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Dos semanas después....

Carlos bajó las escaleras sonriendo, la noche anterior había salido con Julia, habían cenado y luego habían pasado la noche en el salón. Cuando entró en la cocina, Inés ya estaba sentada tomando un zumo antes del desayuno.

- Buenos días chica, ¡estás despierta!

- Buenos días suegro, sí, tus nietos están agitados hoy, un poco más de lo habitual, y he tenido que tomar mi medicación antes del desayuno, ¡pero por la cara que has puesto la noche ha sido estupenda!

- Magnífica, no recordaba lo que era volver a estar enamorado y tener a alguien a mi lado.

- Es bueno, ¿verdad? - se levanta y va hacia la puerta. - ¿Cuándo es la boda? - Ha hablado con Ju, quiere esperar un poco más, pero anoche hablamos y ya sabes, a mi edad es imposible que pueda esperar tanto. Quiero estar bien con ella.

- No es un papel lo que certifica tu unión, suegro mío, es el amor.

- ¡Lo sé, mi niña, el amor es todo y lo que más importa!

- ¡Buenos días, mis amores! - dijo Julia, entrando en la cocina. - ¿Inés ya está aquí?

- ¡Buenos días, mi amor! - dijo Carlos, acercándose a ella y besándole la mejilla.

- Hum, qué bonito, ¡voy a llorar! - dijo Inés, abrazándolos. - Sabes que te quiero y que quiero que seas feliz.

Se quedaron en la cocina hasta que llegaron los demás. Victoriano estaba muy antipático aquella mañana. Inés intentó hablar con él, pero se limitó a decir que no era nada. Unas horas más tarde, Cassandra entró en el despacho de su padre con Inés y las dos estuvieron hablando.

- Me llamó y me preguntó cómo estábamos, ya sabes que nunca he hablado con mi tía, siempre habla con papá o con Diana.

- Pero, ¿qué quiere, querida? - preguntó frunciendo el ceño.

- Me preguntó si estábamos en la finca de Matamoros, le dije que no, que estábamos todos pasando las vacaciones aquí en Boston.

- ¿Están pasando las vacaciones contigo? - Inés los miró.

- No, bueno supongo que algunas veces, desde que nació Koko, creo que han sido dos o tres. No más que eso, pero papá siempre se peleaba con el tío Eduardo.

- ¿Y cuál era el motivo de las peleas?

- Al tío Eduardo siempre se le escapaba que mamá era dueña de todo y que papá tiene lo que tiene gracias al dinero de ella, pero no, lo que mamá tenía nos lo pasó a nosotras, sus hijas. Nada de lo suyo fue para papá, y creo que por eso Diana fue objeto de disputa cuando mamá murió.

- Te entiendo, y sé cómo son los Mendonza. Cuando murió Vicente, lo primero que hizo Eduardo fue cuestionar la herencia, y sólo me dejó en paz cuando firmé el documento por el que todo lo que era de Vicente pasaba a él y a su madre. - Justo cuando hablaban, llegó Diana con Victoriano, ambos con la peor cara. - Hola, ¿qué pasa? Hasta Didi parece enfadada.

- No quieres ni saberlo, Morenita. Donde quiera que voy tengo buitres dando vueltas, es una maldición.

- Tranquilo, papá, ya he hablado con el tío, no va a venir. - Dijo Diana mirando a Inés con cara de «ayuda».

- Amor, ven aquí, ¿qué quieren Eduardo y Diana Elisa? - preguntó Inés.

- Quieren venir a pasar la Nochevieja con nosotros, yo no les dejaría, pero Diana Elis insistió, está otra vez deprimida y quiere estar cerca de sus sobrinas. Por supuesto, es una excusa poco convincente.

¡Enséñame cómo lidiar con esto!📖✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora