Ella y Victoriano habían estado distanciados las últimas semanas, él había regresado a Puebla, la investigación sobre el envenenamiento del ganado que iba a formar parte del proyecto de Diana se había detenido, él estaba muy enojado y se fue de Boston, sin darle muchas explicaciones a Inés, porque habían discutido porque ella se quedaba más de guardia que en la clínica como habían acordado.
- Hola mamá, ¡me alegro de que estés aquí! - dijo Constanza, mirándola. - ¿Sigues peleada con papá?
- No quiero hablar de eso, mi amor, necesito ducharme, ¿están Carol y Paula con los niños? - ella respiró hondo y sonrió.
- Sí, ya les han dado de cenar y están esperando a que te bañes. ¿Volverán a dormir contigo?
- Sí, amor, ¿te gustaría venir a dormir conmigo?
-Me gustaría, pero si estás cansada, sé que vas a acostarte a dormir. - Inés se acerca a ella y la besa.
- Voy a darme una ducha con los chicos y luego ven a mi cama, hablaremos, quiero comentarte algunas cosas.
- Vale, les pediré que nos sirvan la cena en tu habitación.
- Voy a pedir que nos sirvan la cena en tu habitación. - Inés sube las escaleras y oye a sus hijos gritar de felicidad. - Amor de mamá, ¿qué haces?
Corren al regazo de Inés cuando ven a su madre entrar en la habitación. Ella se arrodilla y los abraza con fuerza, besándolos y haciéndoles cosquillas, luego se sienta en el suelo y se queda con ellos.
- Señora, ya han cenado, pero aún no se han bañado.
- Está bien, se bañarán conmigo en mi habitación, Carol, puedes ir tú por hoy.
- ¿Está segura, señora?
- Sí, mañana no tengo turno y no voy a la clínica, pasaré el día con ellos, te daré un descanso de estas bellezas. - les hizo cosquillas a sus hijos.
- Vale, buenas noches, Paula, hasta luego. Buenas noches, señora.
- ¡Pídele a Joaquim o a Bracho que te lleven!
- Lo haré. Gracias, señora. - La joven se va, dejando a Paula con Inés.
- Paula, vamos a mi habitación, después puedes irte tú también.
- Sí, señora, ¿está todo bien?
- Ajá, sólo estoy cansada.
- ¡Usted no preguntó si Don Victoriano había llamado!
- No hace falta, sé que llamó, habló con usted y vio a los niños. - Pasaron a la sala principal, Inés puso la bañera a llenar y luego se puso un top y un short para meterse a bañar con los niños.
- Señora, ya les he puesto los biberones en el termo y tengo las cunas preparadas, en breve los recojo para llevarlos allí.
- Está bien Paula, ahora me encargo yo de ellos, vete a descansar, que sé el trabajo que dan, y tómate la mañana libre.
- ¡Más, señora!
- No más, puedes irte, Constanza está en casa, la llamaré si necesito ayuda.
Inés siguió jugando con sus hijos en la bañera, luego vació el agua de donde estaban, dejando sólo un poco, y se fue a dar una ducha rápida, sin dejar de mirar a sus hijos en la bañera y hablar con ellos. Nicolás jugaba con el agua del grifo.
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- Ahora vamos a cambiarnos y a dormir con mamá.
- ¡Mamá! - dijo Nicolás sonriendo.
- Sí, como mamá. - Inés coge a Miguel y lo saca de la bañera, luego lo envuelve en una toalla para secarlo y después hace lo mismo con Nicolás, los dos juegan en el armario mientras ella se cambia. - Vamos a empezar a calmarnos, tu hermana se va a dormir con mamá y tú te vas a la cuna.
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