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Dos semanas después en donde esta habían transcurrido sin ningún síntoma que el rizado daría por despertarse. Aarón seguía conectado a aquellas máquinas, aunque los médicos habían remplazado el tubo en su garganta para ahora colocar dos en su nariz, según le había explicado su madre esto significaba una pequeña mejora en el ojiverde pero obviamente nada concreto. Aquello no había aliviado en lo absoluto al ojiazul, pues, hasta que sus ojos no observarán a los párpados de Thompson abiertos no calmaría su ser, aunque las esperanzas era lo último que se perdía.

La noche anterior a regañadientes tuvo que volver a su casa, luego de dos semanas sin a alejarse de la clínica, fue ahí donde comenzaron los problemas con Jeff, y más luego que el mayor se introducirá a la habitación de su novio junto con Alice. Después de hacer un alboroto Jay lo obligó a volver a sentarse sin protestar, y fue ahí en donde comenzó otra discusión con Thomas. Pero después de todo el rubio le había contado la razón por la cual Aarón se había ido furioso de su casa. Y desde ese entonces... su odio por los tres individuos aumento más.

El problema era que el rizado no despertaba para echar a sus padres, y si el no lo quería pues, ni las enfermeras ni nadie podía decir nada al respecto. Y Thomas de vez en cuando abusaba demasiado de eso, y luego de la alerta que si una vez más el castaño iniciará una pelea no podía entrar más al hospital, Dylan simplemente lo ignoraba.

Aquella mañana del lunes se levantó de su cama, sin poder dormir con tranquilidad en toda la noche. Camino a paso lento y cansado hacia el baño observando su figura demacrada en el espejo. Las grandes bolsas oscuras estaban bajo sus párpados, sus ojos pequeños de tantas lágrimas, sus labios resecos y su mirada triste.

Jay había obligado al ojiazul volver a la secundaria luego de no transcurrir dos semanas a la misma. Y aunque al principio Dylan había protestado, al final tuvo que terminar accediendo. La castaña le había recordando una y otra vez que cuidaría a Aarón, además de que si algo ocurría sería el primero en enterarse.

Sin perder más de tiempo se colocó los jeans oscuros y una chaqueta por encima. El gorro de lana ya cubría su cabeza, el cabello sucio y alborotado. Bostezo tomando su mochila la cual sin duda cargaría los libros de hace semanas atrás y partió hacia la secundaria.

Los pasillos ya no eran lo mismo sin el ojiverde a su lado con una sonrisa en sus labios, haciendo sus chistes sin sentido. Dylan sacudió su cabeza sacando cada pensamiento que hiciera que llorará como siempre, y siguió su caminata, cada alumno lo observaba con lástima, otros incluso con asco ya que muchos aún no habían aceptado su homosexualidad y la de Aarón. Dylan ignoro a cada uno de ellos, puesto a que tampoco ninguno había venido hacia el a decirle algo. Una vez en el salón su vista fue directo al morocho que descansaba sentado en el último banco de la fila. Claro está que aquello era completamente raro en Cox, puesto a que este siempre ocupaba los primeros bancos.

Elliot observó al ojiazul pero no hablo. Solo tenia la mirada furtiva sobre Dylan, queriendo de alguna forma asesinarlo con esta.

White tomó asiento en el banco a la esquina superior. Era el último también pero apartado unas seis filas del morocho

Cinco minutos antes que el timbre tocará el grupito antiguo de Aarón entró al salón. Pero lo raro de la situación que ahora el que encabezaba al grupo era Scott, y Travis tampoco se encontraba en el. Aquella clase era la que mas detestaba, ciencias se volvía insoportable al tener a todo ese grupo en el mismo salón.

White se preparó mentalmente para lo que les dirían a el con respecto a Aarón, y no tenia miedo en aplicar alguna de las tácticas que el rizado le había enseñado.

Pero todas sus ideas salieron de su cabeza una vez que el grupo camino hacia Elliot, el ojiazul frunció el ceño viendo su caminata. El cuerpo del morocho se tenso pero no se movió de su lugar, bajando la mirada velozmente.

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