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Alejandro estaba desconcertado por el beso que le había dado a Diana ¿Cómo había podido caer en el beso de las hermanas? Se pasó las manos por el pelo y miró a Diana sin reaccionar. Diana tenía la cara roja, mezcla de enfado por la broma que le habían gastado las hermanas y vergüenza por haber besado a Alejandro.

Los dos estaban avergonzados, pero disfrutaban besándose, hasta que sonó el móvil de Alejandro y salió a contestarlo.

- Hola Lisete, ¿qué quieres ahora? ¡No puedo hablar contigo! - le contestó. - No sé lo que van a hacer, eso depende de los nuevos dueños y mantenedores del hospital, habla con ellos, y si depende de mí.... hasta luego Lisete. - cuelga y ya sabe que va a tener problemas con su ex.

Diana se da cuenta de que está enfadado por la llamada y se acerca a él tocándole el brazo.

- Hola, ¿estás bien? ¿Necesitas ir al hospital?

- No, no necesito ir, por ahora sólo necesito deshacerme de una ex que sólo me molesta.

- Si tanto te molesta, es un ex cojonudo. - sonríe para romper el ambiente tenso. - ¿Quieres hablar?

- Lisete es hija de un médico que también era accionista del hospital, y su padre era uno de los inversores, y eso hace que esté constantemente cerca de mí, cosa que no me gusta y ya no la quiero, me ha hecho una herida muy profunda en el corazón y en el alma. - dijo con tristeza.

- Va a dejar la administración, ¿por eso te ha llamado?

- Sí, el nuevo administrador se hará cargo en unas semanas, el nuevo dueño puso esa cláusula en el contrato. - sonrió. - Papá es un visionario, él pidió el cambio, hay que formar un nuevo equipo de especialistas sanitarios y miembros del hospital.

- Me lo dijo, como voy a estar aquí más tiempo, me pidió que me hiciera cargo de la administración durante un tiempo.

- Y usted aceptó, ¿verdad? - su voz se volvió suave y su tono era de excitación.

- Si me ayudas, claro que acepto.

Se llevaban bien, la forma en que había sucedido el beso los había acercado de alguna manera. Los dos seguían hablando cuando entró una llamada para Diana, era de la empresa y tenía que contestarla.

Se quedó un buen rato con el móvil y no vio a Alejandro salir de la finca, volvió al hospital para recoger sus cosas y luego volver a casa a descansar para su próxima jornada laboral.

***

Eran poco más de las cinco de la tarde cuando Inés llegó al hospital con Victoriano, iban cogidos de la mano, entraron y fueron vistos por todos, dos personas vieron la escena de la pareja y no les gustó nada, Gabriel y Débora estaban empezando a planear la escena que iban a hacer delante de Inés, solo que ese día no sería buena, porque lo que Gabriel había oído de Inés antes, no le hacía adepto a las escenas de celos y sabía que Inés no diría nada. Débora fue dejada en el hotel, pero luego se dirigió al frente de la finca de Vitoriano.

- Así que este es tu nuevo refugio Santos, bonito como siempre, tienes buen gusto para las fincas, lástima que no te quedarás aquí mucho tiempo, no estarás con tu Inés.

Débora se quedó allí, pero luego fue al hospital para ver de cerca a Inés, para que ella la viera, y para ello tuvo que fingir un pequeño accidente. Condujo a toda velocidad por una carretera cercana al hospital y luego aceleró para golpearla con fuerza, pero por supuesto no tan fuerte como para dejarla inconsciente.

Cuando el coche chocó contra el muro de la calle, el ruido fue tan fuerte que algunas personas que estaban cerca lo oyeron y fueron a ver qué era, una de las cuales llegó primero y pidió ayuda.

Débora fue llevada a la unidad de guardia y atendida enseguida. Tras ser examinada, vio llegar a Inés.

- Buenas noches, soy la doctora Huerta, sus pruebas preliminares estaban bien, aparte de las abrasiones y arañazos no había fracturas ni desviaciones óseas o musculares, ¿cómo se encuentra? - miró a la pelirroja en la cama, pero sabía que algo iba mal.

- No debiste ayudarme, no te lo pedí, sólo quería estar en paz. - Débora simuló llorar.

- Señora, aquí todas las vidas importan, de momento no veo ningún problema físico, pero pediré a otro médico que venga a hablar con usted. Meg puede transferirla a psiquiatría y llamar al Dr. Patrick.

- ¿Qué haría usted en mi lugar, si la única persona a la que quiero muriera por culpa de su prometido, y lo que es peor, también saliera conmigo? Así es, he renunciado a esta vida cruel, me utilizó igual que a mi hermana, y por eso murió, la mató.

- Meg tomó 1mg de Haldol y luego la transfirió. - Inês firmó la historia clínica de Débora, pensó que la historia era extraña, pero como esa tarde tenía otros pacientes que atender, dejó que otra compañera se ocupara del caso.

Débora nunca fue trasladada, pues salió del hospital aletargada y cogió un taxi para volver a su hotel. Llegó y se tiró en la cama.

***

Gabriel se paseaba de un lado a otro en su despacho, enfadado por todo, más aún por Victoriano Santos y por el hecho de que hubiera vuelto a entrar en la vida de Inés. Sintió un dolor en el pecho y se dirigió a su escritorio para coger la medicina, pero cuando lo abrió ya no había nada, y como todavía estaba en el hospital salió de la habitación, cayéndose en cuanto abrió la puerta. Instantes después llegó a la planta de Urgencias donde fue atendido por Salander e Inés.

- Dejale en observación y llamad a Carter, es el médico de Gabriel. La única solución es hacer la operación. - Dijo Ines.

- ¡Sabes que eso no le va a gustar! - Dijo Melissa entrando en la habitación y mirando a Inés.

- Buenas noches, Melissa. No hay otra opción. No ha aceptado ponerse el marcapasos. Y si no lo hace, puede morir.

- Yo lo autorizaré, pero tú se lo dirás. - Hace una pausa, mirando a Inés. - No sé por qué no me ha quitado la maldita orden del médico.

- Confía en ti, y Melissa lleva casi 20 años casada con Medina.

- «Sí, pero tú deberías encargarte de eso, ¿no?», dijo irónicamente.

- «Sabes muy bien que no tengo nada con Gabriel. Y cuando nos juntamos ya llevabais más de tres años separados.

- Chicas, estamos en un lugar público. - dijo Salander.

Victorino  dejo junto a la cama de su hija y acababa de salir del ascensor.

- ¡Inés! - dijo con voz gruesa, haciendo que ambas lo miraran. - He venido a darte las buenas noches, mi amor. Me voy a casa, a nuestra casa, mi amor.

 Me voy a casa, a nuestra casa, mi amor

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