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El sábado por la mañana el castaño y el rizado bajan a tropezones y risas las escaleras. Mientras Jay arregla el traje de la pequeña rubia en el living, y una vez que Lucy ya esta lista, esta corre hacia las escaleras. Dylan esperando su saludo abre sus brazos, la rubia frunce el ceño, ríe pasando a un lado del castaño abrazando las piernas del rizado, este sonríe cargando a la pequeña en sus brazos.

—¿Que? ¿En serio me hiciste eso? ¡A tu sexy hermano!—exclama el ojiazul cruzándose de brazos.

Lucy rueda los ojos, besando la mejilla del ojiverde para luego rodear el cuello de este con sus delicados brazos, observando a su hermano en medio del abrazo y echándole la lengua.

—Aarón es mi novio—canturrea la pequeña.

Dylan arquea una ceja, acerándose a ella revolviendo su estomago, la pequeña chilla en lo alto, y pasando bruscamente por el cuerpo del rizado se separa de este corriendo lejos de su hermano mayor.

—¡Aarón es MI NOVIO!—grita el ojiazul terminando con una "o" en sus labios cuando Jay sale del living arqueando una ceja divertida—.Mamá...

—Se lo puedo explicar, Sra. Lewis—dice el rizado acercándose.

—Wow... ¿Sra. Lewis? quiero saber desde que momento Aarón ha sido tan formal—exclama la castaña con una sonrisa.

Y como si nada raro hubiera pasado se acerca a los dos chicos, exclamando un buenos días, besando las mejillas de la pareja.

—Y ya era hora que me contaran, señoritos—finaliza Jay cruzando sus brazos.

El ojiazul sonríe mientras que a paso rápido se acerca a la mujer dándole un fuerte abrazo, sujeta el brazo del rizado haciendo que se uniera al mismo.

—Te amo, ma—murmura el castaño.

—Como si no fuera a darme cuenta de sus pisadas pasando de un cuarto para otro en las noches—exclama la castaña ganándose un leve sonrojo de parte de la pareja.

Jay sonríe separándose cuando un grito hace que todos se sobresaltaran.

—¿¡Que!?—grita la pequeña rubia—.¡Aarón era mio, Dylan!—exclama la niña sonrojada.

—¿¡Que!?—eleva la voz el ojiazul nuevamente—¡Las pelotas es tuyo, el es solo mio!

La pequeña rubia hace un pequeño puchero con sus labios, los cuales inconscientemente comienzan a temblar, y segundos después sus ojos se cristalizan.

—¡Dylan!—grita Jay en desacuerdo.

—¿Eres idiota? ¡La has echo llorar!—exclama el rizado caminando rápidamente poniéndose de rodillas a la rubia—.No llores, cariño. Tu hermano es un idiota. Pero puedo ser de los dos, ¿Si?

—No—murmura la rubia.

—Bien, ¿50, 50?

—No.

—Eres igual de testaruda como tu hermano, bien... ¿Seré mas tuyo que de el?

—¿Mucho mas mio que de el?

El rizado asiente con una sonrisa.

—¿Entonces me compartirás con Dylan?—pregunta el ojiverde.

—Bien—acepta con una sonrisa—.Pero solo un poquito así—exclama extendiendo una de sus manos, uniendo su dedo índice con el pulgar haciendo que quedara una pequeña franja entre ellos.

El rizado ríe extendiendo sus brazos, la rubia acepta el abrazo encantada, y a lo que el ojiverde se encontraba de espaldas la pequeña tenia una vista penetrante de su hermano. Esta le sonrío con maestría volviendo a echarle la lengua. Jay rió en lo alto al observar a sus dos hijos, y mas asombrada ante los celos ridículos de su mayor.

TODO POR TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora