Victoriano le dio la vuelta y la besó con locura. Y fue correspondido, Inés estaba ansiosa y deseaba a su marido.- Cariño, no lo hagas así, te quiero, ¡no te pelees conmigo! - dijo Victoriano mientras la besaba.
- No quiero pelear, quiero que me hagas el amor. - ella se giró sobre él y se quitó el camisón, Victoriano se limitó a levantarle las caderas y a quitarse el pantalón del pijama. - No quiero que tomes una decisión que involucre a nuestra familia sin mí, hablemos.
- ¡Muy bien, Morenita!
- Estoy cansada, pero te quiero a ti, quiero a mi marido, a mi amante, a mi hombre, ¡os quiero a todos haciéndome ver estrellas! - Ella no podía inclinarse sobre Victoriano, su vientre ya no se lo permitía.
Victoriano vio que necesitaba sus besos y la besó y le dio la vuelta en la cama, tumbándola de lado y besándola, era intenso. Ella le cogió la mano y se la puso entre las piernas, haciéndole tocar su punto de placer.
- ¡Qué delicia eres! - deslizó los dedos en sus húmedas profundidades.
- Oh mi amor, hazme vibrar, hazme .... ahhhh Mi vida. - gimió socarronamente.
Inés le dio la espalda a Victoriano, que sonrió sabiendo lo que ella quería. Él le devolvió el beso y le agarró la pierna, empujándola para que se doblara un poco, se colocó y la penetró lentamente. Inés jadeó fuertemente.
- ¡Morenita!
- ¡Estoy bien! - le cogió la mano, que tenía alrededor de la cintura, y le hizo masajear su punto de placer. - Así, amor, así.
- Lo que quieras Morenita, estoy aquí para satisfacerte, para darte lo que quieras. - intensificó sus embestidas en la intimidad de Inés, haciéndola inclinarse hacia atrás y levantar un poco el cuerpo, moviendo rápidamente las caderas.
Inés sintió que iba a correrse, se movió un poco más, casi poniéndose a cuatro patas para que el clímax fuera más intenso y Victoriano comprendió y la llevó a la cima del placer junto con ella.
- Morenita, qué delicia, hacer el amor contigo es una bendición, es lo más maravilloso del mundo. - él estaba tumbado en la cama jadeando, Inés no dijo nada pero sonrió y le besó con deseo.
- Amor, ¡necesito agua fría! - dijo jadeando.
- Hay en la nevera, voy a por ella, hay fruta y fiambre, ¿quieres?
- Sí. ¡Pero también quiero más de ti! - dijo mordiéndose los labios de deseo.
- Seré tuya toda la noche Morenita, soy toda tuya....
Comieron y charlaron un rato, luego Victoriano se tumbó en la cama y ya estaba dormitando cuando Inés salió del baño vestida con su bata y lo vio tumbado y desnudo. Ella sonrió y se acercó a la cama, se puso a cuatro patas y empezó a besarle los muslos hasta llegar donde quería, y entonces el cuerpo de Victoriano reaccionó a ella.
- Cariño, tu boca es perfecta. - Le puso la mano en la pierna y se acercó a la zona íntima de Inés. - Morenita, no quiero llegar hasta el fondo de tu boca, quiero que me sientas. Siéntate y apóyate en mis piernas.
- Sólo un poco más, amor, eres deliciosa, perfecta y me gustas así y me gusta mucho.
Eran sólo algunos movimientos que Inés le hacía a su marido; según él, su boca era increíblemente asombrosa. Pronto Inés se sentó en su regazo y el ajuste fue perfecto, él dobló las piernas para que ella pudiera apoyarse en él y sus manos se deslizaron por su cuerpo. Victoriano masajeó el punto de placer de Inés, aquella posición era increíble para ambos, y juntos alcanzaron el placer absoluto.
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¡Enséñame cómo lidiar con esto!📖✅
FanfictionY la historia que tomó tiempo, unió destinos y cambió el futuro. ahora en español