TODO POR TI

33 (Parte 1)

*

Dylan se sentó en el sofá de la casa, la cual se encontraba en completo silencio sin la presencia del rizado, recordando desde cuando todo se había ido de control. Habían pasado seis ya desde la noche del cumpleaños del ojiverde. Y exactamente hoy se cumplía una semana desde que ambos chicos se habían graduado. Observando el almanaque en la otra pared visualizo como este ya se encontraba en agosto, el castaño suspiro viajando al día donde las peleas con el ojiverde habían comenzado.

Dos meses después, a fines de abril el castaño se encontraba ordenando el hogar, y una vez que había terminado se detuvo paciente al observar la televisión esperando la llegada del rizado. Y justo cuando llegaron las doce de la noche, la puerta se abrió chocando violentamente con la pared.

El castaño se despertó de inmediato llevando su mirada a Aarón el cual no había visto en todo el día, observando como este entraba riendo.

—¿Donde estuviste?—pregunto el ojiazul molesto.

Aarón borro cualquier sonrisa de su rostro arqueando una ceja, observando con los brazos cruzados al castaño.

—¿Y que problema tienes con eso?—pregunto el ojiverde indiferente—. No eres mi madre, Dylan. No lo eres, así que deja de joderme de una vez, ¡Porque tu no controlas mi vida!—exclamo haciendo que Dylan tragara saliva.

Sin ninguna contestación del castaño, Aarón paso a paso rápido por su lado chocando levemente su hombro e introduciéndose en la cocina. Dylan frunció el ceño al sentir el olor de gasolina haciendo que a paso rápido caminara hacia la ventana y observara hacia afuera, y aserto, la motocicleta estaba allí.

—¿¡Me puedes explicar por que carajos esa mierda esta afuera en el patio!?—grito el ojiazul corriendo hacia la cocina encontrando a Thompson chequeando su celular.

—No me grites-demando el rizado.

—¡Te grito si se me da la gana!—grito Dylan—. ¿¡Acaso crees que puedes hacerte el idiota conmigo!?—volvió a subir el tono—. ¿¡Que carajos tienes en esa cabeza!? ¡Hace menos de un año casi te mueres por conducir esa porquería! ¿¡Y vuelves a conducirla!?—exclama haciendo que Aarón bufara en lo alto rodando los ojos.

Caminando a paso lento hacia el castaño quedo frente a el—.Tu a mi no me das ordenes, White—murmuro lentamente haciendo que el corazón del ojiazul se estremeciera al oír pronunciar su apellido, como antes—. Así que cierra la boca, porque no eres mi puto marido, y yo no soy tu zorra para seguir tus ordenes. Cierra la bocafinalizo para luego irse.

Dejando al ojiazul sin habla en la cocina.

Y desde aquel entonces habían comenzado las peleas, casi todos los días. Aarón se enfadaba por todo lo que hacia el ojiazul y habían días que no regresaba a la casa. La semana anterior cuando se habían graduado el castaño pensó que todo había vuelto a la normalidad, pues después de esto pasaría mas tiempo juntos al no tener mas la obligación de no regresar a la secundaria, pero se equivoco cuando al otro día el rizado apareció ebrio a altas horas de la madrugada.

El castaño observo las hojas encima de la mesita frente a el, y suspiro en lo alto. Reviso una y otra vez los papeles, encontrando las palabras para poder convencer a Aarón que no sucedería nada, observo la puerta por vez número mil, esperando que el ojiverde entrara por ella, ya habían pasado dos días que el chico de cabello chocolate no regresaba a casa.

Una hora después la puerta fue abierta dejando en vista el cuerpo del ojiverde entrando por esta, para luego cerrarla. Pasando indiferente sin siquiera saludar a Dylan paso hacia la cocina.