30 (Parte 1)

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Exactamente a las seis treinta de la mañana, media hora antes que las clases comenzaran aquel veinte de diciembre, Dylan se metió sigilosamente en aquella habitación del hospital. Observando la figura y el rostro del rizado, hacia ya unos pocos días que habían quitado aquella horrible venda de su pecho y cabeza. Los médicos le recordaban a White, que Aarón, estaba mejorando notablemente luego de mas de un mes que se haya producido el accidente.

Sin ver ninguna enfermera a su al rededor, rompiendo las reglas de la hora de visita el ojiazul se acerco a su novio, el cual había tenido sus ojos cerrados desde ya para el mucho tiempo. Deseando en lo mas profundo que el rizado abriera sus ojos y poder ver aquel color esmeralda nuevamente.

Dylan tomo asiento en la silla junto a Thompson, y beso la mano ahora cálida de este.

—Hola, bebe—susurro—.Espero que cuando recordemos esto, nos riamos juntos. Porque creo que una vez en la vida estoy rompiendo las reglas—murmuro soltando una risita—. Si las enfermeras me llegan a ver aquí a esta hora, de seguro... no me dejaran entrar mas, pero todo lo vale, Aari—finalizo sonriendo.

El ojiazul acarició la mano de Aarón.

—¿Sabes? Hoy cumplimos siete meses, y estoy demasiado feliz con eso, se que tu también lo estas. Pero... p-ero...—murmuro, su labio inferior tembló y sus ojos rápidamente se cristalizaron—.Creo que si estarías despierto me golpearías por llorar tanto, soy una maldita magdalena—susurro haciendo una mueca con sus labios—.Te he traído un regalo—exclamo sacando de su mochila su celular y auriculares—.Se que no te gusta mucho la música en español, pero sin duda te va a gustar esta—sonrió y se acercó a los oídos de Aarón depositando cuidadosamente los auriculares en estos—.En verdad hoy me haría muy feliz un beso de ti, y en cuatro días es mi cumpleaños, ver tus ojos sería el mejor regalo, bebe—murmuro para acercarse a los labios del ojiverde, deposito los suyos en los de Aarón dando un suave beso—.Tal vez las enfermeras me maten y se me hace tarde. Hoy tengo un parcial, de historia, tu materia favorita—susurro con una sonrisa burlona—.En fin, te hice una lista de reproducción, con tus canciones favoritas, juro que casi todas son de My Chemical Romance... y tal vez... solo tal vez haya alguna canción de The Fray—dijo y rió—.Espero que te guste, pero primero quiero dedicarte la primera canción de la lista, te amo demasiado Aari—murmuro Dylan dando un rápido beso.

Velozmente coloco la lista de reproducción, para luego dejar el ¡phone sobe la mesita de noche, tomando su mochila y comprobando que los auriculares siguieran en los oídos de Aarón, corrió a la salida, dándole un último vistazo al ojiverde, para luego marcharse.

Y aquella canción sonó en los oídos de Aarón.

"¿Y qué si el amarte me cuesta la vida?"/.../ "y qué si esperando me quedo sin días" /" si probarte es un acto suicida" "¿Y qué, y qué?"

"Ya no puedo cambiar lo que siento/"yo no puedo elegir porque..."

"...Te amo... Yo te amo..."

Y una sonrisa inconsciente se coló en los labios del ojiverde.

*

—Si, las enfermera te mataran—exclamo James, comiendo un trozo del sandwich en sus manos.

Dylan lo fulmino con la mirada, achinando sus ojos, lo que llevo a que Molly soltara una risita, y los dos chicos a su lado sonrieran por inercia.

—Yo creo que no podrán decirte nada, no es como si le hubieras hecho algo malo—demando Elliot son una sonrisa.

—Es música, no es para tanto—finalizo Benner.

White asintió, sintiéndose mucho mejor. Observo a los dos rubios siguiendo con su plática del parcial de matemáticas que tenían juntos hoy. La vista del ojiazul se poso en la de Elliot y Travis los cuales estaban en una pequeña discusión sobre donde irían hoy a dar una vuelta, para luego terminar en que Benner diera un rápido beso a los labios del morocho. Desde el instante en el que Cox había hecho las paces con Dylan, el castaño logro amistar a ambos chicos, para que las cosas luego irían a mayores, haciendo que Travis y Elliot oficialmente comenzaran su relación hace una semana atrás, sin importar las criticas de toda la secundaria hacia ellos, y aquello era un gran avance.

El cuando a James y Molly al principio no les pareció una gran idea integrar a los dos chicos a su pequeño grupo de amigos, al final de todo habían terminado accediendo. Después de todo, en verdad las personas merecen segundas oportunidades y ambos de los chicos no la estaban desperdiciando.

Desde semanas atrás Travis había podido convencer a Elliot que viviera en su hogar, al final de cuenta sus padres aceptaron casi de inmediato su orientación sexual, y estaban muy felices por tener a Cox en su casa junto a ellos.

Dylan sonrió a ambas parejas, pensando en como todo había dado un completo giro a la secundaria desde que el había puesto un pie encima de ella. Y estaba contento por como había ayudado al mejoramiento de las personas. Aunque no podía negar al sentirse un poco mal por no tener al ojiverde a su lado.

Una vez que el timbre toco, los cinco amigos se pararon de sus lugares y caminaron juntos por el pasillo, el parcial de historia era ahora, y Dylan lo tendría junto a Travis y Elliot. Se podía imaginar el rostro de desprecio de Aarón ante el parcial de la materia, y hubiera dado todo por ver como el ojiverde revoleara los ojos frustrado por no saber que poner en la hoja de escrito.

—¡Suerte!—exclaman al unisono James y Molly.

Los tres chicos le desean suerte a los rubios con una sonrisa para luego entrar a la clase, el ojiazul se adelanta caminado a paso rápido al último banco en la esquina del salón. Observando las miradas de disgusto de casi toda la clase hacia Elliot y Travis. Visualiza como Cox se tensa ante las miradas, pero la de Travis sobre la suya le da confianza.

—¡Ya saben las reglas!—exclama el profesor una vez que todos están sentados y en orden—. No es para preocuparos ni ponerlos nerviosos, pero esta prueba tiene el 70% de la nota final. Así que sin mas, suerte.

Una vez que el mayor repartiera la propuesta, Elliot le dio un vistazo al ojiazul abriendo sus ojos en signo de asombro por las dos fotocopias de ejercicios. Travis le dedico una mirada de que todo iría bien al morocho, pero Cox simplemente rodó los ojos. Dylan rió por lo bajo concentrándose en la primer pregunta, a decir verdad y por suerte había podido estudiar, con la compañía del ojiverde en las horas del hospital.

Concentrado comenzó a escribir rápidamente teniendo en cuanta en su cabeza, que solamente tenía dos horas para completar las dos fotocopias.

Cuarenta minutos mas tarde, y haber completado la mejor parte de la fotocopia, su celular comenzó a vibrar, haciendo que Dylan al principio lo ignorara. Comenzando con la siguiente pregunta, y una vez que el grafito del lápiz hiciera contacto con la hoja, la vibración del celular sacudió su bolsillo.

Observo al profesor sumido en explicarle a otro alumno la propuesta, suspiro en lo alto, y sin ser visto dio un vistazo al celular cuando este comenzó a vibrar nuevamente, observando el nombre de su madre en la pantalla. Rodó los ojos, seguramente Jay lo estaba llamando para regañarle de la música de hoy de mañana.

Ignorando, la que el pensó que era la última llamada, sonrió, pero rápidamente la sonrisa de sus labios desapareció una vez que el nombre de la castaña se colara en la pantalla.

Agachando la cabeza sin que nadie lo observara, contesto la llamada.

—Mamá, no fue mi intención lo de hoy de mañ-

Pero la voz desesperada de su madre, y aquel tono de alegría lo saco de su lugar, solo dos palabras, dos malditas y hermosas palabras que habían cambiado ese momento.

"Aarón despertó"




































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