Un silencio incomodo se genero desde el momento que ambos chicos subieron al automóvil, el rizado suspiro sin apartar la mirada del camino a medida que avanzaba por las calles. Dylan guardo silencio observando hacia la ventanilla en la oscuridad de la noche.
Aarón por su lado trago saliva pensando en formas de como aclarar la situación, pero su nivel de enojo estaba tan alto, tanto como con el ojiazul como con el mismo le impidió el acto.
Largando un suspiro, el rizado hablo, recordando que era en la casa del castaño en donde dormía y resultaba que el único que estaba mal parado y equivocado era el.
—Lo siento...—susurro.
Aquellas palabras llamaron la atención de Dylan, haciendo que el ojiazul girara su cabeza observando el perfil del chico de rizos.
—No tienes porque hacerlo. No tienes porque disculparte.
—Si—contradijo el ojiverde—.Debo y tengo, me he comportado como un idiota contigo, y es que soy un idiota. Pero estaba tan nervioso que no sabia lo que decía. Y... tal vez tu tengas razón, es obvio que me imagine a mi madre, pero en serio no quise decir eso de tu padre.
Dylan sonríe, escuchar las disculpas del rizado lo habían hecho sentir mejor. Y aquello había parecido sacar un gran peso de los hombros del ojiverde al observarlo ahora como sus hombros caían lentamente.
—Bien, te disculpo. Y yo lamento haberte gritado en algún momento... lo hice sin darme cuenta...
El ojiverde se encogió despreocupado.
—No fue tu culpa, en verdad estaba en una crisis conmigo mismo, pero gracias por estar a mi lado.
El castaño sonrío desabrochando su cinturón, sentándose en el asiento, en un movimiento rápido se acerco al oído del rizado, el cual a regañadientes mantuvo su vista en la carretera.
—Te quiero, Aarón. Y no me apartare de ti...—susurro en la oreja del rizado ganándose una corriente por todo su cuerpo.
—Yo también te quiero demasiado, Dy. Pero si no quieres morir esta noche sera mejor que te vuelvas a sentar.
Dylan río por lo bajo, negando lentamente para luego acercarse nuevamente a la oreja del ojiverde mordiendo levemente el lóbulo de su novio. Aarón se estremeció ante la calidez de la boca del castaño, trago saliva. Dylan sonrío al observar al rizado con su respiración agitada, para luego bajar sus besos hacia el cuello de su acompañante.
Aarón gimió en lo bajo cuando el ojiazul succiono, aquello no dejaría marcas pero si dejo una pulsación en la entrepierna del rizado.
El castaño al observar su cometido rápidamente se aparto de su novio volviendo a sentarse en su asiento correspondiente. Escucho un bufido de su acompañante y sonrió.
—A la mierda todo, White—susurro el rizado.
Dylan frunció el ceño, pero ya era demasiado tarde para preguntar, Aarón rápidamente estaciono el vehículo aun lado de la acera, las calles estaban completamente vacías y oscuras. El rizado desprendió su cinturón para luego girarse hacia el ojiazul, el cual miraba la escena divertido. Rápidamente el rizado jalo al castaño ganándose una risita de este, y en un cerrar y abrir de ojos ya tenia a Dylan sobre su regazo, en medio de el y el volante.
Sin dejar que el ojiazul preguntara o se quejara de algo, el rizado lo atrajo a el desde detrás de su cabeza fundiendose en un desesperado beso. El ojiverde barrio el labio inferior del castaño, pidiendo permiso en entrar a su boca, cual petición fue aceptada por el menor quien le dio la bienvenida a la lengua del rizado encontrándose con la suya.

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TODO POR TI
Підліткова літератураAarón Thompson es conocido en la escuela por su fama de chico malo, y dentro del ring, como el mejor boxeador de la ciudad. Y Dylan White, Dylan simplemente es su próxima presa, un estudiante que al morir su padre, junto a su madre y hermana han to...