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Victoriano estaba en el despacho del capitán, aprensivo. No le habían contado lo que ocurría realmente, sólo que Inés estaba con Hank y Olivia, pero de algún modo sabía que Inés sería el cebo para la captura de Montesino. Se paseó de un lado a otro de la habitación hasta que oyó decir a un policía que entraba en el vestíbulo principal que la operación tequila estaba en marcha, lo que le hizo temer aún más perder a Inés.

Inés sintió la pistola en la nuca y un miedo helado le recorrió el cuerpo. No hizo nada, simplemente siguió al hombre hasta su coche. Condujo hasta el coche del hombre que la apuntaba con la pistola, arrancó el coche y salió del café. Inés estaba aprensiva, pero esperaba que el plan de Hank funcionara.

- ¡El jefe estará muy contento de recibir su premio mayor! - dijo el hombre, sonriendo. - Siga por la carretera estatal hasta el KM 56, luego gire y tome la calle lateral de la derecha.

Hank lo oyó todo y siguió el coche desde lejos. Inés llevaba un micrófono y un rastreador, así que lo tenían todo planeado para atrapar a Roberto Montesino Guzmán. Olivia trazó la ruta para encontrar el lugar y le dijo que, efectivamente, se trataba de una casa de lujo en una zona apartada.

- Hank, es la casa que mencionaste, uno de los lugares que compró Montesino. - dice Olivia por radio.

- Bien, envía al equipo allí por la carretera vacía, Inés conduce el coche y va despacio para darnos tiempo.

- Vale, me habéis pillado. Voy con el dron a hacer el rastreo.

La operación iba bien, como era de esperar, pero cuando se trataba de Inés, Montesino siempre dejaba resquicios y cometía errores. Olivia comprobó el perímetro y controló que sólo había tres personas en la casa. La cámara del dron mostraba el número de personas que había dentro de la casa mediante infrarrojos y su calor corporal.

El coche con Inés entró en la carretera secundaria y, cuando divisó una casa a lo lejos, preguntó al hombre que estaba a su lado.

- ¿Está su jefe en esa casa tan grande?

- La señora iba conduciendo. Sí, está. Entre por la puerta lateral e iremos directamente al garaje.

- DE ACUERDO. - En ese momento Inés recibió la confirmación vía «pinganillo» de que ya estaban en posición y debía quedarse en el coche hasta el final. - ¡Ya hemos llegado! - dice sin moverse.

- ¡Viene el jefe! - el hombre sale del coche y se dirige a la puerta, que se abre y Montesino sonríe victorioso.

- Mi querida Inés Huerta, ¡cuánto tiempo sin verte! - dice dirigiéndose hacia el coche.

En ese momento, dos equipos llegan del exterior de la casa y uno de ellos, que había entrado silenciosamente por el frente, detiene a Roberto Montesino Guzmán.

Hank condujo a Inés hasta el coche que la llevaría sana y salva. Luego regresó para continuar la misión.

- El famoso Roberto Montesino, ¡haciendo el tonto y dejando huellas! - dijo Hank con las manos en el chaleco y mirándolo.

- ¡Cabrón!

- ¡Gracias, pero dejando rastro es cuando más me gusta pillar a maleantes como tú! Un blanco fácil. - sonrió y confirmó al policía que podía meter a Roberto en el coche e ir a comisaría.

[...]

En la comisaría, Victoriano seguía inquieto, esperando que alguien le diera noticias de Inés. Habían pasado algunas horas y nada. Entonces el capitán Donald salió sonriendo y se dirigió a la puerta y Victoriano se sintió aliviado cuando entraron dos policías escoltando a Inés. Ella se quedó hablando con el capitán y después entró en la habitación donde Victoriano estaba esperando.

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