré la página en el directorio de seguridad, seguro que ella lo vio.

- Victoriano, qué imprudencia, sabes que ella tiene la contraseña de tu ordenador, dejar eso abierto con el dossier de Montesino abierto es pedirlo. - Inés se levanta y da una vuelta por la habitación. - Seguro que sabe que estoy aquí y sabe que estamos casados y ha llamado.

- Si dice algo o hace alguna amenaza dejando a mi hermana así, me verá, ya le he repudiado una vez, ahora soy capaz de meterle entre rejas. - Dijo Diana nerviosa.

- Cálmense todos, estamos demasiado emocionados, mamá no puedes estar nerviosa, tu presión arterial podría subir demasiado, papá te pediría que cambies tus contraseñas, y utilices una que mi hermana no descubra fácilmente. Di, mi amor, vamos a calmarnos, vamos a solucionar todo esto, vamos a aprender a manejarlo.

Después de que todos hablaran y Victoriano cambiara su contraseña, él e Inés fueron a la habitación de Constanza y la vigilaron un rato.

- ¡Duerme tranquila! - dijo abrazando a Inés.

- Todavía está bajo los efectos del tranquilizante, pero se despertará pronto. Necesito hablar contigo para llevármela conmigo, tengo que tener tu permiso para quedarme con ella en Boston, y si tiene una crisis grave.

- ¿Qué necesito hacer?

- Necesito que me des permiso para llevarla fuera del país y quedarme con ella en casa y cuidarla.

¡Enséñame cómo lidiar con esto!📖✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora